Cuando llevás un tiempo escribiendo guiones, aprendés muchos trucos. No me refiero a trucos tipo escribir menos oraciones o menos textos. Por el contrario, yo recomiendo escribir mucho, muchísimo, incluso sin sentido ni dirección. Es la mejor forma de combatir esos bloqueos que cada tanto nos paralizan y que tanto nos complican la vida, esos que hacen que no soportes ni siquiera mirar la pantalla de la computadora. Una vez que arrancás, que rompés el bloqueo, podés sintetizar tus ideas en menos palabras, pero más importantes. Los diálogos te salen más breves. Las descripciones de cada escena le dicen con exactitud al dibujante lo que vos querés, sin irte por las ramas ni marearlo. La coreografía de las escenas de lucha te sale perfecta. Tus personajes cantan.
Pero son trucos que se aprenden. Cómo armar una escena. Como establecer a un personaje a través de la motivación y no a través del argumento. Cómo hacer que los personajes estén siempre en movimiento. Y si tenés suerte, hasta podés meter unos cuantos chistes y lograr que la historia resulte divertida aunque no tenga ni media idea original. Suena horrible, no? Pero es necesario. Las fechas de entrega están ahí, y hay que cumplirlas, sí o sí. Te tenés que obligar a escribir aunque no tengas ganas. Entonces, tratás de construir una historia que tenga un par de giros y cositas de las que disfruta el lector, incluso cuando no se te enciende la chispa.
Y muchas veces te sale mal, porque los lectores son intuitivos y perciben que la chispa no se encendió. Pero si les gusta tu trabajo, porque durante años les demostraste que sabés hacer guiones satisfactorios, te van a bancar mientras la historia tenga un cierto interés. Eso es lo bueno de escribir series: no te van a matar si un episodio es flojo. Te van a juzgar por el desempeño global de la serie. Y si en el panorama global los puntos altos fueron muy altos, nadie se va a acordar de los puntos bajos. Te puede no gustar trabajar así, pero cuando uno hace esto para subsistir, hay que aprender no sólo a escribir por impulso, sno también por técnica y oficio.
Muchos de los mejores guionistas de comics escriben por impulso. Saben instintivamente qué va a funcionar bien. Los diálogos cierran, las tramas avanzan, las ideas siempre son sólidas. Pero cuando se va el instinto, no tienen de qué agarrarse, y por eso uno ve trabajos tan desparejos en algunos guionistas. Como para vivir de esto hay que producir mucho material, tenés que seguir generando ideas, aunque las ideas no te vengan. Si escribís sólo por instinto, lo vas a sufrir más. Si además aprendiste a escribir por oficio, podés gambetear algunos problemas y eventualmente tratar de encauzar tu producción de vuelta a la normalidad.
Con lo único que se le gana al bloqueo creativo es con trabajo. Darle y darle, pensando en positivo. Y si no podés trabajar, apagá la computadora, salí, mirate una película, jugá a la pelota, hacé algo. Si te quedás frente a la computadora te vas a castigar a vos mismo y te vas a hundir más en el bloqueo. Divertite. En el peor de los casos, la pasaste bien. En el mejor, por ahí ahuyentaste a alguno de los problemas que te impedían escribir. Buena suerte.


