Corría el año 2022 cuando, en el mes de Noviembre, Jason Aaron publica en Boom! Studios el primer número de su nueva obra, la personal “Once Upon a Time at the End of the World” (OUTEW), una serie sobre el amor pensada en tres arcos y ambientada en un futuro post apocalíptico. Cada arco representa un momento temporal en la historia y nos permite encontranos con un dibujante diferente: Alexandre Tefenkgi, Leila del Duca y Nick Dragotta.
En un registro novedoso en la producción de Aaron, el guion nos lleva por un mundo absolutamente devastado por una catástrofe ambiental de escala global, en el que se encuentran Maceo y Ezmerelda (Mezzy), dos personas diametralmente opuestas que juntos recorrerán el mundo super hostil en el que viven. Así las cosas, Maceo se caracteriza por ser un chabon adorable, simpático y un tanto naive, dueño de una capacidad de fabricar cosas que humillaría a McGyver y Forge juntos, que pasó toda su vida aislado del mundo exterior viviendo en una torre de oficinas y departamentos. Mezzy es una mina dura, desconfiada y resiliente a más no poder, con unas habilidades de supervivencia onda Aragorn de un mundo catastrófico, perseguida por los «Wasteland Rangers», una organización a la que perteneció en el pasado. Si bien la dinámica de “los opuestos que se atraen” es obvio desde el momento introductorio de los protagonistas, la hermosa simbiosis entre ambos se construye en un tiempo prudente y ese vínculo será puesto a prueba constantemente por las miles de diferencias entre ambos así como por las sorpresas que el hostil mundo arruinado les prepara a cada paso.
En OUTEW, Jason Aaron se dedica a construir hacia adelante ya que, salvo por algunas referencias informativas, no parece tener interés en mostrarnos cómo fue que en el mundo terminó por convertirse en el horror en el que viven Maceo y Mezzy. Sin embargo, gracias a algunas escenas a modo de “flash forward” vemos que, aunque parezca poco probable, las cosas serán aún más hostiles para los protagonistas. A su vez, si bien a la historia no le falta la aventura, el acento está puesto a mi entender en dos aspectos bien definidos: por un lado lo ideológico, terreno en donde Aaron no se calienta en utilizar metáforas y adhiere de forma muy frontal (casi como una provocación) a planteos muy vigentes en una agenda progresista como el cambio climático, la diversidad sexual, las nuevas masculinidades en contraste con su versión más tóxica y los fanatismos religiosos, entre otras. Por el otro, lo sentimental en la diferencia es el motor que tracciona las motivaciones de la asimétrica pareja, ya que mientras Maceo aprende de Ezmerelda los más diversas trucos y habilidades para sobrevivir en los páramos, ella descubre la belleza de las cosas más simples (y a la vez sumamente complejas) que ofrece la vida como el placer de bailar, disfrutar un paisaje, reirse, pegar onda y entregarse con esa persona que te gusta.
En el aspecto gráfico, como destacamos al comienzo, cada uno de los arcos argumentales y temporales tiene una identidad visual definida por su correspondiente dibujante. El primer arco, “Love in the Wastelands”, está a cargo de Alexandre Tefenkgi, dueño de una línea simple y sintética, ideal para colorear con colores planos y que puede recordar a un Cliff Chiang de segunda marca, donde brilla más en el diseño de páginas con mucha información visual onda fichas o planos. Luego sigue “The Rise and Fall of Golgonooza”, bajo el lápiz de Leila del Duca, quien propone un dibujo más suelto, plástico y dinámico, menos simplificado y con fondos más trabajados. Y el último arco, “Not even you were the last person on Earth” está a cargo del ídolo Nick Dragotta, a quien ya hemos visto utilizar su estilo personal muy definido, expresivo, sumamente ágil y de perspectivas audaces para crear escenarios fantásticos con generosidad en los detalles y en la creatividad compositiva.
OUTEW es una propuesta que recoge el intimismo cálido que tan bien interpreta Aaron (y que hemos visto cómo lo utiliza para humanizar a los personajes más poderosos y/o imposibles en diversas oportunidades a lo largo de su vasta carrera), y sobre el cual edifica una historia en la que contrastan la atemporal y siempre fértil temática del amor y las relaciones sentimentales con planteos sociopolíticos contemporáneos. Acá está la esperanza del amor que vence al odio de un mundo desolador, egoísta, conservador y sumamente cruel.
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