Ultima entrega de la mega-nota que repasa los 90 años de historia del popular personaje creado por Dante Quinterno.

Patoruzú (parte 4)

30/05/2018

| Por Diego Accorsi

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patoruzu51-9626e34280beb9091015125489532819-640-0Ya hemos recorrido juntos casi noventa años de historia de Patoruzú, vimos su amanecer, su cenit y su ocaso. Ahora, sólo nos queda taparnos la nariz para diseccionar el cadáver, meternos en las entrañas y sacar a la luz aspectos ocultos de la historia del icónico cacique.

 

Ultranzas de Patoruzú

“El primer antecedente político de Patoruzú aparece en la tira publicada por el diario La Razón el 12 de Octubre de 1930, bajo el título de Julián de Montepío. En ella, Julián apoya y festeja el golpe de estado efectuado por el General Uriburu el 6 de Septiembre de ese año, diciendo: «Todo argentino que lleve sangre de patriotismo en las venas no debe faltar a la magna cita; hoy, todo argentino debe concurrir a presenciar el desfile de los ínclitos milicos que nos salvaron de la tiranía oficialista».”(Comiqueando nº19, “La Verdadera Historia de Patoruzú”, Fernando García y Hernán Ostuni).

Calculo que para esta altura ya no debe quedar leyendo esta nota ni un sólo defensor de Quinterno, así que podemos despacharnos con los tradicionales cuestionamientos al personaje. Cuando Patoruzú se convierte en el vocero ideológico de Quinterno, es decir, cuando el Pibe asume que el éxito sólo lo logrará a través del indio y no de Julián, principalmente en la etapa que se inicia en el diario El Mundo y explota en la revista Patoruzú, se convierte en un nacionalista a ultranza, un ‘patriotero’ que ama tanto a su país que odia a todos los demás.

Por supuesto, contra Perón se calla la boca y aleja todas las referencias políticas del semanario, no sea cosa que lo censuren, pero como un ciego, Quinterno sigue postulando número a número que el mal viene de afuera. Chinos, gitanos, turcos, alemanes, judíos, todos son caricaturizados, ridiculizados, estereotipados por Quinterno y derrotados por Patoruzú.

1978 LIBRO DE ORO RTerminada la Segunda Guerra, debe bajar los decibles de intolerancia y xenofobia, por lo que agrega a un verdadero malvado detrás de las motivaciones de los enemigos del cacique: Satanás. Si tu enemigo es la personificación del Mal, Patoruzú pasa sin duda a ocupar el rol de Dios bueno. Pero las aventuras de un dios omnipotente invencible resultarían muy aburridas, y ahí es donde cobra más protagonismo Isidoro y sus tentaciones, que meten constantemente en problemas a Patoruzú. El porteño arribista le sirve a Quinterno para darle vueltas a la aventura y humillarlo con ‘humor’.

“Los judíos, con quienes Quinterno más se ensaña, son seres despreciables, avaros y malévolos; los chinos son traidores y prácticamente no hay personajes negros en el mundo Patoruziano.

La remera oficial de Expo América ´92

La remera oficial de Expo América ´92

Será por estas características (naturales del autor y no del personaje) que Patoruzú fue adoptado como mascota por la dictadura militar encargada del proceso de Reorganización Nacional para sus calcomanías y panfletos, en las que el cacique aparecía como símbolo autóctono, domando un potro con la forma de la República Argentina, antes de caer eclipsado en sus funciones por Clemente, durante el mundial del fútbol de 1978.” (García y Ostuni, Op. Cit.).

Incluso durante el menemismo, Patoruzú fue el emblema de esa fiesta de la corrupción que se llamó Expo América ’92, donde el por aquel entonces intendente Carlos Grosso sacó inmenso provecho del recientemente resurgido Puerto Madero festejando la colonización/subyugación/ exterminio de los pueblos aborígenes de nuestro continente en manos de los europeos.

