Rocket Punch

Inauguramos una nueva columna mensual, dedicada a comics, mangas y series animadas protagonizadas por... ¡robots gigantes!

Tetsujin 28-Go

17/01/2017

| Por Andrea Vega

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tetsujin28_11_largeSi fuiste niño en los ´80, como yo, entonces los robots gigantes fueron parte importante de tu infancia. La televisión a color todavía estaba en pañales, y para cuando llegó la primera gran oleada del animé a nivel masivo, la mayoría de nosotros ya tenía una en nuestros hogares. No teníamos decenas de canales entre los cuales elegir, ni control remoto, ni otras ofertas de entretenimiento que fueran competencia para la TV. Tampoco la programación para niños estaba segmentada; todos veíamos los mismos “dibujitos”. Sin nada más que compitiera por nuestra atención, y con una generación de chicos con su capacidad de asombro intacta, los robots gigantes eran los reyes absolutos, con series como Mazinger Z, Robotech, Transformers, Voltron o Arbegas capturando la imaginación de tal manera que marcaron una época y formaron la memoria colectiva de quienes crecimos con ellas.

Por supuesto, no teníamos idea de que para entonces el género de mechas (entendido a grandes rasgos como cualquier serie que cuente con robots gigantes concebidos como armas) ya contaba con varios años de popularidad en Japón, y hacia mediados de los ´80 ya se había dividido en dos grandes categorías: el Super Robot y el Robot Real.

Intentar trazar una cronología exhaustiva sería muy difícil por su dimensión; pero seleccionar cuáles son los títulos más emblemáticos también puede ser complicado, porque en algún momento se convierte en cuestión de criterios personales. Más allá de eso, hay series indiscutibles por el aporte que hicieron a la evolución del género y a ellas le vamos a dedicar, mes a mes, este espacio.

4091ad67a4e54fd0eb86eaa2703f399aEL PIONERO: TETSUJIN 28-GO

Mitsuteru Yokoyama nació en la localidad de Kobe en 1934 y, como tantos autores y dibujantes de su generación, sus inicios estuvieron marcados por la veneración hacia la obra del maestro Osamu Tezuka. Su primer éxito popular le llegó muy temprano, con un manga serializado entre 1956 y 1966 y con el cual su nombre quedaría para siempre asociado. Tetsujin 28 nació de los recuerdos de infancia del dibujante, en particular de los vuelos de los bombarderos estadounidenses sobre el puerto de Kobe. Yokoyama concibió la historia de un robot de unos 20 metros de altura, propulsado por un cohete en la espalda y con aspecto de legionario romano, estableciendo sin proponérselo una nueva dinastía en el mundo del manga y el anime. La primera adaptación animada se estrenó en 1963, y hoy, con varias secuelas y remakes a cuestas, Tetsujin es un ícono de la cultura popular japonesa tan grande que ameritó una réplica a escala completa en Kobe.

tetsujin-28La ficción creada por Yokoyama es protagonizada por un niño huérfano llamado Shotaro Kaneda. Su padre era científico durante la Segunda Guerra Mundial, y junto a su colega Shikashima había trabajado en una serie de prototipos de robots gigantes para combatir a los Aliados. Con la guerra ya finalizada, diversas organizaciones criminales buscan apoderarse del modelo 28, que se cree es el más poderoso de todos. Con la asistencia de Shikashima, y para evitar que el robot caiga en manos inapropiadas, Shotaro aprende a manejarlo a través de un control remoto. A lo largo de la serie, el niño lo usará para resolver crímenes y defender al mundo de otros robots gigantes.

gigantor-011Por el hecho de ser manejado por control remoto en lugar de un piloto en su cabina, muchos cuestionan su inclusión en el género de mechas propiamente dicho. Pero lo cierto es que, si bien el género fue definido más adelante por Go Nagai, Tetsujin 28 fue el gran pionero. El concepto general del gigante metálico de aspecto humanoide controlado por el húerfano maravilla estaba ahí y permanecería en series similares a través de los años. Más allá de eso, y considerando el contexto histórico de la época, la serie es bastante más sofisticada de lo que se podría juzgar por su estética y narrativa. Las heridas que dejaron la guerra y la bomba atómica en la memoria colectiva de la nación aún estaban frescas, y aquí tenías una serie que mostraba armas poderosas y destrucción a gran escala. Es inevitable preguntarse si esto no era una forma de reescribir la historia de alguna manera, o parte del proceso de curación de la nación, o quizás la respuesta de Japón a la bomba atómica.

504x_big_picShotaro establece casi desde un principio uno de los puntos centrales de la serie: que las armas no son inherentemente buenas o malas. Son simples herramientas y lo que se juzga como bueno o malo son las acciones de aquellos que las emplean. En ese sentido, aunque el robot es una creación que representa una potencial devastación, también puede ser usado para propósitos justos, y esto queda demostrado con el correr de los episodios.

Como era habitual en esos años, la serie llegó a nuestros pagos con alteraciones en los nombres y el argumento, además de tijeretazos varios que redujeron drásticamente la cantidad de episodios. Más tarde, Yokoyama haría otro aporte enorme al género con la creación de Giant Robo.

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