La Mansión Wayne

Quiero respirar, sentir, amar, reír, putear, gritar un gol, comer un choripán, abrazar a mi viejo, leer un buen libro...

Confesiones de un inminente personaje de historietas

22/03/2014

| Por Bruno Magistris

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RecordDay03Otra vez, aquí estoy. Detesto esto, detesto mi mundo. Odio cada palabra, cada sintaxis, cada retruécano de la gramática que me hace decir o hacer tal cosa, cuando mi voluntad es tan distinta. No es solo el mero hecho de ser un personaje ficticio. Quiero decir, ¿hay alguien en el mundo que pueda sentirse orgulloso de serlo? Yo no, seguramente. Al menos, si quien me hace decir estas palabras fuese digno de elogio, quizás no me quejaría tanto. Pero no, me tocó este. Y lo peor, lo que más me enerva, es que es muy inteligente. Tanto que me hace hablar por él: no soy yo quien está hablando: es él, a través mío.

Dios, es muy confuso. Sería yo entonces algo así como un personaje que se queja de ser creado a cada momento, que odia a su creador y que tiene conciencia de que ese creador lo crea tan solo para odiarlo. Eso habla mucho más de él y de su cerebro podrido que del mío.

RecordDay04Porque, dejémonos de joder: por más que yo sepa esto, por más que lo entienda y lo acepte, no por eso voy a dejar que reduzca mi existencia al mero hecho de ser una marioneta de vidriosos ojos muertos. Si él me necesita tan solo a modo de megáfono para decir lo que sea que tiene ganas de decir, bien por él. Pero yo no voy a dejar de sentir, en algún lugar de mi ser, que estas palabras son también mías. No TODO mías, pero algo parecido.

Intento distraerme. Intento pensar en que quizás todos seamos algo parecido, en que la vida y la existencia son algo demasiado profundo y complejo para que cada uno de nosotros pueda pensarse o creerse un ente autónomo. ¿Tan seguro estás de que tus pensamientos son tuyos, que no hay nada ni nadie que te dicte secretos designios ni que hilos invisibles cuelgan de tus espaldas? No quiero volverme demasiado metafísico, pero quizás me entiendas cuando digo que en un punto ya no me importa.

RecordDay05Quiero ser yo, quiero salir al mundo y dejar mi huella en él. Quiero respirar, sentir, amar, reír, putear, gritar un gol, comer un choripán, abrazar a mi viejo, leer un buen libro…

Leer un libro, qué ironía. Y me creo tan poético hablando así, cuando…

No, basta. Prometo de ahora en más no caer en la autocompasión. Que la dolorosa conciencia de mi ser no sea un impedimento, que no me convierta en un llorón irredimible.

Ok, entonces, ¿qué hago? ¿Cuál es el primer paso? ¿Qué sentido tiene intentar la más mínima acción si sé que a donde sea que vaya me va a guiar su mano, no mis pies?

Pero basta, vuelvo a caer en la autocompasión cuando prometí hace tan sólo unas líneas que no lo haría. Voy a hablar entonces, hablaré tan rápido que será un ejercicio de conexión casi mental.

Tediréquelavidaesalgomaravillosoqueseesfumayquenodasegundasoportunidades… ¡Ja! Apuesto a que al menos eso le ha costado tipearlo, al muy maldito.

RecordDay06Creo en Dios, ¿sabés? Es decir, en un Dios de verdad, no en el fantoche del que hablaba antes. Y eso me genera una duda enorme. Creo en un Dios universal, y desprecio al que sé que se esconde tras estos signos. “¿Qué dios detrás de Dios la trama empieza…”?

En fin, como decía, yo creo. Y creo que en algún momento de mi vida lograré salir de esta prisión invisible, que ascenderé, que no dependeré de nadie más que de mí y que entraré en esa luz de expansión y conocimiento que disuelve las almas. Seré uno y todos y todo al mismo tiempo.

¿Pero qué estoy haciendo? Me voy, me voy por la tangente y no tengo un camino delineado.

Aún no. Quería antes de embarcarme en aventuras y en batallas y en empresas imposibles dejar constancia de que más allá de toda acción, más allá de toda intención y de toda reacción, lo que sea que haga lo haré con un guiño a vos, mi aburrido lector.

Quizás mi forma de escapar sea esa: elevarme, salir de esta página y entrar en tu ser, en tu mente, en la sensación de que existo más allá de mi, más allá de vos y de todo lo que está a nuestro alcance y que nos rodea. Tal vez sea muy pronto para soñar con eso, pero el momento llegará. Por lo pronto, espero que el futuro traiga, al menos, buenas historias. Si estoy condenado a seguir el camino que otros delinean por mi, que al menos sea un camino interesante. Ruego también al Altísimo que se digne poner un buen artista en el camino de mis palabras. Si hay algo que me deprime, es un mal dibujante. Porque sé en mi interior que mis historias serán para recordar, que dejarán una huella en el futuro…

CaosYa estoy con la huella otra vez.

Me voy, dejo estas palabras a modo de presentación. Ya me conocés, sabés de lo que seré capaz (o no) y dejamos atrás cualquier mala interpretación de mis actos. Te pido solamente que estés atento. A veces deberé recurrir a vos para salir de determinados meollos en los que seguramente caeré. Estate atento. No será algo tan obvio como el guiño de Superman a cámara, pero andará por ahí.

Ha sido un gusto, amigo mío. Espero verlo pronto, aunque sé que será en otras circunstancias.

Le dejo un fuerte abrazo, y no olvide a este títere que desde el fondo del más ínfimo brillo de sus ojos de cerámica, lo mira con afecto y con melancólica esperanza de que alguna vez pueda, al menos por un segundo, conocerlo como lo que realmente es.

Dejo a usted y al futuro la respuesta a ese interrogante.

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