Papa Fina

Sebastián Aguilera te recomienda tres historietas que se centran en el desarrollo de personajes y su evolución.

Papa Fina

13/06/2024

| Por Sebastián Aguilera

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Como siempre, me gusta encontrar un nexo en común entre las tres obras que recomiendo mes a mes. En este caso, la relación entre Q y Dios y el Diablo es obvia. Derrochan identidad latina y está también el factor de autores uruguayos. Sin embargo, Astro Biologist Prattes es otro cantar. Para comenzar, es un manga fantástico en el que hay unos personajes de otro planeta que interactúan con los protagonistas y en un momento de inflexión en sus vidas. Es decir, el peso está en el crecimiento de esos adolescentes… Y es justo ahí donde está el punto de conexión: Las tres son historietas que se centran en el desarrollo de personajes y su evolución. Excelentes lecturas también si les gustan los buenos diálogos.

Las misiones de Horacio

Allá por 2018 se publicaba por primera vez la novela Q del uruguayo Santiago Musetti en su país natal. Como toda gran obra, comenzó con modestia –o no tanta- en un taller dictado por la dupla de Rodolfo Santullo y Marcos Vergara en el 2016.  Desde ese momento en el que el autor esboza las primeras ideas, se fue abriendo camino en el reino del comic y logró escalar rápidamente hasta conseguir el podio en Fondo Concursable para la Cultura de Uruguay.

En las páginas de este comic, Musetti ahonda en uno de los episodios que marcaron al célebre escritor uruguayo Horacio Quiroga: su viaje a la selva misionera en búsqueda de las ruinas jesuíticas junto a un grupo expedicionario en el que también se encontraba Leopoldo Lugones. Lo verdaderamente impactante es que, lejos de ser una aventura, pasó a ser una epopeya de desastres y destrucción de la psique al más puro estilo Werner Herzog, donde las malas decisiones y la futilidad humana llevan hacia lo inevitable.

Es interesante cómo desde las primeras páginas los sueños pasan a tener mucho peso. Pregonan desde lo onírico la fatalidad en la vida de un Horacio Quiroga que se aleja del mito y roza el patetismo humano. Musetti aprovecha con mucha inteligencia esa debilidad psíquica del escritor para mezclar de a poco los sueños con la realidad mientras la paranoia delirante comienza a avanzar cada vez más. En cuanto a los simbolismos que el autor usa para destacar esto, muchos pecan de obvios -sobre todo los que alegan a la locura- pero se puede decir a favor del autor que están bien usados y se vuelven un elemento creador de incertidumbres relacionadas, entre otras cosas, a esa psique lastimada de Quiroga. Una psique que en cualquier momento puede desmoronarse.

A nivel gráfico resalta la dicotomía de estilos entre lo onírico y la realidad. El minimalismo y la ruptura del esquema clásico de viñetas se lucen en el primer aspecto. Las locaciones detalladas de pueblos, selva y las ruinas son protagonistas en el reino de la realidad. Los personajes son sumamente expresivos, sobre todo el desafortunado Horacio, con un rostro que de a poco se va deformando por la paranoia, la desesperación y el evidente esbozo de locura.

La edición local está a manos de la siempre impecable Historieteca Editorial.

Dios y el Diablo en el taller

Hay un dicho popular que sintetiza muy bien a la novela gráfica Dios y el Diablo en Sâo José Rio das Mortes: Pueblo chico, infierno grande. El dúo de Rodolfo Santullo y Germán Genga logran concretar en 115 páginas (a color, cabe aclarar) una de las obras más divertidas e inteligentes del año en donde se mezclan el realismo mágico con el grotesco criollo.

Desde hace años el pueblo de Tiradentes, también conocido como São José do Rio das Mortes, solamente conoce una realidad socio-política. El chanta carismático Don Alvez logra su tercer mandato consecutivo. Hay muchos que festejan con fervor y escuchan atentos el discurso de siempre, mientras que los que están frustrados políticamente rechinan maldiciones entre dientes. Suena conocido, ¿no? Les dije que es un comic de realismo mágico y gracias a que Santullo conoce muy bien el oficio de narrador, Alvez muere sin terminar el discurso.

