Papa Fina

Otro repaso por las lecturas que nos recomienda Gonzalo Ruiz.

Papa Fina

16/08/2022

| Por Gonzalo Ruiz

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Impares01Otro mes, otro humilde rejunte de historietas para recomendar a diestra y siniestra.

Para hoy tengo tres foráneos y uno nacional, así que voy a empezar por acá.

Tengo para recomendarles Impar3s (Faro Negro, 2019) de Matías Chenzo (que hoy firma como De Vincenzo), un precioso libro de tapa dura realizado de manera artesanal. La historia gira alrededor de Triana, una chica a la que le toca ser víctima del “revenge porn” por culpa de su ex novio. Sin embargo, esta exposición que no buscaba tener le despertó una sensación de calentura. Matías no va a fondo con las implicancias legales o privadas que genera este tipo de acoso, sino que lo utiliza como un elemento que cambia la vida de Triana no de una forma negativa, precisamente. Esta premisa simple pero oscura está empujada por los dibujos que van mutando de estilo conforme la historia lo necesite. Hay de todo: collage, dibujos expresionistas hechos directamente a lápiz, muy buenas ideas de claroscuro, grandes intervenciones digitales para el color o para generar un efecto extra. Si bien es un dibujo bastante distinto a lo que podemos ver en los trabajos actuales de Matías (como Efecto Malena 2, publicación digital a cargo de Deriva, que también recomiendo bastante), Impar3s no es precisamente una obra “primitiva”. No estamos en presencia de un artista novel que no encuentra su voz, más bien lo vemos desarrollar distintos estilos que funcionan a la perfección a nivel narrativo. Como muchas de las cosas que ocurren pasan por una procesión interna/existencialista, la idea de cambiar de registro para plasmar estas sensaciones le queda muy bien.

Hay un problema, tal vez uno de los “males” que tiene hoy la historieta argentina. Si esto te cebó al punto de querer comprarlo, te vas a topar con un problema: Faro Negro cerró sus puertas durante la pandemia. ¿Qué implica esto? Que su catálogo no va a ser reimpreso salvo que otra editorial o los propios autores decidan encargarse de mantener vivas las obras. Hasta que eso ocurra, la única opción es preguntarle al autor si de casualidad tiene un ejemplar, o si no, fijarte si hay alguna comiquería que esté vendiendo los saldos (así fue como conseguí este libro y otro más, de hecho). Pero a este mal también se le suma el de las obras que quedan fuera de catálogo dentro de editoriales activas pero de estructura tan chica que les resulta más rendidor publicar una obra nueva que reimprimir ad infinitum un tomo viejo. Veo con cierta pena el hecho de tener un cementerio de historietas que, si uno no consigue en tiempo y forma, ya está, no las va a poder conseguir salvo que tenga suerte o porque un amigo se las presta. Capaz no sea el momento más feliz para denunciar esto (en plena crisis económica y con faltantes de papel que hacen todo mucho peor), pero ojalá se pueda encontrar una solución, así esta sea publicar los libros en formato digital, algo que puedo entender desde los editores que prefieren mucho más sacar libros físicos. Pero no hay que dejar que ciertos libros o fanzines mueran en el olvido,

6755f81768cb45039746f2e45e36b8fcTerminada esa cuestión (le pido perdón a mi troll que lee y no le gusta que divague en cosas que no son reseñas, aunque lamentablemente lo voy a hacer más seguido), paso a Lovecraft (DC/Vertigo, 2003). La cosa es así: Hans Rodionoff es un guionista de cine, frecuente colaborador del ídolo Clive Barker, que un día le llevó un guión a John Carpenter. La idea de contar los primeros años del célebre escritor no terminó de convencer al director de cine (que ya había realizado una epopeya lovecrafteana con la mítica In the Mouth of Madness), y ese esbozo cayó en manos de Keith Giffen, que decide convertirlo en historieta. Y gracias a Cthulhu y Los Antiguos, el responsable de la faz gráfica es Enrique Breccia, que se encarga de ilustrar las pesadillas con una maestría absoluta, tal como lo hiciera Papá Alberto en los ´70. Tal como dije en la reseña anterior, acá hay un juego con el cambio de estilos cada vez que el pequeño/joven Howard Phillips entra a los terrenos oníricos de Arkham. El Churrique pela imágenes de pesadilla a color directo, con una paleta de colores chillones que contrastan con el gris azulado del resto de la obra, en los momentos más realistas. El nivel de expresionismo que maneja el dibujo es altísimo, y como siempre se piensa en el desafío que es representar las descripciones pesadillescas de Lovecraft, vale decir que la imaginación de Breccia es de las mejores al momento de plasmar a las criaturas tentaculares o a los monstruos de Innsmouth. Giffen (o Rodionoff), por su parte, tuerce la historia para darle un origen concreto al Necronomicón y a otros elementos clave dentro de la mitología que construyó el afamado escritor, una explicación más volada de por qué estaba tan loco (la secuencia de la “visita” a Arkham junto a su mujer Sonia es espectacular, y me hace pensar si esa idea de meter los mitos de Cthulhu como parte de un pasado que atormenta no está pensada para meter secuencias de acción en la supuesta película que no fue) aunque nunca se menciona el racismo. De los muchos comics que adaptan de una forma u otra la mitología de Lovecraft, este sin dudas se planta como uno de los mejores.

