Nuevo martes, nueva tríada de recomendaciones. Un rescate para conseguir “por ahí” y dos novedades comiqueras que, si no me fallan los cálculos, están por llegar en breve a las comiquerías del país, ideal para aprovechar si sos de los privilegiados que ya cobraron el aguinaldo.
Damián Connelly la está rompiendo en Estados Unidos desde hace unos años. Mientras escribe un spin-off de la saga que comenzó hace dos años, acá los amigos de Deriva traen Me prometiste oscuridad 2 (originalmente Follow me into the Darkness, tal como se había publicado en revistas por Behemoth). La principal diferencia que hay entre la primera miniserie y esta es el ritmo. En MPO, Damián tira bocha de información, deja un worldbuilding bastante completo, presenta muchos personajes, una problemática… bueno, todo lo que tendría que tener una historia hecha y derecha. Si bien termina de una forma “cerrada”, Connelly dejó una puerta abierta ideal para tener dónde continuar, y eso es lo que tenemos ahora, que aprovecha todo lo armado para desarmarlo. Casi todos los componentes anteriores están y los conocemos un poco mejor. Y por si fuera poco, presenta nuevos villanos y nuevas formas de hacer mierda todo, como para que el aura oscura sea más densa que antes.

Una de las cosas que más me había interesado en la primera saga, era esa sensación de “héroes” que se enfrentan desganadamente al fin del mundo, y con eso arranca MPO 2: con el fin del mundo a punto de suceder. Y la historieta se apoya entonces en una cuestión más de narrativa física y no discursiva. Para decirlo en criollo, se viven cagando a trompadas con ayuda de sus recursos superpoderosos. Es menos hablado que el anterior, y de paso Damián, que la vez anterior se había apoyado en imágenes fotográficas para dibujar, acá se nota más suelto en su trazo propio, igual de denso que el guion por la cantidad de masas negras que se ven y por algunos recursos gráficos bien pensados para el shock, como la cantidad de esqueletos y explosiones de cuerpos que vemos. Además de varias puestas de páginas impactantes y casi barrocas, medio similares a tapas de discos de black metal.
MPO 2 es una historia que se complementa muy bien con la anterior, leídos los dos tomos juntos dan una sensación de historia completa y, nuevamente, casi cerrada, siempre con un dejo abierto para continuar la exploración de este mundo que, ya declara Connelly desde la primera página, será postapocalíptico. Nos queda esperar (el año que viene quizás) la publicación de este spin-off y saber si habrá una tercera parte o no. Ojalá que sí, es casi una rareza este tipo de historias más oscuras, con un gustito a Vertigo noventoso, continuadas en el mercado argentino.

Dos meses atrás recomendé/festejé un cómic francés publicado por Loco Rabia. Y ahora la editorial nos trae desde España (pero en una edición exclusiva para Argentina) Los animales prehistóricos, una recopilación de historias cortas de Javier Olivares, dibujante de Las Meninas o La Cólera, ambas escritas por Santiago García. Además de esa y otras novelas gráficas, Javier se dedicó a la historia corta (en su mayoría escritas por él) publicada en diversas revistas españolas como Nosotros somos los muertos o Tos, la suiza Strapazin e incluso en nuestra propia Orsai con un guion de Hernán Casciari. Lo primero que destaca en una hojeada rápida es la evolución gráfica que presenta Olivares. Porque claro, este libro recopila historias que van desde finales de los ´90 hasta el 2021.

Así y todo, no presenciamos cómo un dibujante pasa de ser malo a bueno, porque la genialidad está presente desde la primera página: simplemente lo vemos pulir fuerte esa onda cubista picassiana que pela. Hay evolución también en cómo desarrolla otros aspectos del dibujo, cómo pasa de un blanco y negro con claroscuros a un uso del color más que interesante para generar atmósferas, algunas de ellas densas porque lo pide el guion, como pasa con Finlandia (la escrita por nuestro escritor mercedino) o en la historia que lleva el nombre del libro, escrita por García. En cuanto a su labor con los guiones, Olivares presenta ideas poéticas algo voladas, explayadas con sus personajes Ono y Hop, un ángel y un diablo/investigador privado “de lo emocional”. Un libro ideal para saber más de un dibujante consagrado, así como también una puerta de entrada bastante piola (y accesible, si se tiene en cuenta que sus novelas gráficas están publicadas por Astiberri) para saber por qué es tan groso Javier Olivares.

Cerramos con otro recopilatorio, uno que junta todas las historietas de Peter Petrake (Ediciones del Patito, 2009) del español Miguel Calatayud. Petrake es una versión remozada y amigable de James Bond, un agente secreto internacional totalmente infalible en sus misiones que pelea contra el mal, científicos locos que buscan dominar el mundo. Pero queda claro desde el momento que uno lee sus historias, publicadas originalmente en la revista infantojuvenil Trinca, que lo que importa no son los guiones. Las historias, cortas y autoconclusivas, son de una simpleza pensadas para que el dibujo brille. Pero claro, uno no se esperaba semejante despliegue ultra-moderno, barroco, pop, con una ametralladora de ideas y construcciones de viñetas avant-garde. Obvio que ante semejante impacto no importa que Petrake se tire de un avión y caiga en el lugar y tiempo indicado porque, al ser estas historias para jóvenes adultos, el artificio más grande está en lo que primero impacta al leer un comic. Y esto es, por supuesto, el dibujo. Uno influenciado por el pop-art lisérgico y trippy que presentó la película beatle Yellow Submarine de 1968, diseñada por el checo Heinz Edelmann. Quizás Calatayud sea más recordado por su paso en la mítica antología Cairo como uno de los impulsores de la Nueva Escuela Valenciana, pero a principios de los ´70, su estilo tenía mucho más que ver con esta onda moderna y menos con una perfección del trazo.

No es que Calatayud haya cambiado mucho: si uno agarra por ejemplo El Proyecto Cíclope (historia serializada en Cairo y recopilada casi 20 años después), no se notan muchas diferencias más allá del blanco y negro. Las composiciones planas, donde los personajes parecen estar siempre de frente y contorsionados en posturas improbables están ahí. Por supuesto, son historias más serias, esto es más lúdico, un estilo de escritura ligero y desenfadado que está a la altura del dibujo. Y si bien algunos diseños rayan el plagio (como cierta similitud entre los “blue meanies” de Yellow Submarine y los esbirros del Doctor Destruction, y ni hablar de los fondos), no le resta mérito artístico ni en pedo. Es más, aplica a la perfección esa inventiva beatle, sabe hacer, con ese estilo de diseño de base, algo propio y personal.

¡Nada más por hoy! Será hasta la próxima.
2 respuestas a «Papa Fina»
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Tengo pendientes El animador y El castillo rojo, eventualmente caerán en la sección porque soy muy fan de los autores (y en el caso de Saenz Valiente, esperaba con ganas otra historieta suya)
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Lo de Calatayud se ve muy lindo. A mí me hace acordar a la imagen de Richard Lindner. «Los Animales Prehistóricos» no estaban cuando hice la compra del mes, pero ya me deliré la guita en un tomazo del «Conventillo 37/42» editado por Del Pópolo.¡Vaya Papa Fina!
Sí le pude entrar a «El Animador», que calculo que eventualmente caerá en esta sección. ¡Saludos!
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