Séptima entrega de la mega-nota en la que rendimos homenajes a los creadores más importantes de la Historia del Comic.

Los 120 Más Grossos (parte 7)

29/07/2016

| Por Staff de Comiqueando

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Empezamos a develar la segunda mitad de la lista de los 120 nombres que elegimos como símbolo de estos primeros 120 años de la Historia del Comic. Los más impactantes, los más influyentes, los que dejaron una marca más profunda en la cultura popular de estas 12 décadas. Si tu favorito sigue sin aparecer, aguantá, que todavía faltan 50.

 Alex-Ross-artist-Treeby-BoltonALEX ROSS

Por Martín Fernández Cruz

Cuando en 1994 apareció Marvels, el mundo comiquero cambió para siempre. La historia de un periodista que desde su perspectiva “común y corriente” presenciaba los hitos más importantes del Universo Marvel, encontró en el dibujo hiper-realista de Ross un destino de grandeza. Alex Ross, que había trabajado muy poquito en el medio, se convirtió en un ídolo de masas (comiqueras), y cuando en 1996 dibujó esa epopeya crepuscular titulada Kingdom Come, crítica y público coincidió en que Alex era una especie de regalo de los Cielos. Si bien ese status claramente fue algo exagerado y no le duró por siempre, es innegable que Ross logró una identidad gráfica que nadie había conseguido hasta el momento, y que calzaba a la perfección con relatos que pedían a gritos una mano más “humana”.

alex-ross-kingdom-comeRoss prosiguió su carrera dedicándose principalmente a la ilustración de portadas y se convirtió automaticamente en el gancho más gigantesco que un comic podía tener (porque una tapa de Ross, aunque adentro dibujara un cuatro de copas, era sinónimo de ventas). Ross incluso fue una suerte de padre espiritual de la lograda trilogía compuesta por Tierra X, Universo X y Paraíso X, demostrando que como ideólogo podía tirar varias ideas sin pasar vergüenza. Quizás lo más justo que podría decirse sobre Ross, es que es una marca en sí mismo, y que cualquiera de sus ilustraciones (como la Coca-Cola) es fácilmente reconocible, inconfundible y exitosa. Sin Ross, las obras que dibujó no hubieran sido lo mismo, y la desgarrada mirada del fotográfo Phil Sheldon jamás hubiera existido si no fuera por este gran dibujante.

 

latestBILL WATTERSON

Por Javi Hildebrandt

Nacido en Washington D.C. en 1958 y transplantado a Ohio poco después, la juventud de Watterson no difiere de la de cualquier joven interesado por las artes en la efervescencia de los ’60, a lo que podríamos sumarle su interés por las tiras cómicas (Peanuts, Pogo, Krazy Kat, entre otras). Luego de trabajar para una agencia de publicidad y colaborar con algunas viñetas en la revista política Target, consigue un contrato con el Universal Press Syndicate para publicar una tira que realizaba en sus ratos libres. En noviembre de 1985 hace su debut Calvin & Hobbes, y no pasa mucho tiempo hasta que el pequeño demonio rubio y su felino amigo (al que el amargado mundo de los adultos ve como un tigre de peluche) empiezan a ganarse el favoritismo del público. Las travesuras de los protagonistas, la visión ácida de la realidad desde la óptica de los niños, las sutiles –y no tanto- críticas a la sociedad, la política y la cultura, y la expresividad del dibujo logran que la cosa explote. Con ello, comienza la lucha del autor por impedir cualquier uso de los personajes en obras derivadas y merchandising, para volcar todo el universo de Calvin & Hobbes en la tira y que los fans se concentren únicamente en ella. Hasta que un día, en este pico de popularidad, Watterson anuncia el final: en una breve carta dirigida a su editor, comunica que ya había realizado “todo lo posible dentro de los límites de las fechas de entrega y el tamaño de las viñetas”. El 31 de diciembre de 1995, con diez de años de historia a cuestas, Calvin & Hobbes baja el telón.

calvin_and_hobbes_comics_freecomputerdesktopwallpaper_1600A partir de ese momento, Watterson se sumerge en una suerte de reclusión. Sus reportajes y apariciones públicas se vuelven cada vez más esporádicas, y aún más su participación en medios gráficos. En estos más de veinte años, apenas hemos visto un afiche para el documental Stripped (en el que aparece como uno de los entrevistados) y tres colaboraciones para la tira Pearls before swine, invitado por su autor, Stephan Pastis. En 2014 protagoniza un pequeño revuelo al ganar el Grand Prix del festival de Angoulême. Como era de esperarse, no se presenta en el evento pero sí dibuja una historieta para el afiche de la edición 2015, en el que demuestra que su talento sigue intacto.

