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NOTAS

Papa Fina

Hoy, tres historietas que nos proponen tres maneras de volver a uno mismo.
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Martes 12 de agosto

Bajo la sombra de las magnolias

Hay algo mágico en la manera en la que construimos nuestros espacios cotidianos y vamos guardando recuerdos en ellos, pequeños fragmentos de nosotros mismos y de nuestra vida con los otros. Flavia Biondi sabe bastante sobre ese hechizo que se esconde en una casa: la capacidad que un lugar puede tener para marcarnos, para atarnos o liberarnos según cómo lo habitamos. La casa de las magnolias va un poco de eso, va sobre caerse y volver a levantarse, reinventarse y habitar lo propio desde otro lugar, incluso cuando se trata de un espacio lleno de fantasmas familiares.

La obra nos presenta a Amelia, una azafata que dejó su trabajo para volver al pueblo de su infancia tras la muerte de su abuela. Allí se encuentra con Ada, una profesora de Lengua que llegó al pueblo para cubrir una suplencia. Ambas se hospedan en el mismo hotel, pero lo que las une no se limita a la casualidad porque las dos están batallando con sus propios demonios. Amelia estuvo escondida en su trabajo durante mucho tiempo, viviendo en ninguna parte; ahora, con la herencia de la casa de su abuela, debe enfrentarse a todos esos miedos de los que huía. Ada acaba de separarse y busca un nuevo camino para su vida, aunque algunas sombras de su pasado todavía la persiguen.

Biondi teje con ellas una historia compleja sobre las relaciones humanas a partir de diálogos, gestos y sensaciones. La paleta de colores cálida, que evoca la época del año en la que llegan a la Toscana, también refleja el estado de ánimo de las protagonistas y el cambio que ambas buscan, aunque no lo digan en voz alta. El armado de las páginas es simple -no más de ocho viñetas, con la ocasional página doble-, pero siempre con la atención puesta en los sentimientos. Cada momento está cuidadosamente construido para que conectemos con el viaje personal de cada una.

La casa de las magnolias es, en el fondo, una historia sobre aprender a volver, no solo a un lugar físico sino a una parte de nosotros que creíamos perdida. Es un recordatorio de que a veces, para dejar atrás los fantasmas, hay que animarse a habitar la casa —real o simbólica— que siempre estuvo esperando por nosotros.

 

 

Bajo la luz de las estrellas

Cuando en 2022 llegó Webcomic Mutante a El Destape, una de las historias que me cautivó por completo fue la de Marina y la Estrella. Escrita y dibujada por Inés Fragueiro, la publicación constaba de los tres primeros capítulos y te dejaba con una manija inexplicable que tuvimos que aguantar hasta el presente año. Por suerte, la vuelta nos trajo no solo el final del relato (maravilloso, por cierto), sino también una edición en físico, a cargo de Hotel de las Ideas, que convirtió a este libro en un infaltable para tu historieteca.

La historia sigue a dos personajes, cuyos comienzos de aventura se presentan en paralelo. Por un lado tenemos a Marina, una nena que vive en un pueblo costero y está cansada de la monotonía cotidiana del lugar; no puede esperar a que su vida empiece de verdad. Por el otro, conocemos a la estrella, un ser mágico que está en la búsqueda del Cuerno Universal, artefacto que podría otorgarle la inmortalidad y que, en cambio, lo enviará a la tierra donde conoce a Marina. Una vez que sus caminos se cruzan, juntos emprenden un viaje que los cambiará para siempre.

El dibujo de Fragueiro es el motor que hace posible ese viaje. Su trazo, expresivo y lleno de vida, dota a los personajes de gestos y movimientos tan naturales que es imposible no dejarse llevar. Cada escena respira dinamismo y fluidez, un sello que recuerda su oficio en la animación 2D. La composición de página guía la mirada con precisión y nos invita a recorrer el mundo junto a sus protagonistas, a detenernos donde el detalle lo merece y a dejarnos arrastrar cuando la acción lo exige. Más que ilustrar una historia, la autora nos abre la puerta a un mundo de ensueño del que cuesta volver.

Para cerrar me gustaría retomar uno de los epígrafes de la edición impresa, donde Fragueiro menciona que la obra dialoga con enseñanzas de la Cábala, el Dzogchen y la tradición rosacruz. Y se siente: como en esas corrientes espirituales, este es un viaje que atraviesa la pérdida, la búsqueda y la restauración, pero cuyo centro no está solo en el destino, sino en la transformación interior que ocurre en el camino. Marina y la estrella es una aventura fantástica para cualquier edad, pero también es una invitación a repensarnos y reencontrarnos con el otro y con nosotros mismos.

Y a través del agujero de conejo

 Con el reciente galardón como Mejor Serie Limitada otorgado por los Premios Eisner a Zatanna: Bring Down the House, de Mariko Tamaki y Javier Rodríguez, me pareció oportuno hablar de esta gran miniserie que, un poco como las anteriores obras que comenté acá, trata sobre repensarse a una misma. Vale aclarar desde ahora que es una historia publicada por Black Label, por lo que, si nunca leíste nada del personaje o no estás al día con DC, no pasa nada. La obra es una joya autoconclusiva.

En estos cinco números, seguimos a una Zatanna que ha renunciado a la magia luego de un trágico evento en su infancia. De adulta, trabaja como ilusionista en Las Vegas y, aunque le ofrecen mejores trabajos e incluso la ha ido a buscar la Justice League, ella declara buscar una vida sencilla, “simplemente existiendo”. Sin embargo, cuando su pasado comienza a acosarla y un demonio que parece salido de una película de Ghibli irrumpe en su acto, la vida la enfrentará con todos esos traumas reprimidos de los que estaba huyendo.

Mucho se ha dicho sobre esta iteración del personaje, incluida la crítica de que la historia peca de simple, sobre todo por el hecho de que, al estar Zatanna despojada de su magia el viaje no es tan imaginativo. Pero yo creo que eso es perder el foco por completo. En este nuevo origen, se explora el peso de heredar un importante legado mágico, que es también un símbolo de una relación padre e hija, como mínimo, complicada. Esa compleja dinámica familiar, la pérdida y el trauma infantil influyen decisivamente en el rechazo que ella siente por la magia y eso es lo que se desarrolla a lo largo de los cinco números.

El punto más alto es, sin dudas, el dibujo, entintado y coloreado de Javier Rodríguez. Cada página está tan cuidadosamente compuesta que podría enmarcarse. Los colores planos y, por momentos, chillones, no te permiten despegar los ojos de la narración a la que acompañan de forma magistral. Cada dimensión mágica, recuerdo o rincón de Las Vegas está trabajado con variaciones de trazo y paleta según el clima que busca transmitir. Rodríguez consigue que respiremos ese mundo del que Zatanna intenta escapar, y que nos quedemos con ganas de habitarlo un rato más.

En definitiva, Zatanna: Bring Down the House no busca deslumbrar solo con hechizos, sino con el pulso humano detrás de ellos. Es una historia sobre atreverse a volver a tocar aquello que alguna vez nos quemó, y descubrir que tal vez la magia nunca estuvo en los trucos, sino en la forma en que logramos reconstruirnos después de la caída.