¡Hola! Nos encontramos nuevamente en otra entrega de esta particular columna, mientras los que vivimos en el AMBA seguimos en la “cuareterna”. Por suerte o desgracia (ja) acá archivado tengo mucho material para próximos ¡Ni Ahí!. Al menos eso es una compañía.
Realmente uno, encerrado en su casa y al salir siempre con barbijo, se siente que está viviendo una distopía futurista imaginada por algún autor de ciencia-ficción. Y si hablamos de distopías una que se nos viene a la mente es Robocop. Qué cosa Robocop, ¿no? Con una EXCELENTE primera película de la mano del director Paul Verhoeven parecía que el destino de este personaje estaría marcado por el éxito. Pero lamentablemente no fue así. Nos comimos cada chasco después de la uno… Desde malas segundas partes (ni Frank Miller como guionista te la salvaba) y peores terceras partes, hasta cartoons y series de televisión olvidables. Robocop parecía tener una gran futuro por delante (¡Cuac!) pero se terminó oxidando (¡Cuec!) Ah, me olvidé de mencionar que también tuvo una remake en el año 2014, que terminó pareciendo una película para toda la familia. Lo positivo es que tenías las actuaciones de Michael Keaton, Gary Oldman y Samuel Jackson, pero eso a quién le importa.
Y ahora sí, nos metemos de lleno como policía comiendo porción de pizza para hablar de Robocop en los comics. Con un personaje cuya historia está inspirada –los propios creadores lo admiten- en comics como Deathlok, American Flagg y The Dark Knight Returns, uno se podía esperar que el comic basado en nuestro policía robot no fallara. Pero nuevamente nos equivocamos y la gran mayoría de las historietas basadas en el personaje son más que olvidables, por no decir una mierda. Salvando a Robocops vs Terminator de Miller y Walt Simonson, esa sí es una gemita.
Con el éxito de la película, Marvel (por ese entonces campeona en licencias) adquiere los derechos para publicar comics de Robocop. Un dato no menor es que el comic de Star Wars salvó a la compañía de números rojos importantes en una época complicada de la editorial. Lógicamente lo primero que harían sería la adaptación a comic de la película de Verhoeven, de la mano de Bob Harras y con dibujos de Alan Kupperberg, en el año 1987. En 1990, con la llegada de la secuela, se pone en marcha la serie regular del personaje y los convocados son Alan Grant como guionista y Lee Sullivan como dibujante. Este último era un autor británico que venía de trabajar en Transformers, Judge Dredd (¿posta?) y otras franquicias como Doctor Who, que es donde más se lo destaca.
Confieso que al imaginar una historieta de Robocop escrita por Alan Grant se me disparó la pistola de felicidad. Pensar a La Bruja (apodo cariñoso con el que se conoce al autor) escribiendo al policía cibernético de Detroit no puede fallar. Si Grant la rompió en Judge Dredd, ¿cómo va a pifiar escribiendo Robocop?. Yo te pongo las manos en el fuego por este comic. Bueno, tengo que admitirte que me cagué quemando. Porque nuestra querida Bruja escribe en piloto automático. Casi como un androide.
Al leerlo empezamos a notar diferencias marcadas con la película, empezando por las motos y autos voladores. Me parece que Alan se confundió con la franquicia de Volver al Futuro 2. La Detroit que escribe se parece mucho a la Mega-City de Judge Dredd. No hay dudad que a Alan Grant se le cruzaron los claves entre los comics que escribía. En la historieta se nos presenta una corporación rival de OCP llamada NIXCO: para mí la quiso llamar Nixon, como el polémico ex presidente, y no lo dejaron. Con esta otra corporación se irán desarrollando tramas secundarias a través de los números. También en el comic tenemos androides, personas con implantes cibernéticos y ciborgs animales. ¡Hay un número donde Robocop se enfrenta a un Gorila Cibernético! Con esto queda claro que Robocop es peronista y se enfrenta a los gorilas.
Aprovechando que en un número lo hacen bosta (¿cuando no? Pasa en aproximadamente todas sus películas), nuestro ciber-policía es tuneado. Le mejoran la visión: modalidad calorífica, sonar y rayos x (ahora Robocop puede ver a las minas en pelotas) y también le mejoran su audición, lo cual le permite oir a grandes distancias. Inclusive si un tipo se tira un pedo en Morón. Y por último le dan una voz mejorada, que le permite imitar la voz hasta de tu vieja. ´Nuff Said!
Diez números escribió la Bruja Grant de nuestro querido policía robótico. Un paso absolutamente imperceptible y muy por debajo de lo que uno esperaba. Podemos decir que sus dos últimos números son lo mejor que hizo. Ahí Robocop enfrenta a una caterva de vigilantes improvisados que aparecen en Detroit. Uno de ellos tiene su propio programa de televisión tipo reality. Faltaba que apareciera Tinelli en la TV con un “Crack Match” y era cartón lleno. Los ridículos “héroes” de esta saga parecen personajes extraídos de The Tick, o quizás de Marshall Law.
El gran pecado del Robocop de Alan Grant es no mantener una continuidad entre la película y el comic. Pero bueno, este es un vicio muy común cuando se realizan este tipo de transplantes de un medio a otro. Se dice que muchos fans se quejaron de la calidad de las historias y por eso convocaron a otro guionista. Para reemplazarlo vino Simon Furman, otro especialista en comics de robots. El tipo dio cátedra en Transformers, pero con Robo tampoco acertaría. Pero bueno, esa ya es otra historia.
Los voy dejando, mis ciberamigos, que tengo para leer el comic de Robocop de Frank Miller que publicó la editorial Avatar, basado en el “supuesto” guion original para la película Robocop 2. Por ahí escuché que también era bastante choto, veremos si Miller nos chantuneó o no. Pero al menos tenés el dibujo de Juan José Ryp que te cumple. Hasta el próximo Robo-mes, en la misma Robo-página de Comiqueando. Robo no por Robocop, sino porque todos los que escribimos acá somos unos delincuentes dignos de ser villanos de Robocop.
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