Guardadísimo en algún rincón de Ohio, Watterson se animó a llevar a la práctica lo que muchos artistas pregonan: que su obra hable por él. Sin reiteraciones ni estridencias, respetando al lector y, principalmente, a sí mismo. Cosa que está muy bien. Aunque eso no quita que, igual, lo extrañemos.

 

3676FRANCISCO SOLANO LÓPEZ

Por Fede Velasco

Reconocido por todo el mundo como el dibujante de El Eternauta, la carrera de Solano esta muy lejos de dormir a la sombra de la obra que co-creó con H.G. Oesterheld. El dibujante nacido en 1928 y que nos abandonó en 2011, arrancó laburando para Columba en 1953, para después hacer dupla con Oesterheld en Bull Rocket, Rolo el Marciano Adoptivo, Ernie Pike y obviamente El Eternauta.

En la década del ´60 empieza a dibujar historietas de guerra y de futbol para la editorial británica Fleetway, y se muda a Europa, para retornar al país años mas tarde y volver a trabajar para Columba. En 1976, el éxito de las reediciones de El Eternauta por Edicones Record lo llevan a realizar junto a HGO una secuela, al tiempo que arranca junto a Ricardo Barreiro con Slott Barr. Es en estos años que se muda a España para proteger a su hijo de los milicos, y entre ambos crean Ana e Historias Tristes, dos obras tan maravillosas como amargas.

barreiro_solano_100Ya en los ´80 dibuja Aguila Negra con guiones de Ray Collins, Calle Corrientes junto a Guillermo Saccomano y Evaristo con Carlos Sampayo. En esta década también salen muchas de sus colaboraciones con “el loco Barreiro” como El Instituto o Ministerio.

A mediados de esta década se muda a Brasil y empieza a colaborar con editoriales yankis como Dark Horse y Fantagraphics. También comienza a colaborar con él Pablo Maiztegui como su asistente que muy pronto se transformaría también en su guionista (bajo el seudónimo de Pol) y lo acompañaría hasta sus últimos días, siendo responsable de escribir todas las continuaciones de El Eternauta, y la mayoría de la producción del maestro en las décadas posteriores.

Dibujante incansable, era increíble ver a Solano seguir produciendo material con mas de 80 años, ya que trabajó hasta sus últimos días, lo que nos deja una cantidad de material tremenda a la que podemos volver para extrañar su falta un poco menos.

 

PHO5f605972-a57a-11e4-8e5e-1683cc9e89f2-805x453JIRO TANIGUCHI

Por Maximiliano Britos

Pocos autores de Japón tienen esa característica especial de poder enamorar a cualquier tipo de lector con sus trabajos. Taniguchi sin duda es uno. Nacido en 1947, debutó profesionalmente en 1970 con «Kareta Heya», y desde ese entonces, lo único que pudo hacer es llenar el mundo de las viñetas de genialidad.

