Maldito Mainstream

El éxito de los Champions es consecuencia directa de un montón de buenas apuestas que hizo Marvel en los últimos años.

Champions

20/01/2017

| Por Matías Depettris

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5564715-champ2016003_dc41-0Feliz año, queridos lectores, y bienvenidos al Maldito Mainstream del 2017. Me gusta pensar que esta sección poco a poco va concatenando algunos títulos y anticipando próximas ediciones casi por azar, sobre todo cuando estudiamos los movimientos de la casa de las ideas, Marvel Comics, una editorial que hace rato ha perdido todo rastro de status quo y cada año agita un poco el avispero en busca de nuevos lanzamientos.

Un título como el que hoy me toca abordar, Champions, lo puedan percibir o no la mayoría de los lectores, es consecuencia directa de un montón de buenas apuestas que esta editorial estuvo haciendo en los últimos años, tanto en autores como en series regulares. En esta sección fuimos testigos de muchas de esas movidas y poco a poco fuimos delimitando un mapa de ruta a futuro. Por ejemplo, fuimos nosotros quienes te anticipamos que la nueva Ms. Marvel, Kamala Khan, era un tremendo personaje digno de leer y seguir, y en la sección que le dedicamos hace casi un año y medio auguramos un futuro espléndido para este personaje. También aquí le dedicamos una sección a algunos de los “nuevos Avengers”, como el Capi/Sam Wilson o la Thor femenina, y cuando finalmente Mark Waid se hizo cargo de una de las formaciones de los Avengers, la cual tendría entre sus miembros a estos tres personajes recién citados junto al Ultimate Spiderman/Miles Morales, Tony Stark, Vision y Sam Alexander, el nuevo Nova, no solo no nos sorprendió, lo aplaudimos y homenajeamos de la única forma que sabemos hacerlo: con una entrada en esta sección.

unknown-1Marvel históricamente siempre tuvo una cuenta pendiente cuando se trata de las comparaciones muy finas con DC: nunca tuvo unos Titans. Esta observación a muchos les parecerá muy traída de los pelos y poco acertada pero cuando se analiza el caso en profundidad dudo no me den la razón. Tuvo infinidad de equipos, sobre todo en el pasado reciente, conformados por héroes muy jóvenes, los cuales muchas veces acentuaban esta característica ya desde el mismo nombre (Generation X, New Warriors, New Mutants, Young Avengers) y, claro está, también están los Runaways, cuya formación estuvo protagonizada por adolescentes desde sus inicios. Pero ninguno de estos grupos logró consolidarse a lo largo del tiempo y ni lograr ser reconocido como una franquicia eterna de los héroes más jóvenes de esta editorial, no al nivel de los Titans de DC.

4f86303af7bb106ebb360c7b1a9ff678Champions, la serie que comenzó su andadura en Octubre pasado de la mano de Mark Waid y el mexicano Humberto Ramos, es la oportunidad perfecta para reformular una franquicia que jamás tuvo esta característica –la de la juventud imperante de sus miembros- y cuenta con la fibra necesaria para al menos participar de la contienda por el cinturón. No es la primera vez que Waid y Ramos trabajan juntos en un proyecto similar: la última vez que lo hicieron la rompieron, y fue con el Impulse de DC, a mediados de los ’90, una serie que en esos años representó uno de los pocos proyectos regulares que podíamos aplaudir de una editorial que mes a mes se estaba hundiendo en la mierda.

Y acá, para colmo, aplicaron un poco de sentido común, porque, en serio… ¿qué carajo estaban haciendo Kamala Khan, Miles Morales y Sam Alexander en una formación de Avengers codo a codo con viejos chotos como Wilson, Stark y Vision? Sí, el comic era realmente entretenido, llevadero y repleto de acción, pero el mismo Waid denotaba en sus tramas las fracturas generacionales evidentes de ese equipo, al punto tal que por momentos parecían dos grupos intentando empujar forzosamente juntos hacia el mismo lado.

c3ea0z1wztptzzdaqgfwEs así como algunos eventos acontecidos en la reciente Civil War II dan la excusa perfecta para la ruptura, y la ídola máxima de Kamala, ni lerda ni perezosa, luego de ser decepcionada una y otra vez por el pensamiento práctico y carente de sensibilidad social de los adultos que la acompañaron estos meses como compañeros de batalla, toma las riendas de su vida y convoca a los ya mencionados Nova y Spidey para reagruparse en un nuevo equipo, y este último decide incluir en la formación a Amadeus Cho, también conocido como el Totally Awesome Hulk, o Hulk a secas, quién acepta la propuesta de “trabajo” con la condición de incorporar, también, a una compañera gamer: Viv Vision, la hija adolescente de Vision.

Champions reúne a los héroes jóvenes más icónicos de la editorial en este momento, atravesados tangencialmente por la diversidad racial, irradiando buen humor y denotando una perfecta predisposición para establecerse como una verdadera nueva generación de héroes de Marvel. Es increíble que un tipo de 54 años como Waid pueda escribir diálogos tan verosímiles para estos personajes, pero cuando los leemos no nos cabe la más mínima duda que son un puñado de millennials en acción, dueños de una sensibilidad enorme hacia las desgracias que la gente carente de poderes tiene que sufrir por parte de abusadores, terroristas, tratantes de personas y el sector demográfico más machista y retrógrado de la cultura musulmana, por mencionar algunos estereotipos de villanos que han enfrentado.

champions-3-humberto-ramos-dialogue-sceneY la interacción entre ellos es, por supuesto, el plato fuerte de la serie, con situaciones y diálogos que se presentan de manera clásica pero de forma muy fresca, y es ahí donde Waid encuentra los puntos más altos, con pequeños detalles que terminan construyendo preciosos momentos, muchos de ellos inolvidables. Amén de que la caracterización de todos es correcta, es imposible no darse cuenta el amor que el guionista le tiene a Kamala, y el tratamiento que le da en este comic la dota de una chapa infinita, la cual a mi entender ya cargaba mucho antes de la formación de este equipo, pero que en estas páginas por suerte no hace más que fortalecerse. Es ella la que toma la iniciativa para formar el equipo y también es su idea la de ir juntos de campamento para conocerse mutuamente, y sobre todo entender los poderes y habilidades de cada uno, los alcances y los límites, en una jugada magistral que sirve como perfecta carta de presentación de estos jugadores y que extrañamente Waid se reserva recién para el 2º número. Y no es la única sorpresa que el escritor nos revela en ese número: Cyclops se une a dicha reunión y pide permiso para formar parte del grupo. Bueno, no precisamente el Cyclops que todos conocemos –el cual está muerto, ¿no?- si no más bien una versión adolescente del mismo que quedó varada en este tiempo. La forma en la que resuelven permitirle formar parte del equipo es un perfecto ejemplo de la maestría de Waid como escritor.

Nada de toda la magia inherente en esta serie sería posible sin el arte de Humberto Ramos, un dibujante dinámico que nació para retratar este tipo de personajes y que lamentablemente pocas veces tiene oportunidad de hacerlo. El idealismo y la ímpetu característicos de la juventud afloran en cada una de las páginas de este comic, que esperemos tenga un recorrido prolongado porque lo que hemos leído hasta acá vaticina un futuro muy prometedor.

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