La Mansión Wayne

Los comics de DC, en la actualidad y desde hace varios años, son chotos al lado de los de Marvel. ¿Por qué?

DC vs. Marvel, el debate eterno

04/04/2017

| Por Bruno Magistris

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¿Cómo no cebarse si sos pibe y descubrís la Liga de la Justicia Europa?

¿Cómo no cebarse con DC si sos pibe y descubrís
la Liga de la Justicia Europa?

Mi generación creció con DC, mamó DC, es fan de DC. En la era previa a internet, en donde la información no estaba en el telefono de cada gil que andaba por la calle, era bastante difícil saber qué existía en materia de comics. Salías a la calle, pasabas por un kiosco, y lo único que tenías (al menos para una gran parte del público ávido de consumo) era Perfil.

Superman, Batman, Flushman (sigh…), Liga América y Europa, Batman Adventures, algún especial más y listo, conformate con eso pibe. ¿Y era poco? Quizás, pero recordando aquellos tiempos, también era lo justo y necesario. Era lo que te daba el bolsillo, lo que llegabas haciendo sacrificio tras sacrificio cada semana.

Aguante "Justiciero Nocturno".

Aguante «Justiciero Nocturno».

En otro ámbito, la Batmanía que despertó el amigo Burton era tan sorpresiva como inesperada. Todo el mundo (tus amigos, tu vieja, tu novia) tenían algo que hacía referencia al quiróptero: una remera, un llavero, un poster. Zinco (querida y vieja editorial) caía en selectos kioscos y por ahí capturabas un Supes de Byrne, o un Batman de la Bruja, o hasta un Evento. Marvel no existía. No podías encargarle nada de la editorial al kiosquero porque sencillamente no había. Lo poco que pululaba por ahí era algún que otro mazo de cartas o similar (todavía tengo el de “Héroes Marvel”, con cada carta detallando fuerza, agilidad, peso y demás de cada héroe. “Nightcrawler” siempre me fascinó, aunque no tenía idea de quién carajo era).

Así que: ¿qué otra opción tenías más que consumir lo que había, que era DC, y hacerte fan? Además, un aliciente importante: si leías Zinco, te quemaban la cabeza echando mierdas a la Casa de las Ideas y vos, pendejo imberbe, te las creías todas. De chico, uno tiende a optar por un bando: el club de fútbol (¡doliente y amado Independiente!), Coca o Pepsi, los Beatles o los Rolling Stones. Y, si eras del palo, tarde o temprano te llegaba la pregunta de tu vida: DC o Marvel.

Amigos entre ellos y de los lectores.

Amigos entre ellos y de los lectores.

Y los años fueron pasando, y aunque siempre defendiste a la editorial de los Superfriends, con los años te empezaste a dar cuenta, casi sin querer, que quizás muchas de las mejores obras del mainstream superheroico no sólo estaban entre sus filas. OK, convengamos que Watchmen y el DK son pilares, íconos, obras maestras que nada ni nadie va a superar nunca. Pero eso fue un chispazo (que generó Vértigo, entre otras cosas, y obras de autores de la San Puta), pero que se fue extinguiendo como la reverberación del último acorde de “A day in the life”.

Creciste, y aunque siempre te hacía ruido comprar cosas de esos héroes que eran seguramente una vil imitación de los reales y auténticos, leyendo y leyendo empezabas a respetarlos cada día un poquito más. De pronto empezaste a mirar mejor a ciertos personajes que creías infantiles. Comenzaste a admirar el diseño de los trajes (Spiderman a la cabeza, el Capi, Daredevil y otros), las ideas, las historias y lo que es lo mejor que tienen: las personalidades bien marcadas de cada uno.

Y sí, en DC tenés a Batman, Superman y demás. Pero en Marvel, si bien todos sabemos que ninguno de los heroes que allí habitan tendrá jamás la chapa de esos dos íconos populares del Siglo XX, existen creaciones que sí, son de cierto género; que sí, son coloridos y estrafalarios; que sí, se cuelgan de edificios y salvan a la damisela en apuros. Todo eso, sí, pero que a la vez se sienten vivos, frescos, llenos de energía.