En un principio, sus trabajos más conocidos fueron siempre con otros guionistas. Casi siempre con Natsuo Sekikawa, con quien nos dejó obras como «Muboushi Toshi» (Ciudad sin defensa), «Nashikaze wa Shiroi» (El viento del Oeste es blanco) o «Lindo 3!»… pero la primera obra inigualable y para la posteridad, también con Sekikawa, fue la extensa «Bocchan no jidai» (La era de Botchan), publicada entre 1987y 1996. Paralelo a esto, Hotel Harbour View (1986) fue la otra obra de la dupla que trascendió.

taniguchi_journalpereEn los siguientes años, si bien Taniguchi siguió dibujando guiones ajenos, escribió historias de tintes históricos o ciencia ficción, fue donde comenzó su descubrimiento y huella personal más característica: la historia cotidiana. El drama del día a día. La introspectiva personal. Con un trazo limpio, luminoso. Los personajes sin características excepcionales a nivel estético. La naturaleza de las obras desbordando una simpleza extraña, que pueden atrapar a cualquier lector y lograr que se identifique con la historia sin mucho esfuerzo. El manga de Taniguchi tiene esta característica que lo hace distinto a cualquier otro autor: una simpleza que cautiva. Donde más se nota este salto es en Aruku Hito (El caminante, 1992), Inu wo Kau y la posterior Chichi no Koyomi (El almanaque de papá, 1994), una historia que nos traslada a un incendio en Tottori que realmente ocurrió, contando una ficción con experiencias personales del autor sobre una familia que sobrelleva la pérdida.

No me queda más que recomendar un par de obras suyas, insistiendo en que, si bien algunas no puedan parecer tan maravillosas como otras, todas valen la pena. Al menos, todas las que son escritas por él. Harukana Machi-E (Barrio Lejano) es quizás una de sus obras más populares, sobre un hombre de mediana edad que visita su pueblo natal y vuelve a su adolescencia, o Kamigami no Itadaki (La cumbre de los Dioses), una historia sobre alpinismo.

En un medio donde raramente encontamos una historia tranquila que nos emocione tanto por trama como por simpleza, Taniguchi siempre va a ser una bocanada de aire fresco.

 

364335-76540-john-byrneJOHN BYRNE

Por Martín Fernández Cruz

Dimensionar la importancia de John Byrne en tan pocos caracteres, es imposible (por eso recomendamos la columna Hablemos de Byrne) , así que vayamos al grano: guionista y dibujante todo terreno, que durante los ´70 y ´80 revolucionó el mercado y se convirtió en una suerte de Rey Midas indiscutido. Tan talentoso como cabrón, este autor imprescindible llevó hacia la gloria personajes totalmente diversos. Sus picos más altos fueron indudablemente Iron Fist (cuando era un ígnoto de la B por el que nadie nada dos mangos), los X-Men (donde laburó con Chris Claremont, guionista con el que tuvo una relación amor/odio apasionante, y con el que ambos sentaron las bases de la enormidad mutante); como autor integral Byrne dio cátedra en Fantastic Four, Alpha Flight (un capricho personal que terminó por ser una obra maestra inesperada) y principalmente en su etapa en Superman, donde revitalizó al personaje y lo llevó hacia la gloria más absoluta, manteniendo el espíritu clásico del héroe y respetando su propia escencia. También la descosió en She-Hulk, en Namor, en una serie solista de The Thing y hasta en una obra propia como lo fue Next Men.

13568f3ea594bb9e26b9558e3a092036._SX640_QL80_TTD_Lamentablemente, Byrne no supo mantenerse vigente, y los ´90 y sobre todo los 2000, lo encontraron realizando obras kilométricamente alejadas de su usual calidad. Pero más allá de eso, lo cierto es que John Byrne, como Kirby o Tezuka, es un autor que invariablemente resulta apasionante para cualquier lector amante de un género tan hermoso como el de los superhéroes (que obviamente, es justamente hermoso gracias a obras como las de Byrne).

 

KMBT_C454-20130923132755LEE FALK

Por Andrés Accorsi

Quizás haya habido otros guionistas de historietas antes que él, pero el primer escritor en dejar su huella en un medio históricamente dominado por los dibujantes fue Lee Falk, nacido en 1911, en St.Louis, con el nombre de Leon Harrison Gross.

Falk pasó a la historia en 1934, cuando creó a Mandrake the Magician para las tiras de prensa de EEUU, y dio su golpe maestro dos años después, con la creación de The Phantom junto al dibujante Ray Moore. Muy influyente en la primera etapa del género superheroico, esta historieta se sigue publicando aún hoy, 80 años después, y es uno de los referentes icónicos del comic de aventuras. The Phantom llegó a publicarse simultáneamente en 583 diarios de todo el mundo y se calcula que en su mejor momento, las tiras de Falk eran leídas por unos 100 millones de personas por día.