El realismo mágico es un género delicado. No puede funcionar sin un pueblo que resume identidad latina, narrativa mala leche y, sobre todo, grandes personajes. En el primer aspecto se luce Germán Genga. Con un trazo sucio y detallado, le da vida a un pueblo colonial de los años ´40, donde incluso las grandes mansiones se sienten sucias y descuidadas. Completa la ambientación con personajes que son simbióticos con el entorno. Hay que señalar la investigación evidente con la que logran terminar de configurar el sentido de época.

En cuanto al tema de la mala leche o ese humor satírico que muchos referentes del género (como Gabriel García Márquez) supieron usar con maestría, es otro elemento que se luce. Aquí es más grotesco. Muchas de las situaciones que podrían considerarse cómicas pasan a ser el potencial detonador de alguna catástrofe o al menos una desgracia en potencia. Al igual que en Cosecha Verde de Trillo y Mandrafina, hay violencia, corridas y la destrucción que son necesarias para hacer que la narrativa sea más divertida y dinámica.

Finalmente, los personajes son un caso aparte. Son el engranaje que hace que todo funcione y se convierta en una maquinaria de viñetas impecables. Son egoístas, al punto que el evento que inicia el efecto dominó narrativo es el llamado a elecciones después de la muerte de Don Alvez. Sin siquiera un duelo por el mandatario finado, se postulan para el rol de alcalde dos figuras sumamente contrapuestas, por un lado, el conservador y moralmente correcto Dr. Fonseca. Al otro lado electoral, Albuquerque, el cangaçeiro, una suerte de forajido fuera de la ley, que irónicamente logra rápidamente la simpatía con un sector del pueblo.

En definitiva, un comic excelentemente narrado e ilustrado. Divertido. Grotesco y dolorosamente realista, publicado en el país de la mano de Loco Rabia.

Astro biólogo

Les soy sincero. Cada tanto mi instinto comiquero queda un poco descolocado con ciertas obras. Es inevitable la alarma que dice “cuidado, no tirés la plata en eso” aunque la curiosidad gana y eventualmente termino buscando la forma de leer esos comics. Recientemente me pasó con Astro Biologist Pratess. Nunca había escuchado hablar de ese manga, ni de Sarami. La premisa por lo menos parecía interesante y los dibujos muy buenos, así que di el salto de fe.
Con una narrativa lenta y pausada, Sarami ahonda en el día a día de Nagi, Rin y Yutaro, tres adolescentes que viven en una ciudad costera. El ritmo de vida sin sobresaltos, y sumamente rutinario los hace pasar con cierta apatía y nostalgia el último año de secundaria y el inicio de su vida adulta. En los primeros capítulos, hay cierta tendencia a jugar con un triángulo amoroso, pero eventualmente la pluma creadora de Sarami se vuelca hacia un juego más inteligente de tres amigos que viven cada uno a su manera ese impase en sus vidas.

La entrada de Pratess, el autodenominado Astro Biólogo, rompe con el slice of life y le da un toque de ciencia ficción-fantasía sin perder en ningún momento el tono de la obra. Si bien, aparecen cada tanto y al principio confunden a Nagi, su rol es importantísimo. Dan una mirada distinta, muy centrada en una filosofía positivista, e ingenua en ciertos aspectos con los que los protagonistas encuentran una nueva óptica a esos problemas que se volvieron un círculo vicioso.

Lo curioso de la mente creativa detrás de Astro Biologist Pratess, Sarami, es que además de mangaka, investiga sobre el horóscopo y hace sesiones de astrología. Es decir, nos encontramos ante una figura atípica dentro del manga –sin llegar a ser la versión japonesa de Jodorowsky-. Esto es algo que se refleja de manera sutil, casi tácita en sus personajes. Hay un patrón de comportamiento muy interesante en los tres protagonistas. Ellos están en una etapa de crisis de sus vidas, pero no avanzan, esperan una señal o algo que los empuje para dar “el” paso. En definitiva, un manga hecho con pasión que logra una mirada diferente al género del slice of life. Es reflexivo, inteligente y atípico.

Se publicó originalmente en la web de Michikusa Comics entre el 2021 y 2023. En Japón lo compilaron en dos tomos, mientras que la edición nacional a cargo de Ovni Press es un integral de 400 páginas con sobrecubierta reversible.

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