Finalmente DC decide sacar a Wonder Woman del clóset para que el mundo entero lo vea, y como mujer bisexual no podría estar más contenta al respecto.
No es que no lo supiéramos: es super-obvia la idea de que en una isla donde la población total es de personas del mismo sexo, y siendo seres individuales que necesitan de compañía para suplir sus demandas sexuales y románticas, este personaje sea gay. Pero lo gracioso es que el concepto de gay es algo que viene culturalmente desde nuestra percepción; Wonder Woman no es gay porque para ella no existe algo como “ser gay”, es amor. Lisa y llanamente.
Lo hermoso de haber admitido a la Princesa Diana como un personaje bisexual es la exposición y la visibilidad que muestra para lxs bisexuales y pansexuales dentro de la comunidad LGBTQA, que somos la piedrita angular de este mundo: les caemos mal a los gays –porque piensan que no nos terminamos de decidir–, les caemos mal a los heterosexuales –porque creen que en realidad somos un montón de fiesteros que no podrían vivir en relaciones que no fuesen tríos–. En fin, le caemos mal a todo el mundo por muchas, muchas otras concepciones unidimensionales sobre qué es o no es un bisexual, definiendo el término como “una excusa para gente que no se quiere hacer cargo de su verdadera sexualidad”… porque “Soy Bisexual” parece que no es lo bastante claro.
Y no, definitivamente el personaje no es su orientación sexual. Pero la confirmación de Wonder Woman como queer le da una amplitud de espectro a ella como personaje. Es una princesa, una heroína, una guerrera, una diplomática, una hija, una líder y no le podría importar menos tu género para sentir algo tan humano como es el amor.
Que la superheroína más icónica, feminista y gigante del universo sea abiertamente bisexual (yo opino que es pansexual, pero es un tecnicismo en el que no voy a divagar), genera una visibilidad y un mínimo de apertura al debate y concientización sobre este tipo de identidades sexuales, coincidiendo el anuncio una semana después del Día de la Visibilidad Bi.
Va a pasar mucho tiempo antes de que veamos a Diana tener en las páginas una relación con un personaje del mismo sexo pero, considerando a su creador William Moulton Marston y su relación poliamorosa entre Elizabeth Holloway y Olive Byrne –quienes fueron inspiración directa del personaje–, y sus admitidas prácticas BDSM, yo no creo que hayan pensado que las amazonas eran una isla llena de castas monjas.
El guionista Greg Rucka sale y habla sobre “el gigantesco elefante en la habitación” del que DC nunca se terminó de hacer cargo, y habiendo tenido marcadas tendencias a aplacar este tipo de actitudes en el pasado, Diana y sus relaciones con otras mujeres siempre se sienten vagas y dilatas en el plano de la sugestión. Pero pasó mucha agua bajo el puente (incluso un David Finch diciendo que no es un personaje feminista) y este paso es enorme.
Lo cual nos trae un punto interesante: escuché por todos lados que es una gran movida de prensa porque DC vende mal, Marvel se la da, etc. Si honestamente es una movida de ventas, no me podría importar menos. Es simplemente como funciona la industria del entretenimiento: salir y hacer un gran boom al respecto. Pero esto no es Alan Scott siendo gay porque les pintó, es un personaje que siempre fue así y ahora simplemente tuvieron la dignidad de hacerse cargo, lo cual genera una amplitud y libertad para que los escritores que tomen al personaje de ahora en más, libertad de la que antes carecían. También escuché a otros decir que “si el personaje no sale y dice ‘Hola soy gay’, no sirve”. Me pone contenta que hayamos pasado el momento del episodio en el que el personaje rompe la cuarta pared y le habla a la audiencia tomando al espectador por un imbécil incapaz de entender el subtexto en la ficción, pero entiendo la necesidad.
Cuando Catwoman salió del closet, se levantó la misma polémica “todos los sabíamos”, pero me parece que son personajes que viven su sexualidad de formas muy distintas. Selina es un personaje que no solamente tiene la sexualidad a flor de piel en el minuto a minuto, sino que además es su gran herramienta. Ella entiende que como mujer, tiene la posibilidad de usar su sex-appeal como una forma de conseguir lo que quiere. Mujeres u hombres, son sexis y divertidos por igual. Para Diana es una cuestión de su propia humanidad y su forma de entender el mundo que la rodea.
Esto quizás no te sume nada a vos que estás en tu casa, contento y seguro con tu orientación sexual adecuada a la normativa vigente, pero yo pienso en todas esas chicas (y chicos, ¡obvio!), a las que Diana viene inspirando hace 75 años, tomando coraje y pensando en ella cuando se plantan delante de los padres a decirles algo que da tanto miedo como esto, y me pone muy feliz que puedan encontrar confort en eso. Que si ella, la más grande de todas, es bisexual, entonces tan malo no puede ser.
Alguien me dijo una vez, hace muchos años, que “salir del closet es sólo un paso hacia el resto de tu vida”. Diana, este es el primer paso, ahora veamos qué hacés con el resto; mientras tanto, las bisexuales del mundo te damos la bienvenida al club.
3 comentarios