Hace poco conseguí un tomo de los tapa dura de Salvat, colección negra. No recuerdo qué número es, pero se centraba en Thor. Más específicamente, en la etapa clásica. Tanto Stan Lee como Jack Kirby estaban en su salsa, tirando historias épicas, innovadoras, frescas, llenas de un poder de puesta en página que en su época habrán sido apabullantes (si lo siguen siendo hoy, con tanta agua bajo el puente). Pero en el libro (en este que compré, editado hace algunos años) hay algo imperdonable: el color.
Todos sabemos que los coloristas eran unos chantas hasta la aparición de Image. Increíblemente era un aspecto del producto final que al parecer no le importaba a nadie. No había huevo, no había laburo intenso, no había amor por lo que se hacía. Con total impunidad, mamarracheaban páginas kirbyanas (y de miles de dibujantes más) sin el menor reparo. Total… “es pa´ los pibes”. Todos conocemos la anécdota de por qué Hulk terminó siendo verde, por ejemplo. Nos cansamos de ver bordes excedidos de color, o faltos de él. Fondos imposiblemente fluo, cabellos azules, verdes, del color que pintara (cuac). No había ningún tipo de control por parte de los editores que levantaran un dedo y dijesen “pará, esto es un desastre”. Pero era así, para qué negarlo.
Ahora: cuando digo que en el libro (nuevo) que compré, lo terrible era el color, no hablo de aquel de los ´60… sino del nuevo. Porque alguien pensó que esto no valía la pena de republicar si no se hacía el color nuevamente. Y sí, ahora a primera vista está todo como debería ser… o sea, todo está dentro de los márgenes, todo se ve clarito y brilloso… o quizá demasiado.
Lo que quiero decir es que es horrible.
¿A qué voy con todo esto? Creo que cuando una obra artística es creada, pertenece a su tiempo y también (y más que nada) a las condiciones en las que se generó. En aquella época, si bien no había un fucking colorista que se tomara su trabajo en serio, también es cierto que la tecnología que utilizaban no permitía descollar como se hace ahora, con luces, reflejos, fueras de foco y cosha golda. Pero más allá del motivo que sea, los comics salían como salían y punto. ¿A qué cambiarlos como se los cambia?
Se ven horribles, sinceramente. No porque la labor del nuevo colorista sea floja, ni mucho menos. Sino porque lo bueno de aquel color anterior era que uno ya tiene grabada en la mente esas historias así, mal pintadas. Y ese color choto es parte del encanto que tienen las historias de los Cuatro Fantásticos, o de los New Gods, o de lo que fuere. Y de repente, abrís un libro de Thor y hay algo que de entrada te da un cachetazo y pensás “¿qué pasa con esto?”, hasta que ves la imagen como aquellas 3D en las que tenés que forzar un poco la vista y te das cuenta de que, con el fin de mejorarlas, han arruinado todas esas historias míticas.
Y no solamente el color “nuevo” hace eso. Hace un tiempo, me compré muy cebado el Essential del Silver Surfer de Lee-Buscema. Pequé de cebado, porque era el primer libro de ese estilo que me compraba y no sabía que, también para “mejorarlo”, lo habían publicado en blanco y negro.
A ver: John Buscema era un enorme dibujante, maravilloso, innovador. Sus dibujos a blanco y negro seguramente “relucen” más que con aquellos infectos colores con los que se habían publicado originalmente… pero ese libro, en blanco y negro, no era el Silver Surfer, no era Marvel.
Marvel es color (primigenio, choto, pero color al fin). ¿Qué es esto en blanco y negro?
Si me sacás el color, le falta justamente eso. Si la recoloreás, la estás cambiando de una forma que tampoco le hace justicia, ¿entonces qué hacer?
Ciertos comiqueros buscan incesantemente la aprobación de un mundo “académico”, “serio” que no llegó ni llegará nunca. Es como si les diera vergüencita darle un issue del Silver Surfer (sesentoso, mal coloreado) a alquien y decirle “mirá, esto es la vida”. No, ¿cómo le vamos a dar eso? Nos van a criticar inmediatamente porque se nota que el color era pa´ los pibes y que no es serio leer algo tan mal editado.
Y quizás sea cierto… a lo que la inevitable pregunta asoma con violencia: ¿Y?
Los comics son lo que son. Pero también son lo que fueron, lo que supieron ser.
Incluso a Watchmen la han recoloreado. Aunque debo reconocer que ahí tuvieron el buen tino de no irse a otra paleta de colores, o de bajar un rojo a un bordó, por ejemplo. No, ahí es como que se mantuvieron un poco más a raya y no se zarparon… pero el que leyó esa historia cientos de veces (como yo) al primer vistazo se da cuenta de que hay algo que no cierra.
Todo surge, y con esto redondeo, por la falta de respeto que se le tiene en general a la industria de la Historieta. Nadie en su sano juicio pensaría en recolorear La Gioconda pensando en que le vendría bien una lavadita y unos tonos algo más acordes con la época… ¿no? No, obvio que no, porque ese es una arte ALTO, intocable, inapelable… y estas revistitas son una mierda que a nadie le interesan, así que, ¿por qué no hacer algo a ver si alguien se digna agarrar ese librito de Thor y pensar “che, qué buen color, por ahí no es tan choto como me dijeron”.
La eterna e inagotable falta de auto-apreciación de un medio que se sigue hundiendo mientras da manotazos de ahogado, intentando recibir un reconocimiento que nunca necesitó.
Como quisiera volver a aquellos tiempos en que les chupaba un huevo todo, antes que a estos en los que a los que les chupa un huevo es a los que no son del palo.
Hubiese querido meter alguna que otra nota de color en este artículo, pero es justo decir que no la creí necesaria.
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