Me gusta la onda de la igualdad de oportunidades, esa que hace que un personaje X pueda ser interpretado indistintamente por un actor blanco o un actor negro. Y me parece que en el mundo de las adaptaciones de comics al cine y la tele se está dando una gigantesca desigualdad respecto de las otras artes que nutren a las producciones audiovisuales, sobre todo de EEUU.
A los fans del Dr. Strange nos dieron un Baron Mordo negro y una Ancient One mujer… y está todo bien con los negros y con las mujeres, pero ¿se bancarían los fans de Harry Potter un Sirius Black mujer, o un Albus Dumbledore negro?
¿Te imaginás el boicot que organizarían los talibanes de Tolkien si te hicieran una peli de Lord of the Rings en la que Gimli y Legolas no forman parte de la Comunidad del Anillo? Te prenden fuego los cines, no? Y sin embargo, los fans de los Avengers nos fumamos mansitos un origen de los Avengers en el que Hank Pym y la Avispa no son parte del grupo.
La gran mayoría de las veces, el cine y la tele no adaptan las historias de los comics, sino que las versionan. Es decir, crean universos paralelos en los que nuestros personajes favoritos existen, pero son bastante distintos a como los conocimos en los comics, ya sea porque no se parecen físicamente (pienso, por ejemplo, en el Joker de Heath Ledger) o porque sus historias muestran cambios sustanciales respecto del canon de los respectivos universos comiqueros.
Por algún motivo, cada vez que hay una serie, una película o un dibujo animado nuevo de los personajes de DC y Marvel, se abre una nueva tierra paralela en la que la historia sucedió de modo distinto, con alteraciones a veces geniales (el origen de Brainiac de Superman: The Animated Series) y a veces disparatadas. Pero siempre hay cambios muy notorios, cosa que no sucede cuando se adaptan o versionan obras literarias, por ejemplo.
Mirá si en una peli de Harry Potter te mostraran un romance entre Harry y Hermione… Sería el fin del mundo. Sin embargo en las pelis de Hellboy, Liz Sherman tiene onda con Anung un Rama, no con Abe Sapien. Y así todo el tiempo.
Nos comimos un Wolverine alto, un Ben Grimm pelado y panzón, un Luthor pendejito y con pelo… Ahora la Tía May no es más una viejita hecha mierda, sino una MILF con toda la onda. Me encanta Marisa Tomei, pero… ¿no leyeron los comics de Spider-Man? ¿No es bastante obvio que parte de lo que impulsa a Peter a actuar como actúa es la excesiva vulnerabilidad de la Tía May? Por ahí a nivel narrativo, no cambia nada si Electro en vez de blanco es negro. Pero que la Tía May esté sana y sea sexy cambia un montón. Es como si Gwen y Mary Jane fueran gays y estuvieran en pareja, o como si J.J. Jameson fuera presidente de los EEUU en vez de dueño del Daily Bugle.
Rastreo para atrás y el primer cambio grosso que recuerdo viene de la serie de Batman de los ´60, cuando Eartha Kitt (bomba atómica) se puso el traje de Catwoman. Estuvo genial, pero sentó un precedente nefasto: ya no hace falta que la versión de la pantalla se parezca a la versión de las viñetas. Ahí se le abrió la puerta a un “vale todo” que llegó a extremos como un Johnny Storm negro, hijo de distintos padres que Sue. Lo cual jode no porque le den laburo a actores de otras razas, sino porque –repito- parece que sólo los personajes de comics son plausibles de estos manoseos. Cuando adaptan 50 Shades of Grey no piensan en llamar a actores negros para que interpreten a Christian Grey. Cuando adaptan (o versionan) Romeo and Juliet no convocan a actrices orientales para que hagan de Juliet. En las series y películas de Sherlock Holmes, a nadie se le ocurre poner a una chica en el rol de Watson. Cuando adaptan Twilight no hacen que Edward Cullen sea gay, ni fan de Queensrÿche, ni hincha de Godoy Cruz.
Es obvio que hoy, lo primero que te llama la atención cuando leés comics clásicos de Marvel y DC es el hecho de que todos los personajes sean blancos. Es así, estos comics vienen de los ´40, o de los ´60, cuando se daba por sentado que todos los protagonistas eran blancos, heterosexuales, políticamente neutros y físicamente imponentes. ¿La solución es que vengan los productores de Hollywood a corregir estas falencias? No, la solución es que los autores de comics de hoy no repitan las cagadas del pasado y armen sus series con elencos étnicamente diversos. Casi todos lo están haciendo.
¿Y mientras tanto? Mientras tanto, yo propongo hacer lo que hicieron los productores de Super Friends cuando se dieron cuenta de que todos los miembros de la JLA eran blancos: inventaron personajes nuevos, de otras razas. No te dijeron “Red Tornado es japonés”. Reemplazaron a Red Tornado por un héroe 100% nuevo, con los mismos poderes, pero japonés.
¿Vos qué preferís? ¿Que Iris West sea negra o que Barry salga con una chica negra llamada… Danita Johnson, a la que jamás vimos en los comics de Flash?
31 comentarios