En la nota anterior mencionaba que el primer trabajo de John Byrne en los comics de Star Trek había sido un especial dedicado a los Romulanos en el 2008, para la colección Alien Spotligth (una serie de unitarios dedicados a diferentes razas extraterrestres). Y de nuevo el maestro usa su magia y elige un momento muy específico de la serie original para ambientar este episodio, que funciona como precuela del catorceavo episodio de la primera temporada, el famoso “El equilibrio del miedo” (Balance of Terror, 1966), pero sobre todo nos muestra los tejes y manejes del imperio Klingon antes de su primera aparición oficial en el Universo Trek. Así es como, con la maestría que lo caracteriza, Byrne llena baches dentro de la continuidad y nos muestra la famosa alianza Klingon-Romulana, en la que intercambiaron tecnología, como el famoso sistema de ocultamiento, que potencia a las naves de ambos imperios galácticos.
El especial nos cuenta como el Praetor romulano quiere llevar a la zona neutral una nueva nave de batalla (la que vemos en el mentado capítulo de TOS) y asigna para tal fin a uno de sus mejores comandantes para capitanear la nave. La historia en sí no es más que un preámbulo a todo lo que esta por venir y sirve para darle profundidad a algunos personajes e introducir a tantos otros (como la familia del comandante), que tendrán un desarrollo posterior. Así suelto, el especial no pasa de algo mas alla de entretenido como precuela, pero gracias a las dos miniseries posteriores, cobra una gran carnadura y se transforma en uno de los mejores aportes del maestro al universo de Star Trek.
Así es como a esta historia la continúa The Hollow Crown, ya ambientada después del episodio de TOS, en donde el Praetor se entera de que su nave fue destruída y decide ejecutar a la familia del comandante, pero es manipulado por los Klingon para sacar provecho de la situación y transformar al difunto en un héroe del imperio, salvar a su familia y casarse con su esposa, en una maniobra que claramente tiene algún oscuro propósito que todavía no se deja ver. Como si todo esto fuera poco, el enlace con el imperio romulano no es otro que Koloth, uno de los mas memorables Klingons de la serie original, que para el final del primer episodio descubrimos está trabajando bajo las órdenes de Kor, otro de estos memorables personajes.
El juego de manipulaciones sigue su camino: los Klingon convencen a Gaius (el hijo del comandante) de que Kirk mató a su padre de forma desleal, en la noche de bodas su madre mata al Praetor y hace explotar su habitación tratando de responsabilizar a los Klingons, pero estos se dan cuenta y aprovechan la movida para llevar agua a su molino y -de acuerdo con lo que venían planeando- es Gaius quien se convierte en el nuevo líder de los romulanos, para que ellos lo manejen a su antojo. Obviamente el pibe, lleno de odio hacia Kirk y la Federación, decide invertir todos sus recursos en romper el tratado y llevar el imperio a la guerra. Imposible pensar que no va a haber una secuela a esta miniserie.
En 2009 llega Schism. Ahora ya ambientada después del final de la tercera temporada y girando en torno a un equipo de ocultamiento que la Federación obtiene gracias al Enterprise en el capitulo “El incidente de la Enterprise” (The Enterprise Incident, 1968). Ya tenemos a Gaius unos años más grande que cuando asumió el control del imperio Romulano y construyendo una flota para hacer cagar a la Federación. Al mismo tiempo, la Comodoro Robbins (que no es otra que “Number One” el personaje que interpretara Majel Barret en el piloto original de la serie y que también tuvo su propia miniserie a cargo de Byrne) capitanea la USS Yorktown, una nave de la Federación que trata de infiltrarse en la zona neutral usando el sistema de ocultamiento que les había conseguido Kirk.
De esta manera, la acción se divide en distintas líneas que convergen todas en un enfrentamiento final entre la Yorktown y las flotas Klingons y Romulanas. Por desgracia todo se resuelve con un deux ex machina bastante pedorro que tiene relación directa con otra capítulo de TOS “Tentativa de Salvamento” (Errand of Mercy, 1966) donde aparecen por primera vez los Klingons.
Para ir cerrando, no puedo dejar de mencionar que para el libro recopilatorio de todo este material el dios con barba, hizo una adaptación de “Balance of Terror” pero desde el punto de vista romulano y que se encuentra solamente en el tomo (obviamente ubicado entre el primer especial y la miniserie) lo que permite leer la obra completa de manera independiente, sin la necesidad de recurrir a capítulos de la serie para entender ciertas cosas.
Sin ser lo mejor que hizo Byrne para Star Trek, sin dudas compite por un digno segundo puesto y es un material muy recomendable para todo fan de la serie clásica que se precie de tal.
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