Es un genio!

Hola! En esta nueva entrega de esta sección, dedicada a conocer a algunos Genios del Noveno Arte surgidos o consagrados en lo que va de este milenio, quiero contarles por qué digo que Jorge Pérez Ruibal es un genio

Jorge Pérez Ruibal es un genio

01/09/2008

| Por Andrés Accorsi

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Jorge Pérez Ruibal


¿QUIEN?

Jorge Pérez Ruibal nació en Lima, Perú, el 18 de mayo de 1978. La primera vez que sintió algo parecido a ganas de dibujar fue en la casa de una amiga de su madre, una bruja y tarotista, que tenía un gran libro de El Bosco. Jorge se quedó hipnotizado frente a esos infiernos llenos de retorcidas torturas y monstruos delirantes…no podía creer lo que veía. Ver a esa gente quemandose viva en aquellas reproducciones sacudió violentamente la sensibildad de este niño, que ahora quería dibujar y se lanzaba compulsivamente a copiar calaveras y hombres de músculos y nervios que encontraba en las enciclopedias científicas. Con apenas 8 años gana su primer premio como dibujante.

La vocación terminó por despertarse tras otra lectura iniciática: Jorge había descubierto a Robert Crumb, su halo de misterio y su suciedad perturbadora. Ahora sí, sabía que la historieta era lo suyo.


Aquí empieza su período de consumidor voraz de comics, primero centrado en especialmente en Mortadelo y Filemón y Astérix, y después virado hacia la línea “alternativa”, en la que escubre a Daniel Clowes, Kaz, Phoebe Gloeckner, Seth, Joe Sacco, Charles Burns, Mike Diana, Julie Doucet, la revista Raw… pero por ahora su máximo placer es leer historietas, no crearlas.


Pero a fines de los ’90 y con 15 añitos, Jorge ingresa al taller de Conrado Cairo, una especie de leyenda del under peruano, que en la era pre-internet se carteaba con el propio Crumb. Cairo sacudió las estructuras estilísticas de Pérez Ruibal y lo obligó a convertirse en observador de la realidad. Y allí fue Jorge a dibujar la Lima real, la gente, los bondis, las avenidas… y así descubrió el lado más bizarro de su ciudad y de su gente, que es el que se ve hoy en sus comics. Luego pasó por la facultad de Artes de la Universidad Católica, pero la experiencia no fue grata: él siempre quiso hacer comics, no artes plásticas.


El crack llegó cuando Jorge decidió crear su propio fanzine y editar sus historietas, muchas de ellas basadas en sus pesadillas: Así nació Trulópolis, y pronto se convirtió en un hit de culto en el underground limeño, tanto que a Jorge comenzaron a apodarlo “Truloboy”. Trulópolis creció (sobre todo en la calidad de su presentación) para darle cabida a otros autores, y a la vez Pérez Ruibal se integró a otras publicaciones del under, como la mítica Tienedientes de Perú, el Gringo Muerto de Bolivia y revistas prestigiosas como Crash! y Suda Mery K. Simultáneamente, cada tanto vuelve a la fotocopiadora para realizar sus “mini comics“, con un estilo bastante más tranqui que el habitual. Con su historieta “Papas al Hilo” (2006) vuelve a ganar premios y se afianza como un grosso indiscutido en la escena indie latinoamericana.


¿POR QUE?

¿Por qué considero un genio a este autor, con apenas de 30 años, una producción moderada (en cantidad de páginas, claro) y una trayectoria que todavía no le permite vivir de la historieta?

A ver…estamos ante uno de los autores más genuinamente salvajes de la historia del comic. Las historietas de Pérez Ruibal son una especie oda al asco, una glorificación de todo lo incorrecto, envuelta (y revuelta) en una belleza estética tan bizarra como incontrastable. En sus historias (casi todas breves, de entre dos y seis páginas) no sólo abundan las criaturas abisales y los demonios, también los monstruos de todos los días, los freaks, las deformaciones, los muertos vivos, miembros amputados, volcanes de vómito, tajos a flor de piel, espaldas laceradas, sangre, sudor y semen. No es material para todo público, ni mucho menos.

Una vez que desarrollás el estómago necesario para bancar un comic de Pérez Ruibal, viene el premio: los guiones son redonditos, incluso cuando narran sus sueños. Los diálogos son brillantes. La sobrecarga de detalles, texturas y tramas no empaña para nada la narrativa. Y el dibujo… ma-mita! Pocas veces vi a alguien dibujar así. Este animal combina en su estilo rasgos de Martí, de Julie Doucet y de Hideshi Hino (del que leyó un sólo comic en su vida), pero con la virulencia de Mike Diana y los franceses de Lederniercri y la obsesión patológica por los detalles de Robert Crumb. Sí, ya sé… no es muy normal.

Particularmente traumáticas resultan sus ilustraciones, que son –paradójicamente- las que le permiten ganarse la vida. Acá lo vemos dominar una variedad de técnicas impresionante, y dejar volar hasta el precipicio y más allá sus obsesiones pesadillescas, macabras, demenciales y repulsivas. Muchas de ellas son fruto de la improvisación, mientras que en las historietas trabaja a partir de ideas mucho más elaboradas y pasa por varios bocetos hasta llegar a la puesta en página definitiva.


Claramente, hay que estar muuuuy hecho mierda para crear las cosas que crea Pérez Ruibal, y casi igual de hecho mierda para disfrutarlas. Pero si llegaste a ese punto de destrucción mental, moral y espiritual en el que vale todo menos el “más de lo mismo”, acá está Truloboy, listo para llevarte a recorrer las pesadillas más reales y fascinantes de tu vida.

¿POR DONDE?

A ver: la fácil es comprarse el n° 5 de Suda Mery K. Eso debería estar en casi cualquier comiquería y trae las cinco magníficas páginas de “Papas al Hilo”.

La difícil, pero que garpa a morir, es conseguir un álbum publicado en Perú este año por la editorial Contracultura, que reúne TODAS las historietas de Pérez Ruibal publicadas en Trulópolis, más alguna limadura inédita. El libro se titula “Y se me presentó en forma de Bestia” y son 80 páginas imposibles de olvidar. En Argentina no se distribuyó por ningún circuito “oficial”, sino que el propio Jorge trajo ejemplares para vender cuando vino a Buenos Aires a participar del festival Viñetas Sueltas. Si no lo compraste ahí, cagasssste. Pero bueno, el libro sigue disponible en Perú, que tampoco está taaaan lejos, y seguramente habrá quien lo ofrezca en internet.

Todo formato, todo yeite, todo sacrificio, todo pecado mortal es válido a la hora de conocer la obra de Jorge Pérez Ruibal, uno de los Grandes Autores que tiene la historieta del Siglo XXI.

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