Nicolás de Crécy
¿QUIEN?
Nicolás De Crécy nació en Lyon, Francia, el 29 de Septiembre de 1969. Estudió el secundario con orientación a las Artes Aplicadas en Marsella y cuando se recibió, en 1984, pasó a estudiar Historieta en la Escuela de Bellas Artes de Angouleme.
Su debut profesional data de 1987, con Bug Jargal, una adaptación de una obra de Victor Hugo, realizada junto a su amigo Sylvain Chomet. De Crécy odia este trabajo y lo omite sistemáticamente de todas sus biografías, pero como a mí me gustó, lo pongo igual. Luego de esta experiencia, Sylvain y Nicolás se pasan dos años trabajando en los estudios que tiene Walt Disney en Montreuil, Francia, y ambos le agarran el gustito al tema de la animación.
«Foligatto», con guiones de Alexios Tjoyas
Pero en 1991, De Crécy vuelve a la historieta por la puerta grande, con una novela gráfica que lo planta como uno de los máximos genios del Noveno Arte: Foligatto (con guión de su compañero de la escuela de Angouleme, Alexios Tjoyas) es una maravilla surreal y perfecta por donde se la mire, con la que De Crécy empieza a levantar una larguísima lista de premios gracias a su fastuoso tratamiento de la línea y el color.
En 1994, De Crécy lanza el primer tomo de la trilogía Le Bidendum Celeste, que concluirá recién en 2002. De nuevo, la crítica lo ovaciona y para la segunda mitad de los ’90 su popularidad comienza a ascender. En parte porque entre 1995 y 1998 realiza de nuevo junto a Chomet la trilogía titulada Léon la Came, un ejercicio genial que deconstruye las clásicas novelas de sagas familiares y de paso aprovecha para mofarse del capitalismo globalizado y salvaje.
«Le Bibendum Celeste»
Para este trabajo, De Crécy simplifica un poco su trazo, lo cual le permite dibujar mucho más rápido. También de 1995 es Monsieur Fruit, la primera incursión de De Crécy en el género humorístico, al que volverá varias veces.
La última colaboración entre Nicolás y Sylvain Chomet se da en el largometraje animado “La Vieille Dame et les Pigeons”, dirigido por este último. El siguiente largo de Chomet, “Las Triplettes de Belleville” (2003) tiene una impronta estética absolutamente basada en los trabajos de De Crécy, pero Nicolás no figura en los créditos y dice que su viejo amigo lo afanó mal. Fin de la dupla, forever.
«Leon La Came»
De todos modos, el monstruo volvió a la carga y en 2003 lanzó Prosopopus, una inmpresionante novela gráfica 100% muda, y en 2005 vuelve al humor con el primer tomo de Salvatore, una “de animalitos” con niveles de absurdo y mala leche comparables a los del Patito Saubón de Carlos Nine. Su última novela gráfica importante es, por ahora, Période Glaciale, también de 2005, realizada a pedido del Museo del Louvre, pero en 2006 y 2007 salieron nuevos tomos de Salvatore. También hay varias historietas breves, álbumes de ilustraciones y demás papitas para fetichistas, pero esto es lo esencial.
¿POR QUE?
¿Por qué digo que De Crécy es un genio? Uh… son demasiados motivos. Pero el principal es que no se queda quieto. Podría haber robado toda la vida con el estilo que nos volatilizó el bocho en Foligatto (esa mezcla perfecta entre Mattotti, Muñoz y Boucq) y sin embargo, empezó a buscar por otros rumbos. En León La Came sigue fuerte la influencia de Muñoz, pero el tratamiento del color ahora remite a Miguelanxo Prado, y la línea vira hacia el estilo del pintor Egon Schiele y los historietistas que lo siguen (Kristiansen, Abranchis, etc.). Y para cuando aparecen Salvatore y Période Glaciale, nada de eso queda en pie, porque cambia tanto la línea como la forma de encarar el color. La Vanguardia es así…
«Salvatore», editado en español por De Ponent
Y segundo en el ranking de los motivos para admirar a esta bestia (hay miles, repito, pero destaco sólo dos) está la onda de las historias. Foligatto es un tema aparte, porque está claro que a De Crécy no le interesa en lo más mínimo escribir como Tjoyas, pero en sus obras en solitario sí se nota una “continuidad” con León La Came, escrita por Chomet. O sea que, de Le Bidendum Celeste hasta hoy, hay un montón de elementos que reaparecen todo el tiempo en la obra de De Crécy: el absurdo, el huequito por donde se cuela el descontrol y tira todo a la mierda (Prosopopus es básicamente eso), la anti-lógica en la que casi cualquier cosa puede pasar, y todo eso teñido por una mirada pesimista, en un punto lacónica. A pesar del absurdo que lo caracteriza, De Crécy nunca deja de tirar centros al área para que los cabecee el desconsuelo, la amargura, o la resignación. Otro turro que rara vez le va a dar a sus personajes el gusto de despedirse con un final feliz.
¿POR DONDE?
¿Por dónde entrarle a la obra de De Crécy? Y, es jodido…
«Suda Meri K» Nº5, tapa, entrevista y la historieta «Los Nuevos Dioses» de De Crécy
Veamos: Bug Jargal se publicó en español, en la editorial Ikusager, allá por 1989, y está hiper-agotado. Foligatto, Le Bidendum Celeste y Monsieur Fruit no se publicaron en nuestro idioma. León La Came fue editado por Planeta-DeAgostini entre 2003 y 2004, pero lo sacaron en cuatro tomos, en vez de tres (avechuuuuchos!).
Prosopopus (además de fumadísima) es muda, así que el idioma mucho no calienta, pero salió hace muy poquito en España, en una magnífica edición de Glénat. Salvatore está saliendo en España a través de De Ponent, que también editó Période Glaciale. Esta última está también en inglés, publicada por NBM.
Y en un país en el culo del mapamundi, en el que a De Crécy lo conocen sólo los dibujantes de historietas (varios de ellos, además lo achacan a mano armada), el n°5 de la magistral antología Suda Mery K publica una portada, una entrevista y como si esto fuera poco (ya le entrego, señora), las 20 páginas de Los Nuevos Dioses, que no es un tributo a Jack Kirby, sino la historieta que De Crécy realizó en 2006 para Japón, un álbum colectivo, coordinado por otro genio, Frederic Boilet, en el que varios autores franceses realizan breves BDs ambientadas en el país del manga.
Los Nuevos Dioses no es la típica historieta de De Crécy, en primer lugar porque está realizada en blanco y negro, mientras que De Crécy es sinónimo de color. Y después, porque tiene una grilla fija, de tres tiras por página, casi todas de dos viñetas. Nada que ver con el despliegue y la variedad que se pueden apreciar, por ejemplo, en Salvatore. Pero es un buen punto de ingreso al universo no-lógico, algo melancólico, algo reflexivo, siempre virtuoso y siempre surreal de este GROSSO del comic francés. Y encima es parte de una antología excelente, que se consigue por míseros $ 12. ¿Qué más querés? ¿Que te la lea Sabrina Rojas en tu cama?
Es hora de conocer a Nicolás De Crécy, uno de los Grandes Autores que tiene la historieta del Siglo XXI.
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