E0C88F2EFY no empecemos a hablar de Patoruzú con las mujeres. Su inocencia, su personalidad misógina, su timidez, en realidad oculta un problema del autor, que sabe que si su personaje se enamora, tiene que explorar terreno escabroso (la descendencia, la continuidad, y ay, no lo quiero mencionar… el SEXO). Criado en un mundo pacato y mentiroso más cerca de la Inglaterra victoriana que de los mapuches, Quinterno cree que el sexo es un tabú intocable y prohíbe cualquier tipo de acercamiento de sus personajes al tema. Isidoro, el langa number one, nunca se tranzó a una mina. Mucho menos Patoruzú, que no olvidemos, en el fondo tiene que demostrar algo de gil. Divito, lejos el mejor artista que trabajara para el Sindicato Quinterno, renuncia y abre su propia editorial compitiendo con la Patoruzú semanal, en gran parte, porque el joven artista estaba cansado de que el poderoso Dante le hiciera alargar el ruedo de las minifaldas.

Nuevamente como su amigo Walt Disney, Dante aborrecía el concepto de familia, al menos dentro de la historieta. Nada más nefasto que un matrimonio, un padre y un hijo. Fíjense que esta relación no existe. Todos son tíos y sobrinos, la Chacha es un ente no-familiar que vive sola en la estancia con Ñancul, pero nunca jamás te van a dejar entrever que pasa nada.

img254Y no digo que sea algo político a lo Dorfman y Mattelart (Para leer al Pato Donald); es algo netamente argumental y lógico. Si hay un matrimonio, tiene que haber, en algún momento, un hijo. Si hay un hijo, en algún momento, inevitablemente, tiene que crecer. Si hay crecimiento, hay diégesis y si hay diégesis hay marcas de orden cronológico, por lo tanto, no se pueden editar y reeditar cualquier tira en cualquier momento. La Historia tiene que ausentarse, paralizarse, no por una cuestión dialéctica de explotación del capital, sino porque una regla del universo Patoruzú es que las historias tienen que poder ser leídas en cualquier orden. Al final de cada historia todo tiene que volver al equilibrio del principio. Nunca puede obtener fortunas Isidoro, nunca puede cambiar el status quo de la serie. Nunca puede crecer Patoruzito, ya que estamos. Y Patoruzú, a contramano de los argentinos, nunca puede perder.

imagesSiglo XXI cambalache

El libro de la Biblioteca Clarín, el libro de Isidoro de Norma y la realización de las abominables películas de Patoruzito e Isidoro fueron muestras del interés vigente por estos vetustos personajes en la década pasada. Y otra vez apelando a la nostalgia con historias de los ’50 apenas maquilladas, aferradas a una gloria de la que ya casi queda apenas el recuerdo, Patoruzú tuvo un par de revivals más: a principios de 2010, el diario Perfil ofreció como un coleccionable de compra optativa 12 historietas de Patoruzito, seleccionadas entre las famosas Correrías, que fueron reeditadas en libritos con portadas en cartulina, papel ilustración y –por primera vez- coloreadas en su totalidad. Un año más tarde, sucedió lo mismo con Patoruzú: 15 de las clásicas Andanzas aparecieron coloreadas por primera vez y editadas en ese formato de libritos, no muy distintos a las revistas tradicionales de la editorial Universo. En ambos casos, el trabajo de los coloristas fue espantoso.

En 2015, después de casi 40 años sin producir nuevas aventuras, la Editorial Universo discontinuó las revistas tradicionales. Andanzas de Patoruzú llegó al nº 945, Correrías de Patoruzito hasta el nº 937 y Locuras de Isidoro hasta el nº627. Así, estos míticos personajes desaparecieron de los kioscos argentinos y los dibujantes que mes a mes imaginaban nuevas portadas para aquellas viejas aventuras (reeditadas en algunos casos hasta 10 veces) se quedaron sin trabajo.

tapapatoruzuY finalmente, en 2017 la editorial Assisi lanzó los primeros volúmenes de la Colección Patoruzú, que reunirá en cuatro libros las aventuras clásicas del cacique, las que realmente escribió y dibujó Dante Quinterno en los años ´30, perfectamente reproducidas gracias al inconmensurable trabajo de curaduría del historietista y especialista Pablo Sapia. Actualmente la colección va por el Vol.3.

¡Ahijuna canejo, sotreta! Qué difícil es ser un hitazo comercial en la prensa argentina, ser el emblema de la oligarquía y la xenofobia local, ser merchandising y ser una historieta de aventuras con humor con noventa años encima. ¿Quedan todavía posibilidades de redención para el último de los caciques tehuelches, para el súper fuerte millonario incorruptible bonachón inocente en este Siglo XXI?

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