Adicto a los viajes, Falk tuvo tres esposas y tres hijos. Trabajó también en radio, escribió cuentos y novelas, es autor de 12 obras de teatro, dirigió unas 100 y produjo unas 300. Escribió hasta el último día de su vida (13 de Marzo de 1999), sacándose la máscara que le proveía oxígeno para dictarle guiones a sus asistentes.

 

Universal+Studios+Hellboy+II+Golden+Army+DVD+s56tNbTcc14lMIKE MIGNOLA

Por Amadeo Gandolfo

Alan Moore, en un prólogo, describió el estilo de dibujo de Mike Mignola (1960) como “el expresionismo alemán conoce a Jack Kirby”. Y hay algo de eso en sus figuras musculosas pero unidimensionales como recortes de papel, en su juego con las masas de color y de negro y las ciudades y castillos derruidos, llenos de detalles, que surgen en oposición a ese vacío, en sus historias que oscilan siempre entre la acción y la tragedia. Pero también hay bastante más: de M.R. James, de Dickens, de Lovecraft (por supuesto), de cuentos de hadas, de folklore ruso, de Doré reducido a su mínima expresión. Mignola comenzó su carrera, como cualquier hijo de vecino de principios de los 80s, trabajando para DC y Marvel, en algunas series olvidables (Power Man & Iron Fist, Phantom Stranger) y otras que pasarían a la historia por sus consecuencias más que por su excelencia artística (Rocket Raccoon, por darle a Marvel su futura estrella peluda, Cosmic Odyssey, por convertir a John Stewart en un genocida). Pero muy pronto se percató de que el negocio estaba por fuera de las grandes, en sus propias creaciones.

hih-01-06Como parte de la efervescencia post-Image, Mignola creó a Hellboy, su aporte fundamental a la historieta y la narrativa en general. Mignola se ha pasado los últimos 20 años tallando este rincón con obstinación y genio. De la serie original del demonio duro y gracioso que investigaba casos y (casi) siempre ganaba se han desprendido cientos de ramas: el BPRD, la extraoficial serie central del universo, con su tono depresivo y derrotista, su genial elenco de dibujantes rotatorios; Lobster Johnson, con su aventura pulp y absurda; Sledgehammer 44 para el comic de guerra. Lo que comenzó como aventuras episódicas contra los nazis devino épica de una lenta derrota a lo largo de múltiples títulos. Que encima se encuentra a punto de concluir. Hace poco terminó Hellboy en una nota emotiva y definitiva y anunció sus planes de dedicarse a la pintura. Más allá de la tristeza de perderlo, podemos quedarnos con la certeza de que se dio el lujo de construir y derrumbar un imperio gótico y particular.

 

523b7fe0800fc_760x506QUINO

Por Andrés Accorsi

¿Hace falta explicar, a esta altura de la vida, por qué Quino es uno de los autores más geniales que dio la historieta? ¿Hace falta repasar esa ilustre trayectoria que se inició allá por mediados de los años ´50 y se extendió hasta que en 2009 la salud le impidió continuar dibujando y anunció su retiro? ¿Hace falta recordar que nació en Mendoza en 1932 y que se vino a Buenos Aires en 1954 con una mano atrás y otra adelante a perseguir el sueño de triunfar en el mundo del dibujo humorístico? ¿O revivir las épocas en las que, tras el golpe militar de 1976, emigró a Milán junto a su esposa Alicia? ¿Hace falta repasar los títulos de toooodos esos libros que recopilan sus chistes, a veces mudos, a veces con textos, a veces con una sóla imagen, a veces con narrativa secuencial, siempre repletos de ideas brillantes?

