Papa Fina

Como ya es costumbre, Gonzalo Ruiz repasa sus lecturas recientes y recomienda lo que más le gustó.

Papa Fina

13/10/2022

| Por Gonzalo Ruiz

5 comentarios

a548c480c4a446518675c6e875f9d1e6Otro mes, otro puñado de historias para reseñar/recomendar.

Cebado por la lectura intensa que le metí a Evil Eye (parte de la serie de notas sobre antologías de autores que salió la semana pasada), agarré la novela gráfica de Richard Sala Peculia and the Groon Grove Vampires (2005, Fantagraphics; editada en español por Recerca y que con algo de suerte se consigue saldada). Lo que cambia a diferencia de las otras historias de Peculia es su longitud, porque en lugar de durar 8 o 10 páginas, este libro ocupa casi 80… algo que se nota al leerlo, porque no deja de ser un chiste estirado: Peculia se topa con un grupo de niñeras adolescentes que son engañadas para cuidar a una familia de vampiros. Todas las chicas caen víctimas salvo nuestra heroína que como siempre encuentra la forma de escapar de los problemas. Así y todo, si te encontrás con esta historia de casualidad, no la dejes pasar, porque no deja de ser un comic dibujado como los dioses y con un buen manejo del clima terrorífico con una dosis equilibrada de sensualidad y cierta ternura.

futurama_glenat_1994__4Algo que no abunda en esta columna son las reseñas de material europeo, así que hoy toca desquitarse con dos obras importadas de la tierra de la paella y Alaska y Dinarama.

Brendan Beckett: El amor duele (1997, Glénat España) álbum a cargo de Ramón de España (también autor del recomendado libro El cánon de los cómics) y Keko, es un hard-boiled protagonizado por Brendan, un investigador privado que se mueve en Los Angeles, afín a las bebidas como el buen Philip Marlowe, pero con cierta culpa católica. Justamente es en un bar donde consigue el caso que ocupa esta historieta, un hombre cuya amante desapareció de la faz de la tierra. Beckett, como buen detective, mueve cielo y tierra en búsqueda de información, que lo lleva meterse al bajo mundo de las productoras de cine porno.

Hablar más es meterse en el escabroso terreno de arruinar las sorpresas del final y los giros argumentales, así que me gustaría más allá de la recomendación, destacar la sordidez con la que se maneja Ramón y como contrasta en cierta forma con el dibujo de Keko. Una sordidez que también es complementada de forma ambigua con las motivaciones de los personajes principales, Brendan y Larry, el que busca a su amante desaparecida, un DJ radial que tuvo como experiencia traumática previa la muerte de su primera mujer a manos de una pandilla en la calle. La Los Angeles que pinta el guionista es una ciudad donde no se puede confiar en nadie, y nadie tampoco parece tener ganas de mostrar buenas intenciones o de ayudar. Pese a que tiene pocas páginas, De España hace un muy buen uso del tiempo para desarrollar al detective y al DJ y otorgarles cierta tridimensionalidad que funciona para hacer más impactante el clímax de la obra.. Keko por su lado está en un perfecto mitad de camino estilístico con el, valga la redundancia, estilo atómico y los rostros de José Muñoz, acompañado también por un color que subraya con elegancia los climas tensos. Hubo una intención de la dupla para hacer más obras con el personaje, pero hasta donde sé, este libro es el único que hicieron. Una pena.

51916Un poco más reciente en el tiempo es Serie B (2014, Dibbuks) de Andrés G. Leiva. Esto es espectacular, una historieta que cobra mucho sentido si sos hardcore fan del cine fantástico de los años ´40/´50. Capaz me voy de boca comentando esto, pero realmente no afecta saberlo: lo que parecen ser historias cortas algo inconexas que mezclan un barco pirata, un periodista obsesionado con la luna y una mujer gigante, en realidad es una película que incluye todos estos elementos. Sí, lo que vemos es en realidad el rodaje de una película que, si, mezcla todos esos elementos en una sola. Lo realmente atrapante de la lectura es ver cómo se suscitan las cosas, cómo son las relaciones entre los actores fuera de set (los pocos momentos “íntimos” son un hallazgo de comedia) y un interrogante espectacular, ¿son actores o realmente son seres enanos, gigantes y verdes? Una ensalada donde conviven Freaks, Attack of the 50 Foot Woman y las historias de vida de Roger Corman y Ed Wood (incluye cameo de Vampira y Tor Johnson) en un relato tan delirante como la película que se gesta. A diferencia de lo que contaba sobre Keko, el estilo gráfico de Andrés es mucho más suelto, caricaturesco y con un uso de colores acuarelados muy sobresaliente.

Comentario fuera de programa: recomiendo este hilo de Twitter de Axel Kuschevatzky sobre que significa realmente el término “clase B”.

b1f6a6ee8786afd8441b1fddba41c1686045b3302a501050b916832a3a21815129948Cierro hoy con otra novedad nacional que salió para la última Crack Bang Boom (me quedan varias por suerte), en este caso Índigo (2022, Pi Ediciones) de Gonzalo Duarte en guion y Tomás Aira en dibujo. Una obra de terror que primero se publicó de forma online durante tres años en el sitio Viñeta Uno para luego tener una edición física en 2019 en Estados Unidos, de la mano de Virus/Heavy Metal. Lo primero que tengo para decir a favor de Índigo es que, si bien la premisa general de pueblo chico/infierno grande peca de ciertas obviedades ya vistas y leídas en varias obras, garpa mucho cómo se desenvuelven la trama y sus misterios, cómo se plantan los personajes frente a los villanos de turno de este pueblo olvidado llamado Índigo. También funciona cómo fluctúan los géneros, para abordar una trama religiosa, sobrenatural, pero sin caer en una berretada que imite al Exorcista de Blatty, y también en cuestiones más terrenales, con un abogado garca en medio de este pueblo maldito.

Y justamente en los personajes es donde está lo mejor de esta historieta. Me gusta cómo a la protagonista principal, una chica a la que le toca el papel de detective, le sale todo mal desde que pone un pie en el pueblito hasta casi el final. Su torpeza se apoya en quiénes la acompañan en este periplo místico que involucra el origen de Índigo, que cobran bastante chapa pero sin desdibujar a quien realmente protagoniza la obra, que juega un papel de ingenua a la perfección. A esto le suma el dibujo de Aira, que lleva muy bien la narrativa con cierta fluidez (hay varios momentos hablados y otros mudos) y con un nuevo color que, sin haber visto el original, le queda muy bien a sus trazos. Tal vez el problema que tiene el comic es la ausencia de cierta información que se da de manera escueta e incompleta. No es que llegue al final medio de pedo o forzado, pero hay una sensación de que falta más sobre la protagonista y un poco más de trasfondo. Aún así, está lejos de ser una mala obra.

 

Hasta acá llegamos por hoy, será el mes próximo.

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