2. SE VIENE EL CUARTETAZO
Las aventuras de Reed, Sue, Ben y Johnny arrancan en Noviembre de 1961, en el n°1 de Fantastic Four. Aquí se nos narra, a lo largo de 25 páginas, el origen del grupo y su primer combate contra Mole-Man, el confundido -pero nunca perverso- líder de las criaturas que habitan las profundidades de la Tierra, entre las que se podían reconocer a varias réplicas de los monstruos onda Fing Fang Foom, Spragg y demás bicharracos con los que Lee, Kirby y Ditko llenaban sus revistas en aquellos años. La historia del grupo -nos cuentan- comienza cuando Reed Richards construye un cohete para llegar a la Luna antes que los soviéticos, ubicuos enemigos en aquel período caliente de la guerra fría. Para tripularlo, convence a su viejo amigo del colegio (y camarada de armas en la Segunda Guerra Mundial), el piloto Ben Grimm, y además se prenden su encantadora novia Susan Storm y su hermanito adolescente, Johnny. Pero los cálculos de Reed fallan y la nave se pierde en un sector del espacio atravesado por rayos cósmicos, que bañan al cohete y lo sacan de su trayectoria planificada. La abrupta caída de la nave hacia la Tierra termina con los tripulantes milagrosamente intactos. O casi. De entre la carcaza del cohete estropeado, emergen un Reed capaz de estirar y moldear su cuerpo a voluntad, una Sue capaz de hacerse invisible, un Johnny que se prende fuego y vuela y un Ben cuya piel es reemplazada por toscos cascotes anaranjados, de enorme resistencia. Sin salir de su sorpresa, los cuatro deciden permanecer unidos y utilizar sus poderes en defensa del Bien. Empezaba así una leyenda gloriosa.
El segundo número presenta a los Skrulls, la raza alienígena de metamorfos, de eterno protagonismo en el Universo Marvel. El n°3 nos muestra por primera vez al Fantasticar y al Edificio Baxter, mientras que en el n°4 regresa un clásico de los ‘40, Namor the Sub-Mariner, ahora claramente enfrentado a la Humanidad y atraído por la belleza de Sue, cuyo amor le disputará a Reed en un magnífico triángulo. El elenco realmente protagónico de la serie se completa en el n°5 (Jul.1962) con el debut del antagonista por antonomasia del cuarteto y, a la sazón, principal villano del Universo Marvel: el impresionante Dr.Doom.
De ahí en más y con las bases ya establecidas, se sucede una serie de aventuras menores, donde se van sumando villanos de gran potencial (Puppet Master, el soviético Red Ghost y sus simios inteligentes, Mad Thinker y sus androides, el Super Skrull, Rama-Tut, Hate Monger), algunos personajes secundarios (entre los que se destaca claramente Alicia Masters, la escultora ciega que se enamora de Ben) y conflictos (bastante forzados, por cierto) con otras luminarias de la editorial como Spider-Man, Hulk, los Avengers y los X-Men. El entintado de Dick Ayers sobre los lápices de Kirby tampoco ayuda, con lo cual los 28 primeros números de la serie -si bien valiosos- no alcanzan para que hoy estemos realizando este homenaje.
Pero el n°29 (Ago.1964) ya pega un sacudón grosso. A la incorporación de Chic Stone en las tintas, se suma la primera aparición de un personaje de inmensa chapa, el Watcher, en la mítica “It Started on Yancy Street”, primera escaramuza cósmica sorteada con éxito por Lee y Kirby. Pronto muere el padre de Johnny y Sue (n°32), aparecen Diablo y Dragon Man, Reed y su novia se comprometen para casarse y en el n°36 debutan los Frightful Four, cuya primera formación integran el Wizard, Paste-Pot Pete, Sandman (el enemigo de Spidey) y Medusa, la primera dama de los Inhumans. Este grupete reaparece varias veces en los números subsiguientes y entre los n°s 43 y 44 encaja el Annual 3, donde Sue Storm se convierte en Sue Richards, en una boda irrepetible, a la que asisten casi todos los héroes y villanos que existían en la Marvel de aquel entonces. Un flash.
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