Claramente impulsada por la necesidad de expandir las fronteras conceptuales del universo cinematográfico de Marvel, en 2015 la Casa de las Ideas manda a la cancha una nueva serie de su referente arcano, un personaje con infinita chapa y una galería de autores gloriosos en su historia pero, para ese entonces, aún sin la masividad con la que ya contaban otros personajes gracias a las películas. Ya consagradísimo en su rol de autor estrella en Marvel, Jason Aaron toma las riendas místicas de Stephen Strange y lanza su versión del carismático hechicero, con diversos aspectos fieles a la esencia del personaje sin dejar de lado las nuevas propuestas.
Es para destacar cómo el guionista se propone expandir y profundizar el universo místico de Marvel. Algunas de las novedades que nos plantea Aaron a lo largo de los 20 números que tienen su firma: se ve la exploración los orígenes de las artes arcanas y sus diferentes escuelas, nos muestra el “bar sin puertas”, un lugar en Manhattan (obviamente) donde los usuarios de la magia se juntan a escabiar y chusmear, nos presenta a Zelda Stanton, la organización/secta Empirikul que recorre las dimensiones con el fin de extinguir todo lo relacionado a la magia (la amenaza principal de esta etapa), una mina onda hipster que ejercerá como bibliotecaria del Sancto Santorum y nuevo interés romántico para Stephen que eventualmente además, se convertirá en su nueva aprendiz. Pero no sólo de innovaciones vive el guion, y ya que el buen Doctor cuenta con un ecosistema propio tan abundante como vistoso e interesante, el barbudo de Alabama se encarga también de utilizar los recursos clásicos del personaje y darles espacio para que tenga su debido protagonismo. Wong, el Vishanti, la Dimensión Oscura, Clea, Dormammu, la Bruja Escarlata, Hellstorm y Doctor Voodoo serán elementos recurrentes en la historia de la serie.
Maquillada en los aspectos conocidos del personaje, como para que el fan de larga data se sienta seguro, se esconde la intención de Aaron de redefinir las bases del mundo de Strange, con el sistema de magia como prioridad para rebalancear así la escala de poder casi infinito del Hechicero Supremo. Para ello determina que la magia tiene un precio proporcional al nivel del poder del efecto conjurado y, obviamente, el saldo a pagar de alguien de la trayectoria mística de Stephen es enorme. Esto crea desde situaciones simpáticas como conocer la espantosa dieta a la que el cirujano se somete para que su cuerpo resista los efectos de la magia, hasta sacrificios de gran escala para detener una amenaza mortal. El precio de la magia sirve también para crear una atmósfera más oscura, con un Stephen mucho menos grandilocuente, particularmente cínico, vulnerable y reflexivo (predomina el recurso del pensamiento “en off” del protagonista), que debe hacer equilibrios entre sus responsabilidades como Hechicero Supremo y las múltiples consecuencias de sus elecciones pasadas, tanto como superhéroe como aquellas del ámbito privado, sin abandonar su tradicional aspecto épico. La fragilidad del protagonista queda expuesta cuando su acceso a la magia se ve limitadísimo y debe resolver los conflictos con la violencia física ante unos enemigos que no escatiman en la violencia.
En el aspecto gráfico la colección es muy sólida, ya que la mayoría de los números están dibujados por la bestia de Chris Bachalo, quien pone su grafismo desbordado a diseñar monstruos y paisajes de características imposibles, imbuidos con una paleta de colores vibrante que nos ilustra a la perfección la naturaleza extraña, totalmente ajena y surrealista que suele caracterizar a las aventuras de Stephen. Aquellos escasos números en los que Bachalo no participa, lejos están de decepcionar ya que es reemplazado por Kevin Nowlan y Frazer Irving.
En sus 20 números a cargo de Doctor Strange, Jason Aaron se ocupó de renovar al personaje y su universo circundante en una tónica que se parece mucho más a lo que posteriormente se vería en cines que a la versión histórica del popular personaje creado por Stan Lee y Steve Ditko. Así, los neófitos pueden acercarse despojados de cualquier bagaje teórico previo, y conocer al máximo referendo mistico de Marvel, asi como al mundo que lo rodea, con una lectura ágil de arcos redondos, diálogos cancheros, personajes desarrollados dignamente y un dibujo de personalidad arrolladora.
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