Volver a la cueva…
El mito a pleno, la solución de los males, volver casi al útero del cual ha salido no la existencia física, sino la épica. Sangrando, deshaciéndose, rengueando, casi con el último esfuerzo. Y la oscuridad nos acoge, nos hace sentir llenos, nosotros mismos.
Y algo allí nos ve llegar, y se alegra de vernos. Siempre. Como la parábola del Padre con el Hijo, pero no en la luz, sino en la oscuridad. En lo más profundo de nuestro ser, el que nadie conoce. El que nos avergonzaría contar, y del que casi no tendríamos palabras para describir.
Pero ya seguiré con eso. Ahora quiero hablar de Darwyn Cooke.
La primera vez que vi algo del tipo, me pareció un clon vil de Bruce Timm. Y el prejuicio, de entrada, me alejó. ¿Cómo me puedo cebar con alguien que es tan sólo una copia de un gran artista? Salvando las distancias, me había sucedido algo similar con Marianito Navarro y John Byrne, pero esa es otra historia.
Decía que la copia vil no me atraía. Fueron pasando los años y de repente empecé a escuchar buenas cosas de DC: The New Frontier. Eran épocas de bonanza y si tenías ganas de comprarte algo, lo hacías. Es decir, tenías unos mangos en el bolsillo para poder hacerlo… no como ahora. Pero en diciembre las cosas empezarán a cambiar (aunque eso, también, es otra historia). Así que invertí un billete y compré los dos tomos de New Frontier, sin demasiada expectativa.
Luego de tan sólo dos o tres páginas de lectura, quedé cautivado para siempre. Cooke es un autor integral, de la San Puta. Tiene una clara influencia visual de Bruce Timm, sí, concedido. ¿Habrá aprendido a dibujar copiando al gran director del universo animado? Es más que probable. Pero eso es tan sólo un aspecto de lo que logra el tipo. La historia es un perfecto pantallazo de la Edad de Plata de DC. Es más, creo que no hizo nada por afuera de esa editorial, aunque puedo estar equivocado. Su obra más importante se da con los personajes de Batman y compañía, algo así como hizo Grant Morrison también.
Los dos volúmenes son épicos, trascendentes, inolvidables. Su narrativa es poderosa, ágil, fresca. Innova dentro de un marco de absoluto respeto por la historia de cada uno de estos personajes que llevan décadas de historias, y a la vez, se las ingenia para contar cosas que nunca hemos visto.
No es un tipo de una vasta obra, no. Tiene poco. Gracias a algún que otro tomo de Salvat, leí lo que hizo junto a Ed Brubaker de Catwoman. Y si bien soy fanático también del gran Ed, ese trabajo con la gata parece obra absoluta de Cooke. Ambos tienen un estilo de policial negro, pero es fácil reconocer el estilo de uno y otro.
Pero no es de ninguna de esas magníficas obras que quiero hablar ahora. Hace un tiempo que no estaba leyendo historieta, por diferentes motivos. Los menesteres políticos que estamos viviendo, en esta época de elecciones, me hicieron embarcar en el estudio de la historia. “Sinceramente”, como punto de partida, y de ahí hacia atrás, hacia los fundadores de la Patria, hacia la década infame, hacia Perón y Evita, hacia la “Revolución Libertadora”, Aramburu, Montoneros, El Che, Illia, Onganía, Isabel, López Rega… una intoxicación imparable de Felipe Pigna, gran historiador si los hay. Y, como decía, me alejé por un tiempo de la ficción, para conocer una historia que es quizá más increíble en muchas épocas.
La economía parada, el laburo extenuante, la poca guita, las pocas opciones de compra… todo “conspiraba” para no leer mucha historieta nueva. Pero la industria también se la rebusca, y de pronto OVNI empezó también a editar DC. Y una colección de Batman maravillosa, bastante accesible, que publica material bastante raro en estos pagos. Obviamente ya sin intentar tener la colección completa, fui mechando los tomos que me interesaban, y seguramente el último en salir, “Batman: Ego y otras historias”, fue lo que me trajo definitivamente de vuelta. Otra vez me encontraba con un trabajo de Cooke, y si bien siempre lo quise leer, creo que no estaba preparado para la magnitud de la historia que tenía delante. Ego es la perfecta síntesis de qué es Batman, por qué es Batman, y para qué es Batman. Los fanáticos del personaje no podemos más que aplaudir una historia así, de esas que vas puteando a cada vuelta de página porque implica que cada vez queda menos por leer. Hay historias que uno no quiere que terminen desde la primer viñeta, porque se da cuenta de que son trascendentes, maravillosas e irrepetiles. Y esta es, seguramente, una de ellas.
Si no la leíste, no dejes de hacerlo. Es una síntesis, en un número muy reducido de páginas, de la razón de ser de un tipo que se calza disfraz de murciélago a combatir el crimen. Perfecta, sin una línea de más, dibujada como los dioses.
Y fue como volver a la cueva… arrastrándome, golpeado y sangrante, intentando no caerme y mirando de soslayo como aquel que espera el rechazo, y de repente siente que nunca podré irme del todo porque aquella negrura infinita está siempre ahí, fuera y dentro al mismo tiempo.
La vida te puede golpear, podés ganar y perder, podés alejarte por mucho tiempo, pero lo que es parte de vos siempre está ahí esperándote, porque es, justamente, una de las piezas que sirve para definirte y lograr el dibujo completo.
“Sé que estás ahí, mirándome, siempre. Reclamándome como tuyo”.
Y lloro de alegría…
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