518y-ICCo4LUn poco más de terror con Sandman: The Doll’s House (DC Comics, 1989-90). Me sentí un pelotudo mientras lo leía, después de años ninguneando la máxima creación de Neil Gaiman para, al final, terminar enganchadisimo. Aunque ya me quedé sin trade paperbacks, así que veré cómo me las ingenio para leer todo lo que me falta. Qué sé yo, no sé si queda algún mortal que no haya leído esta serie mensual, pero como es menester, un resumen de la obra previo al análisis: Morfeo continúa en su afán por reconstruir su reino después de su encierro. Después de conseguir sus herramientas, toca ahora ir por los esbirros que se escaparon, porque tres de ellos son un peligro: Brute y Glob (personajes creados por Joe Simon y Jack Kirby en los ´70 para Sandman/ Garrett Sanford) y el Corinthian, la representación de las pesadillas, que se encuentra en medio de una convención de asesinos (una idea espectacular donde Gaiman arma momentos macabros y tensos). La parte de la saga dedicada a la captura de Brute y Glob es un gran homenaje al Sandman superheroico, que respeta la esencia de la creación del Rey, aunque quien porta el manto es Hector Hall. La figura de Jed es insertada de manera elegante en la historia que plantea Gaiman con estas dos personificaciones del sueño en estado de rebeldía, donde también establece, en un sentido metaficcional, al Sandman kirbyano como una figura de ensueño.

Más allá de las referencias al Universo DC, Gaiman también explora otras posibilidades que dejan las implicancias de los sueños. El principal conflicto está en un vórtice que afecta la barrera entre los sueños, representado en la forma de una joven, Rose Walker, nieta de una de las personas que quedó con el sueño afectado cuando Morfeo fue aprisionado por Burguess. Queda claro que The Sandman te obliga no solo a rememorar detalles oscurisimos de la historia editorial, sino también a memorizar algunos nombres que aparecen fugazmente una vez, porque obviamente van a cobrar relevancia durante el avance de la serie. Ah, y por si fuera poco, al grueso de la historia se le suman tres unitarios bastante grossos (Men of good fortune es precioso, lo mismo la aparición de Death) y también comienzan a gestarse los conflictos familiares entre los Endless… pero imagino que eso ya lo sabían, como todo lo que conté recién. Llegar tarde tiene sus problemas.

112411-mla20536805596_012016-o-1a38c28d75c090cdcf15174155001901-640-0Cierro con una sorpresa total: Grotesque (2006-2010) del italiano Sergio Ponchione, obra originalmente publicada en Fantagraphics pero que, por suerte, se consigue en una edición nac&pop de Loco Rabia. Esto es surrealismo puro, una versión pervertida del cuento Tlon, Uqbar, Orbis Tertius de Borges, con mundos creados por un ser humano… ¿o hay una fuerza superior que fuerza los sueños de las personas para crear estas tierras extrañas? Esta historieta exige no solo prestar atención a los detalles, sino también a dejarse llevar por el delirio, porque las explicaciones que se dan no son exactas, y tampoco importan del todo. Pero si uno se fija en los dibujos o en lo que dicen algunos personajes, se pierde del hilo. Una obra completamente lyncheana dibujada por Ponchione en modo Burns/Clowes con homenajes al comix underground y a E. C. Segar. El dibujo es tan creativo como el guion, con una diversidad de personajitos deformes y con ideas de perspectiva y diseño loquisimas. La historia principal (un pueblo abandonado por su creador, el Oblicuombre, dominado de forma dictatorial por barones que venden sentimientos -sic- a sus pobladores) se hace compleja con plots misteriosos y las agendas personales de cada personaje que nunca se terminan de cruzar, y por ende, nunca entendemos las intenciones de cada uno. Completamente surrealista y atrapante, es difícil encorsetar esta historieta en un género puntual, pero así y todo, es una aventura disfrutable y que genera un mimo a la vista por lo bien dibujada que está.

 

Nada más por hoy, será  hasta el mes que viene.

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