 

 

-1La verdad que no. Prefiero recordar que allá por 1964, Quino detonó el mundo con la creación de Mafalda, una de las historietas más leídas y premiadas a nivel mundial, publicada a lo largo de 10 años en distintos medios argentinos y luego reeditada en más de 30 idiomas. Y si bien todos esos chistes de una página son gloriosos, para nosotros, los fans del comic, Quino va a ser siempre el autor de Mafalda. Amamos esa tira, la releemos, se la hacemos leer a hijos y sobrinos, nos sabemos los chistes de memoria… y volvemos a esos otros trabajos de Quino cuando queremos redescubrir su virtuosismo gráfico, la increíble plasticidad de su trazo, la línea tremenda que bajaba, la poesía a veces amarga y a veces incandescente que el maestro transmitía con un talento y un compromiso impactantes, incluso cuando muchos de sus lectores querían simplemente que les arrancaran una sonrisa. De Mendoza al mundo, Quino, con sus 84 años, es –sin dudas- uno de los tres o cuatro autores de comics más grossos de los que hoy están vivos.

 

foto-rudolf-dirksRUDOLPH DIRKS

Por Fabio Blanco

Ahora se sabe (aunque el dato no está muy difundido) que William Randolph Hearst adquirió los derechos de “Max und Moritz” (1865), los traviesos personajes de Wilhelm Busch con el propósito de que protagonizaran una página dominical. Para llevar a cabo esa tarea contrató a Rudolph Dirks (1877-1968), un estadounidense nacido en Alemania que conocía el material original y el “slang” que hablarían los personajes.

The Katzenjammer Kids (1897) apareció apenas un año después de que R.F.Outcault experimentara con viñetas secuenciales y globos de texto en su Yellow Kid. Dirks utilizó esas herramientas desde el principio. Popularizó además elementos del lenguaje del comic, como líneas cinéticas, estrellas tras un golpe o el tronco aserrado de los ronquidos. katzen10La víctima recurrente de Hans y Fritz era al comienzo, Mama, su madre. Unos años después aparecerían Der Captain y Der Inspector.

Dirks hizo dos pausas en su carrera con los “Katzies”: en 1898, para ir a Cuba a combatir en la guerra hispano-americana, y en 1912 porque quería viajar por Europa y dedicarse a pintar. A su vuelta, la tira estaba en manos de Harold H. Knerr, y Hearst se negaba a devolverle su trabajo.

Dos versiones de los mismos personajes, en medios diferentes, fue el resultado de la consiguiente batalla legal. The Captain and the Kids, la versión de Rudolph Dirks y sus sucesores, duró hasta 1979. La original sigue en sindicación aún hoy.

 

XVM3bb597fa-2c96-11e5-bf24-6242e73c5775YVES CHALAND

Por Lucas Ferrero

¿Qué hubiera pasado si Lionel Messi moría después de haber ganado todo los títulos por primera vez en el Barcelona? Eso es la vida de Yves Chaland, un poeta de la línea clara que nació en 1957 en Francia.

Chaland es de esos autores fanáticos de Hergé, André Franquin y Jijé, pero su trabajó pegó un salto tan grande, que encontró su propio camino. El autor francés era un maestro de la narrativa, ya que con su color armaba climas e ideas de conexión entre viñetas y sus puestas de página siempre tenían coherencia.

¿A esta altura del texto hay dudas de Chaland? Bueno, fue la primera elección de Moebius para colorear el primer álbum del Incal, la mítica colaboración con Alejandro Jodorowsky.

chaland-c-est-clair,M60633La obra de Chaland es corta pero suficiente para generar un golpe de estado a Ever Meulen y Joost Swarte. Desde Captivant, donde Chaland dibuja en varios estilos hasta las grande y míticas aventuras de Freddy Lombard (el Tintín quilombero).

¿A ésta altura del texto hay dudas de Chaland? Bueno, es uno de los pocos autores en la historia de la humanidad que dibujó Spirou y logró la mezcla perfecta entre Jijé y Franquin.

En 1990, el último romántico de la línea clara muere con su hija en un accidente automovilístico. La Tierra estuvo de luto. Sí te gustan las teorías conspirativas, yo creo que cierta parte de su alma y talento cayó en poder de Olivier Schwartz.

Recomiendo muy especialmente los cinco álbumes de Freddy Lombard, Bob Fish y las aventuras de Albertito.

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