Promediando la década de los ´90, internet comenzaba (al menos en mi casa) a funcar. En algún lado había visto la noticia de que llegaba una nueva serie animada de la mano de Bruce Timm y compañía. Atrás habían quedado las de Batman y Superman, y parecía que ahora empezaba otra etapa todavía más ambiciosa: la Liga hacía su aparición (en versión moderna) en la pantalla chica.
Lo primero que dejó verse era un clip, un trailercito muy cortito en donde se los veía a todos comenzar a interactuar. Recuerdo que esperaba ansioso la aparición de Batman, casi con los dedos cruzados (no había tanta información al respecto y en una de esas lo dejaban afuera). Pero estaba, sí, se lo veía medio segundo levantándose entre una polvareda y ya con eso la serie garpaba mal.
¿Qué onda la serie de la Liga?
Vista hoy, es muy criticable. En su momento fue un milagro hecho realidad: mucho se había hablado de que era imposible llevarla a los hogares de los niños y de pronto ahí estaba, cada semana en el mismo canal. Y digo criticable porque tiene muchos puntos en los que hace agua, empezando por la presentación. La animación CGI tiene que estar hecha a todo culo para que esté buena, y acá se nota que no había mucha guita invertida. Eso, o todavía no había una gran tecnología que existiese en la época, en verdad no sé. Lo cierto es que ves esa intro hoy, y se ve trucha, chota.
Los capítulos pasan a ser dobles: cada historia se divide en dos. Salvo en los finales de temporada o en alguna otra excepción, en donde son triples. Eso me parece bueno en el sentido de que deja explayar mucho mejor la historia que quieren contar, pero al volverse algo definitorio de la serie, termina por volverse en contra. Cuando a los escritores les ponés restricciones, termina notándose. Y lo que empezó como una buena idea (darles 40 minutos en vez de 20) se volvió una condición sin la cual la cosa no marchaba.
La animación también pega un cambio importante, pero para atrás. Olvidate de estudios japoneses (TMS pasa a ser un sueño húmedo imposible) en donde descollaba lo visual. No, acá no hay UN capítulo, en las dos temporadas de Justice League completas, con una animación por encima de la media. ¿A qué se habrá debido este cambio? Quizás en abaratar costos, tal vez Warner quería usar sus propios estudios de animación… whatever. Lo cierto es que, visualmente, la cosa pierde calidad.
Y volviendo a lo argumental, parecería que a los autores les costó mucho encontrarle la vuelta a la serie. El primer (y triple) capítulo es larguísimo, aburrido, lleno de lugares comunes. Parecería que esta serie fuese lo primero que hicieron en el Timmverse, y no que llevasen ya a cuestas casi 10 años de gloria.
La primera temporada tiene sus momentos, pero no descolla. La segunda arranca con el (quizá) mejor capítulo de toda la serie, “Twilight”, en donde ahí sí la rompen y todo es como debe ser. El final te pone la piel de gallina y el listón no baja cada vez que aparecen personajes del Rey Kirby. Esta segunda etapa es muy superior a la primera. Si bien la animación, como ya dije, no levanta, las historias están más pulidas, más trabajadas. Como si el grupo en sí comenzara a entenderse y llevarse mejor y eso se reflejara en su universo metatextual… pero esa es otra idea.
Otro gol en contra es la música. Si en TAS y Gotham Knighs predominaban las orquestaciones épicas, si en Beyond explotaba el heavy al palo… acá se nota que es un tipo con un tecladito que hace toda la música con eso y nada más. Es de verdad deprimente. No podés pasar de una orquesta de cincuenta músicos a un tipito solitario y triste en un garage de Wisconsin.
Entonces, ¿es gloriosa esta serie o no?
En mi opinión, sí. Porque más allá de la animación chota, más allá de los guiones larguísimos al pedo y sosos (no todos, obvio, pero muchos de ellos), más allá de la involución con respecto al nivel que venían entregando con Beyond tan solo un tiempito atrás; más allá de todo eso, digo, acá está la Liga, viejo. Y es como ir a la cancha y besar la camiseta del Rojo aunque perdamos cinco a cero. Acá aparece Batman y se vuelve casi el líder (a la Morrison) y la descose. Las actuaciones vocales son descollantes (Andrea Romano nunca baja su nivel, en ninguna serie).
Y además creo que estas dos temporadas completas sirvieron como puntapié para lo que sería la consagración definitiva y absoluta de Bruce Timm y compañía en la tele: la gloriosa, incomparable y maravillosa Justice League Unlimited. Ahí sí, la cosa se pone seria y patean el tablero (otra vez) para dejar de ser un producto mediocre y convertirse en la joya insuperable de todo el universo animado de DC.
Pero ese será tema de otra columna.
No quiero dejar pasar algunos hitos de estas primeras dos temporadas. El capítulo “Only a dream”, donde el Dr. Destiny viene a apoderarse de los sueños de la gente de la ciudad y es Batman el que salva las papas del fuego.
“A better world”, la versión Authority de la Liga, en un universo paralelo en donde los tipos toman el control del gobierno y se vuelven totalitarios, facistas, barderos mal. Glorioso, maravilloso capítulo más allá de todas sus falencias.
“Wild cards”, capítulo en tiempo real donde el Joker se hace con el control de un canal de televisión.
Y el último, triple “Starcrossed” que, aún con su chotísima animación, genera un quiebre en el grupo del que les costaría recuperarse.
Aún lo tengo editado en DVD como una especie de película y recuerdo que casi lloro cuando Batman salva a Flash y al Manhunter y les dice “Gentlemen, it’s been an honor”.
Serie con muchas falencias, sí. Serie con muchas cosas a arreglar, sí. Pero indispensable para todo fan del comic y de DC específicamente.