Dimensión Unitaria

Revivimos las descontroladas epopeyas del último czarniano creadas por la dupla de Alan Grant y Martin Emond a mediados de los ´90.

Lobo de Martin Emond y Alan Grant

27/09/2022

| Por Lucas Ferrero

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c8c4346ece78b9109e21ec1ad752a8b72fa6e036_00Nueva entrega de esta sección, en la que nos dedicamos a diseccionar el maravilloso mundo de las historias cortas, desde anuales y especiales bizarros hasta clásicos y gemas de culto. Bienvenidos al verdadero Triángulo de las Bermudas de la historieta, donde conviven Moto Hagio, David Mazzucchelli y Dylan Dog.

A mediados de los ’90, Alan Grant y Martin Emond hicieron varios especiales para Lobo: Lobocop, Lobo in the Chair, Lobo & Deadman: The Brave and The Bald, Lobo Annual 2 y Lobo: Bounty Hunting for fun and profit. Todos tienen un exceso de violencia, talento y absurdo que merecen un rescate.

Lobocop: La violencia extrema versus el negocio de estacionamiento de autos

La premisa de Lobocop (1994) es Lobo transformado en un Robocop de gatillo fácil y un villano que hace negocios a costa de toda la matanza del protagonista para vender las propiedades de todas las personas muertas.

El relato es una especie de parodia al universo de la película Robocop de Paul Verhoeven, fusionado con el humor negro y absurdo de las aventuras de Lobo. La historia tiene altas dosis de híper-violencia y por supuesto un contenido político. Grant usa el noticiero y a un jefe de policía corrupto para explicar cómo funciona el planeta Detrout. Lobo mata a todos los personajes presentados en la historieta e inclusive se burla de la propia idea de él como futuro policía. El concepto, que parece una crítica a Robocop o a al juez Dredd, tiene más sentido: no buscarle tanta profundidad sino comprender que Lobo no se casa con nadie y tampoco tiene amo o jefe.

1493173963El dibujo de Emond es la cúspide de los excesos. Emond es un gran narrador que remite a toda la brutalidad de Kevin O’Neill y Simon Bisley juntos. Acá el maestro se luce porque muestra su versatilidad en puestas de página de tres y hasta cinco tiras. Un dibujante detallista y fan de la música que pone todas esas ideas en las viñetas.

El trabajo de Todd Klein como letrista funciona bárbaro con Emond. La atmósfera de la historieta es heavy metal y Klein lo sabe. La música es clave para entender el arte de Emond y Klein respeta ese ritmo que tienen sus dibujos para que sea todo más dinámico y llevadero.

ff688c32c6a146a698bd43f5c7e77a7fLa peluquería de la muerte 

El especial Lobo in The Chair (1994) es de esos especiales que están escritos y hechos para que se luzca el dibujante y en especial alguien como Emond. La historia funciona para Emond y nadie más. Una de las grandes destrezas de Alan Grant era conocer bien al dibujante y armarle una súper aventura para que el artista se divierta con el guion. Esta es una historia que tiene a Lobo encadenado en una peluquería y a los hermanos Winter (así es, Johnny y Edgar) como villanos.

Emond nació para dibujar historietas ambientadas en el mundo de la música y su clásico White Trash (con guiones de Gordon Rennie) es un gran ejemplo. Más allá de que White Trash es una especie de película de carretera con Axl Rose, Elvis Presley y un montón de malos, el trasfondo musical es algo que Emond necesita para sus relatos. Acá vemos a un Emond desquiciado y pendiente de los detalles. El maestro no solo está preocupado por la ropa sino también por los estilos de peinado de los personajes. Por supuesto que vemos a Lobo punk, afro y con el mítico corte de Elvis Presley. La aventura es un delirio total en el que se sugiere que Lobo mató a todos los hermanos del rock n’ roll.

LoboDeadmanP17Lobo, Deadman y la playa

El unitario de Lobo & Deadman: The Brave and The Bald (1995) podría haber sido editado en formato prestige. El dibujo y el color de Emond lo merecían. La historia es un team-up delirante entre Lobo y Deadman versus Darkseid y un mago de Apokolips.

Este es, lejos, el mejor unitario de todos los que dibujó Emond para Lobo. Acá no sólo está todo pintado a color directo (con la misma técnica imposible que vimos en las portadas de los otros dos especiales), sino que la narrativa es de otro planeta. Emond ya está pasado de talento y profesionalismo, y además de su estilo clásico, el maestro usa otro registro cuando Lobo se muere. Las puestas en páginas son raras, ya que tienen diseños en forma de círculo para mostrarte al personaje encerrado debido a su muerte.

Otros especiales y el legado del maestro

Emond no se luce tanto en el segundo anual de Lobo y en Bounty Hunting for Fun and Profit, ya que en ambos títulos hay un montón de dibujantes brillantes. Ambas aventuras tienen la típica estructura de guion de Alan Grant, en el que cada capítulo o una cantidad de páginas está pensada para un dibujante distinto. Emond por supuesto la rompe como siempre, pero no tanto como los otros especiales donde es protagonista.

En 2004, Martin Emond se suicidó y dejó un vacío en el mundo de los comics. El ídolo que siempre fue asociado a los tatuajes de rock n’ roll tuvo la suerte de ser un dibujante maravilloso que siempre trabajó con guionistas increíbles como Pat Mills, Alan Grant, Gordon Rennie, Garth Ennis y hasta se dio el lujo de trabajar para Glenn Danzig en Verotik. Gloria eterna y duro metal para él.

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