En los últimos tiempos (quizás del 2000 en adelante) las políticas editoriales del maestro Joe Quesada hicieron que muchos de los mejores autores que generó ese sello seminal que se llamó Vertigo no hicieran el obvio traspaso desde allí a las filas del panteón de DC, sino que emigraran hacia la vil competencia. ¿Y qué pasó? Se empezó a dar una época de oro en la que todos los últimos grandes guionistas y artistas terminaban laburando para Spiderman y compañía, y las obras que empezaron a surgir eran importantes en serio. Por el otro lado, en DC, DiDio se las ingeniaba para hundir una y otra vez a aquellos imparables luchadores contra la injusticia que tanta alegría nos habían sabido dar en los buenos tiempos (si bien tuvo ese “error” que se llamó Grant Morrison por varios años, lo demás, salvo honrosas excepciones, dejaba mucho que desear).

Y un día Hollywood convirtió en íconos a eternos segundones.

Y un día Hollywood convirtió en íconos
a eternos segundones.

Y de a poquito, este fan de los World´s Finest se dio cuenta que su biblioteca tenía más libros con el loguito rojo y blanco que el de las estrellitas, y la sorpresa se convirtió en reflexión.

¿Cómo no amar a Marvel?

Y por si fuera poco, un día alguien te dice que tenés que ir a ver “Iron Man” al cine, que está buenísima, y que no te pierdas la escena post créditos porque garpa a full. Y con ese puntapié inicial, con ese personaje que nadie conocía, Marvel empezó a crear un universo rico, coherente, atrapante, lleno de acción, color y humor. Y se jugaron la vida. ¿Quién carajo conocía, además de a Stark, al Capitán América, o a Thor? (hablo del gran público, obvio). Y con huevos, garra y muchas ideas llevaron aquella noción inicial de un universo compartido de los comics, al cine. Y DC miraba, sin hacer nada, y haciendo cagada tras cagada con Green Lantern, por ejemplo, demostraba una mezcla entre indiferencia y pocas ganas (o talento) de hacer las cosas bien.

Hoy, el MCU es un monstruo maravilloso, perfecto, que no deja de crecer. Inteligente, desafiante… ¿Y DC? “Batman vs Superman” la banco a muerte, aunque sé que no está al nivel de las pelis de la otra compañía. “Suicide Squad” es un bochorno. Affleck entusiasmado, diciendo que va a hacer la mejor película de Batman de todos los tiempos… ahora se baja, seguramente presionado por un estudio que no entiende que, para romperla, tiene que darles ciertas libertades a los creativos.

JusticeLeague1Solicitation-AvengersAssemble1Creo que, al menos en el campo visual, si no fuera por los productos animados que tan bien han sabido contar las mejores historias de sus personajes (desde Batman: TAS en adelante), Warner/DC ya habría tenido más que un contratiempo financiero.

Así que acá estamos.

En un lugar recóndito de mi corazón espero el resurgimiento de los que, para mi, son los héroes más grandes; los que son un espejo de la mitología griega; los que iniciaron todo. Sé (y espero) que su momento para, al fin, resurgir en lo creativo llegará tarde o temprano.

blogpic1142Pero mientras, me deleito con esos otros personajes más humanos, más cercanos, más parecidos a nosotros, que pueden tropezar, caer, volverse quizás villanos, arrepentirse e intentar redimirse. Que se cagan de risa mientras salvan al mundo y que se comen un shawarma al final.

Marvel hace siempre lo mismo: calladito, desde abajo, construye. Con personajes interesantes, con ideas novedosas. En el comic (cuando surgió en los ´60) y también en el cine. Y por más fan de DC que seas, no te queda otra que rendirte ante la evidencia: los comics de DC, en la actualidad y desde hace varios años, son chotos al lado de los de Marvel. ¿Por qué? Porque en la Casa de las Ideas entienden que para vender y a la vez dejar cierta huella en los lectores, hace falta invertir en buenos artistas. DC se caga en eso, y cree que con solamente poner “Batman” en la portada, la gilada compra (y sucede, no lo niego, pero es imposible de sostener esa política por mucho tiempo).

flash-quicksilverEn fin…

¡Larga vida a Marvel!

¡Corta vida a los hijos de puta de DC que la siguen hundiendo día tras día!

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