Desde Adentro

No me importaría tener que cambiar y adaptar a Mortadelo y Filemón a los nuevos tiempos, aunque creo que los tiempos no han cambiado gran cosa.

Francisco Ibáñez

27/03/2020

| Por Staff de Comiqueando

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ff12a640e80fd07f3ef81bfa1efb6b74Cuando estaba en la antigua editorial, las viñetas se hacían pensando ante todo en la parte comercial. Ahí no había vuelta de hoja. Entonces, el que hacía la historieta pensaba en una que tuviera la mayor aceptación posible, y que tuviera casi dos lecturas: una para el niño, que eran los gags y tal; y otra para el adulto, que tuviera alguna conexión, que aunque no fuera crítica social ni nada de eso, reflejara lo que estaba ocurriendo en el mundo. Entonces a los adultos les hace gracia porque ven personajes inmersos en su propia vida, y a los niños les gustan los golpes y los porrazos, esos gags que son como ir al circo a ver a los payasos. Y así, todo el mundo contento, y la cosa se vende más, sencillamente.

Antes las historietas iban en una sola página, la cual era un gag o un chiste, o un sketch, o como lo quieras llamar. Se planteaba el gag, en la siguiente viñeta lo ibas desarrollando, y la última viñeta era la resolución de aquella, la sorpresa final. Entonces, si eso tenía cierta gracia, bien. Si no, entonces me decía: «Me he tragado al final toda la página para esta tontada». Y durante un tiempo esa fue la tónica de mis historietas, que del principio al final era una cosa cordial, en la que en la última viñeta salía un personaje persiguiendo al otro. Y en fin, eso estaba bien, pero a la larga pensé que eso iba a cansar a la gente, así que comencé a cambiar el formato poco a poco, metiendo cosas más cotidianas, alejadas del típico héroe que va por ahí solucionando los problemas del mundo. «Esto de los superhéroes ya está pasado de moda», me decía. Y decidí que el héroe de hoy día era un tío achaparrado, que está en cualquier oficina del Gobierno. Ese es el héroe de hoy día. Y los temas, pues que sean los temas que preocupan a la gente de la calle. Yo no voy a dar la solución a algo que es imposible, pero simplemente con que aparezcan la gente se siente identificada y le gustan más esas historias.

61Z45uc-rALEntonces empecé a sacar cosas así, a meter personajes actuales, como cuando vino aquello de la profusión de las computadoras, que hice «El ordenador, qué horror», que es algo que no he entendido nunca. O cuando subió el precio de la gasolina, o cuando bajaron los sueldos. Y aquellos temas se tocaban en las historias, pero seguía habiendo mil gags. Y para los niños, y para los adultos también, eso es como ir al circo a ver al Clown Blanco y a Augusto, que salían imitando como que se pegaban tortas, y con eso todos los niños se reían, y a mí se me ocurrían mil cosas así, que parecen de una violencia inusitada, pero no es verdad.

Eso también me lo han comentado, que si Mortadelo y Filemón son violentísimos… Pero, ¡por favor! Si cuando Mortadelo se cae del Everest o del Empire State, y luego le pasa un tren de cargas por encima, a la viñeta siguiente está tan feliz, diciendo: «Coño, qué golpe más tonto me he pegado». Es que no tiene ni pies ni cabeza. Los niños se ríen, no les influye. Son todas esas cosas las que gustan y yo he ido poniéndolas al día, y la cosa funciona. Cuando ves que el público te responde, sigues; y si no, te buscas nuevos temas. Aunque a estas alturas ya no voy a buscar nuevos temas, que demasiado tengo encima. Pero quiero decir que no me importaría tener que cambiar y adaptar a Mortadelo y Filemón a los nuevos tiempos, aunque lo cierto es que yo creo que los tiempos no han cambiado gran cosa.

El ordenador que horrorAhora los niños tienen esas cosas de las tabletas. Y entonces tienen la ventaja de que ellos casi se fabrican sus propias historietas, hacen mover a sus propios personajes. La tableta te permite darles el sonido, la voz de los personajes, y eso es miel sobre hojuelas. Entonces los niños de ahora no me leen tanto. Tengo a mis nietos, que como soy yo el que hace las historietas vienen por casa y agarran mis libros. Solo me faltaría eso, que mis propios nietos me dijeran que no… Pero en general, los niños de ahora se decantan más por eso de las tabletas y por la televisión, que tienen ahora mil y un programas infantiles, con peliculitas de esas de dibujos animados, y están más con eso que con la historieta.

 

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