La Mansión Wayne

Se vienen (quizás) tiempos difíciles, globo mediante, en los que leer y comprar comics vuelvan a ser lujos como supieron serlo hace muchos años.

Resistiré

08/12/2015

| Por Bruno Magistris

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ga080924En aquellas épocas de bienestar casi natural, donde todo parecía ser como debía ser, no comprendía lo maravilloso del asunto. Lo creía perpetuo, perenne, innato en el orden natural de las cosas y de por sí inacabable. Tan sólo era entrar a internet, buscar el libro que me interesaba, y comprarlo.

Tan sencillo como eso. Varias veces garroneé un descuento en el shipping, o hasta que sea gratis, pero de no haberlo conseguido, hubiera comprado igual.

Cajas y cajas llegaban todos los meses, llenas de aquellas maravillas envueltas en bolsitas con globos protectores cuya vida promedio era de entre 5 o 20 días. A veces compraba hasta casi por inercia… no había algo que en realidad me muriera por tener. Simplemente chequeaba cosas nuevas o no leídas de autores favoritos, o buscaba recomendaciones en alguna página. Por lo general no me arrepentía, pero que me he comido garrones, me he comido.

Pero la vida es un contínuo devenir… a veces estamos mejor que otras, y no siempre el dinero fluye como debería. Y cuando digo dinero, no quiero alejarme de los cánones propios de una clase media que se resiste a relegar ciertos vicios comiqueros que cada vez cuestan más.

25241708En fin, llegó el día en que la guita, como dije, ya no alcanzaba tanto. ¿Y entonces qué hacemos?

Bueno, por lo pronto, en vez de gastar 100 dólares por mes, bajamos a 50. Sin envío gratis, eso equivale más o menos a… un libro por mes.

OK, un libro por mes. Creo que puedo vivir con eso.

¿Y qué comprar?

A ver… mientras más poder adquisitivo tenemos, más nos jugamos, más nos tiramos el lance de ver qué onda tal autor o tal libro, y como dije a veces no nos sale tan bien. Y esa posibilidad de mayor alcance en la demanda que tenemos, a la vez le saca esa cosa picante de esperar la salida de determinado título.

Voy a poner un ejemplo: cuando me enteré que Morrison estaba recién pergeñando su maravillosa Multiversity, ya me impacienté. Quería tenerlo ese mismo día. Pero no soy de coleccionar revistas, ni de leerlas en scan, no. Yo leo en libro: ¿tardo más en conseguirlo? Seguro. Pero el sabor especial de tenerlo en la mano, recorrer sus páginas, sopesar su volúmen… es inigualable.

Así que entonces, librero como soy, no me quedó otra que esperar más de un año en conseguirlo. Mes tras mes, cuando terminó de salir el último número en revistita, busqué en la web fechas de publicación posibles, pero nada. Hasta que cierto día apareció… y de nuevo a esperar otros 3 meses.

Los días cercanos a su lanzamiento me comía las uñas (sí, tengo ese nivel de enfermedad) y cuando por fin salió, debo haber sido el primer argentino que lo tuvo por compra internetística.

Estaba laburando, y de pronto una compañera me dice “te llegó una caja”. Dejé todo, la abrí y allí estaba en toda su gloria, en todo su color, en toda su majestuosa maravilla que venía a encontrarme desde tan lejos.

ww-earth-one-11f4eY llegué a casa y comencé lentamente a contemplarlo, a disfrutar cada pliegue de su forma, a intentar comprender a la primera todo lo que Morrison quería decirme (un perfecto imposible) y a no tan secretamente desear que la historia no acabara nunca.

Y más de doscientas páginas después, por más que no me guste, la contratapa se cerró y el libro terminó.

Pero lo había disfrutado… había sido un momento que esperé durante mucho tiempo y que le di el valor y la importancia que debían, porque sabía que por un buen tiempo no iba a poder seguir comprando como antes.

¿Es consuelo de pobre? Quizás. Pero todo lado malo tiene su lado bueno.

Somos entes con personalidades, y las personalidades necesitan y quieren cosas. Es inevitable. Y cuando nuestra droga es algo tan maravilloso, tan único, tan secreto, tan despreciado, tan grande y tan inabarcable también; cuando nuestra droga está compuesta de ese levitar que sentimos ante las verdaderas grandes historias; cuanto nuestra droga es la fascinación ante el genio, ante el talento desmedido, ante la explosión artística de tanta gente que deja la vida en cada página… cuando nuestra droga es todo eso, digo, tenemos quizá que acostumbrarnos a que no es fácil conseguirla.

Se vienen (quizás) tiempos difíciles, globo mediante, en los que leer y comprar vuelvan a ser lujos como supieron serlo hace muchos años. Lo que nos queda, lo que debemos valorar, es que quizás cuánto menos fuego tiene nuestro espíritu, más es la sed de leña.

Seremos quizás Tántalos que tengamos todo a nuestro alcance y nunca podamos obtenerlo.

Será el tiempo de la relectura, del redescubrimiento de obras que leímos y que ya no serán las mismas, porque nosotros no lo somos.

Creo que el Earth One de Wonder Woman sale en Abril del año que viene.

Ya me estoy poniendo nervioso….

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