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NOTAS

Papa Fina

Nuevo repaso mensual por las lecturas que Gonzalo Ruiz quiere recomendarnos a tod@s.
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Martes 13 de diciembre, 2022

Bienvenidos a la última Papa Fina del año. Esta humilde columna no cumplió precisamente un año (eso será en Febrero del 023), pero bueno, acá estamos. Once entregas con las más diversas reseñas y recomendaciones de material de todo tipo: novedades nacionales, lados B de la historieta internacional, algún que otro rescate emotivo… solamente queda la misión de continuar por el mismo camino durante las futuras entregas.

Así que sin más, empiezo.

Blue in Green (Image Comics, 2020) escrito por Ram V con dibujos de Anand Rk, saca su título de la mítica composición que los míticos Bill Evans y Miles Davis hicieran para el también mítico elepé Kind of Blue, grabado por el trompetista en 1959. El quía (Ram, no Miles que murió hace tiempo largo) la viene rompiendo desde el 2016, y quizás tengan más presente su paso por Swamp Thing y la miniserie The many deaths of Laila Starr (altamente recomendada). Esta es su última obra “indie”, una historia que comienza con la muerte de la madre de Erik Dieter, nuestro protagonista, un saxofonista que eligió el camino academicista en lugar de convertirse en un músico de sesión que toque en discos o en recitales. La sorpresiva noticia no hace otra cosa que obligar a Erik a tener que volver a Nueva York para el velatorio, y de paso, sumergirse en la búsqueda de un músico, otro saxofonista que figura entre las fotos que, Alana, la finada, guardaba en su estudio. A partir de acá, un viaje mental fuerte.

Algunas cosas muy interesantes para destacar: En primera, la música se corre de foco apenas entra en escena la foto mencionada. Acá la historia se convierte en un policial donde el investigador no es otra cosa que un músico que sintió una atracción peculiar. Pero hay más, en el medio Ram se la juega por completo al meter elementos completamente sobrenaturales. En una excursión nocturna por la gigantesca casa donde se crió, Dieter se cruza con una figura espectral, blanca, que lo acosará a lo largo del comic. En el medio, se suma misterio sobre la figura del saxofonista misterioso, que involucra el incendio de un club de jazz, unas criaturas lovecraftianas y una suerte de maldición sobre la figura del músico. Y ahí está la gran trampa del guionista: de golpe el policial se convierte en una historia existencialista, sobre la puesta en valor de ser músico, al ser Erik un mero profesor en lugar de un ejecutante de renombre. Para Erik, y por culpa de una crianza salvaje por parte de su madre, la música es un lugar maldito cargado de sufrimiento y fracaso, sin lugar para aquellos que no tienen el talento de los grandes. Algo irónico, ya que Alana regenteaba un local de jazz, además de ser admiradora y algo más de o algunos músicos. Todo tiene un motivo, pero decir más es cagar la(s) sorpresa(s).

¿Algo más fino que el guión de Ram V? El dibujo, majestuoso. Sin ser una copia fiel, Anand se calza en los complicados zapatos de un arte expresionista y salvaje al estilo Bill Sienkiewicz o David Mack, que aparte se combina con otras técnicas plásticas como el collage (desconozco si es digital o analógico) que le agrega una cuota importante al aura de angustia que sobrevuela el relato. Anand pela unas puestas en página interesantes para los momentos musicales. El maestro no está solo: Pearson sabe colorear sin opacar el dibujo y a ellos los acompaña Tom Muller, diseñador que viene de romperla en Dawn of X y acá sabe emular la estética del sello discográfico Blue Note (al menos como se observa en el trade paperback).

Dos recomendaciones nacionales de reciente publicación. Una breve anotación para Alien triste: Días espectrales (2022, Hotel de las Ideas) de Pedro Mancini, segunda recopilación publicada en formato apaisado del personaje/alter ego que utiliza Pedro para hacer humor gráfico. A diferencia del libro anterior, donde habían dos tiras por página, acá abundan los chistes de una sola viñeta (que por supuesto ocupan una sola página) y varios chistes largos de varias viñetas. Pedro aprovecha para explotar su humor particular con varios comentarios metaficcionales, y hasta para cruzarlo con un viejo personaje suyo, El Dios del Mal, que protagonizó un fanzine de Mabel publicado hace unos años, hoy imagino difícil de conseguir. A diferencia de su último libro, Niño Oruga, el dibujo es muchísimo más simple, sin fondos y con una línea sintética que aún así logra saber representar personajes reales a la perfección. Breve, conciso pero no por ello menos efectivo. Si estás al tanto del particular y “espectral” humor de Pedro, seguro que la vas a pasar más que bien.

Por último, un reciente estreno. La semana pasada, la Editorial Deriva sacó el cuarto número de Deriva Online, su antología digital de publicación anual, toda una tradición a esta altura del partido. Cada entrega tiene un tópico en el cual están encauzadas las historias, y el eje de este número es la civilización. Los artistas invitados son Fede di Pila, Pablo Ontivero, Pablo Guaymasi, Magenta Magnelli, Daniel Perrotta, Maelitha y Pablo Vigo, más una tapa de El Sike. Como siempre, las antologías suelen ser irregulares por la diversidad de artistas y estilo, algo que de todas formas es una ventaja, ya que la diferencia artística hace que el público más variado se pueda acercar: mientras uno se copa con un artista X, otro lo hace con el artista Y y así. Siempre es difícil de contentar a todos, pero vale la pena el intento. En tal caso, la curaduría de Deriva siempre es refinada, más allá de lo que pueda opinar del contenido.

En mi caso puntual, destaco las intervenciones de Pablo Ontivero (la historia de un homeless abandonado en medio de un bosque con altos niveles de tensión, a blanco y negro con un dibujo alucinante, expresivo y cargado de detalles), Pablo Guaymasi (un relato breve de ci-fi algo intrincado con giros interesantes de dibujo onda Chris Samnee, buen uso de color), Daniel Perrotta (un excelente resumen/repaso de la historia del vogueo y las “Casas” como representación de la comunidad gay marginada durante los ´80) y Pablo Vigo (con una historia como solo a él le salen, bien neurótica sobre un pibe que padece alzheimer, de las pocas veces que se lo ve a Pablo a color) y Fede Di Pila, que abre y cierra la antología con dos historias cortas de ci-fi que si bien no tienen un guión estructurado que formule una historia que empieza y termina, pela en ambos relatos dos estilos de dibujo muy distintos y bastante geniales, uno más emparentado con el manga de acción de Sentais, y uno más de ciencia ficción clásica de los ´50.

Lo dicho: distintos estilos, distintas formas de contar distintas historias, hay para todos los gustos y fanatismos. Ya que estamos, Deriva también publicó en formato tomo digital la segunda parte de Efecto Malena, que tuve la suerte de leerla completa hace tiempo por cuestiones laborales. Seguramente aproveche para releer (y en una de esas, reseñaré con más ganas el mes próximo), pero no puedo dejar de recomendar esta saga de Canessa y De Vincenzo que la rompe.

Con esto se cierra la columna, así que me resta desearles una feliz Navidad y un feliz Año Nuevo. Ojalá reciban comics de regalo, que escabien lindo sin joderle la vida a nadie y nos encontramos en un 2023 a pura historieta, como siempre acá en Comiqueando Online. ¡Adieu!