Creo que la ola de “Peguémosle a la Fierro” ya pasó. Alcanzó su auge hace unos años y hoy por hoy es un hobby que ya muy pocos practican, imagino que más que nada porque se hincharon los huevos y dejaron de darle bola a la revista, ya que si nos ponemos objetivos, más allá de los cambios de timón que fue sufriendo a lo largo de los últimos años, no se ve un verdadero avance en lo que la revista es conceptualmente.
Una de las mayores críticas que se escuchaban era la selección de las historias, como que no había mucho espacio para la historieta de aventuras y se concentraban demasiado en pajas intelectuales de autores pasados de rosca en vanguardistas. Otra crítica habitual es que sólo tenían lugar los amigos… Deberíamos preguntarnos los amigos de quién, no? La lista se extiende por otro montón de cuestiones que parecen demasiadas como para enumerarlas todas. Y en el fondo, la sensación que queda es que la Fierro no le gusta a nadie, que está ahí haciendo el aguante y el público la consume más como una suerte de militancia a favor de la historieta nacional, que por la convicción de querer leer su contenido.
En lo personal, tengo una pila bastante grande de la revista que se acumuló en los últimos años, ya que la compraba por una cuestión más que nada de inercia, y mes a mes leía una cantidad de páginas cada vez menor. Ojo, esto no quiere decir que todo el material fuera malo y no se pueda leer, sino que salvando las dos o tres historietas autoconclusivas que puede haber por número, el resto no me despertaba interés. Y ese creo que es el punto más bajo de la Fierro: la cantidad de “fetas” de historietas que nos da por número.
En muchos casos estas historietas suelen ser de una calidad excelente y tenemos la suerte de que muchísimas se publicaron en libros después de su serialización en la revista, y no miento si digo que incluso tengo la gran mayoría de los mismos. El problema es justamente ese: si después me lo sacan en libro, ¿para qué corno lo voy a ir leyendo mes a mes en la revista? Y aca estoy siendo muy generoso porque en muchísimos casos ni siquiera es mes a mes, y eso creo que es algo que jode muchísimo y casi una falta de respeto al lector: que una historieta serializada no esté todos los números hasta ser completada es un garrón. De pronto esta un número, después dos no y cuando vuelve a salir ya me olvidé qué cornos había pasado, porque encima cada entrega tiene pocas páginas y ya perdí completamente el hilo de la historia, tengo que volver para atrás, reelerme lo anterior y así. Un esfuerzo que no vale la pena. En un principio lo hacía, después me aburri y empecé a esperar que se terminara de serializar para juntar todos los números y leerlos de un tirón, y ya en el último tiempo hasta perdí el hábito de hacer eso, por lo que compraba una revista para leer menos de la mitad de su contenido y hojear el resto como para tener una idea de lo que después me podía llegar a comprar en su futuro libro. Algo que a efectos prácticos no tiene mucho sentido, más allá del de bancar la publicación por el sólo hecho de que exista la revista en los kioskos.
Pero, ¿vale la pena? Digo, la militancia por la historieta argentina me parece que está bien y que hay que bancar los emprendimientos, pero cuando estos se sostienen tantos años plagados de errores, ¿hay que seguir bancando? ¿O es válido decir “hasta acá llegué, todo muy lindo muchachos, pero si no me dan un producto que pueda disfrutar no tengo por qué seguirlos”?. Es jodido!
Por lo general yo soy partidario de la segunda postura: si hacés las cosas mal, merecés que te vaya como el culo, nadie te compre una mierda y te fundas. Pero mirando la Fierro me surge la duda ¿Se puede hacer de otra manera? Seguro que sí, hay miles de formas de hacer que una antología de historieta argentina sea más interesante. Pero por ahí también le estamos exigiendo a la Fierro que sea más de lo que puede ser, muy posiblemente porque es la única revista asi que hay en el kiosko. Entonces pretendemos que nos satisfaga a todos, que sea como cada uno de nosotros pretendemos que sea y por ahí lo que en realidad hace falta es que haya otras 5 revistas más como esta, con otras temáticas, otros autores, otra forma de serialización, o sólo con historias cortas. Porque para bien o para mal, en este momento la Fierro es lo que hay y es eso o nada. Quizás si me agarrás en caliente, te digo que prefiero nada, pero quizás da para pensarlo un poco más, no?
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