En el discurso pronunciado el martes 1 de abril en Plaza de Mayo, la Presidenta de la Nación Cristina Fernández de Kirchner se refirió a una ilustración de Hermenegildo Sábat, a la que le adjudicó “un mensaje cuasimafioso”.

Aguante Sábat!

04/04/2008

| Por Javier Hildebrandt

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En el discurso pronunciado el martes 1 de abril en Plaza de Mayo, la Presidenta de la Nación Cristina Fernández de Kirchner se refirió a una ilustración de Hermenegildo Sábat publicada ese mismo día en el diario Clarín (la podés ver aquí al costado), a la que le adjudicó “un mensaje cuasimafioso”, y emparentó con sectores de los medios que “han hecho lock out a la información, cambiando, tergiversando, mostrando una sola cara”.
Más allá de su legítimo disgusto con la caricatura, nos parece por completo ridículo asignarle un accionar “cuasimafioso” a un artista con la trayectoria y la autoridad de Sábat, cuyas ilustraciones fueron de las pocas que se animaron a satirizar al régimen dictatorial del Proceso, y siempre respondieron a sus propias convicciones, esquivando cualquier imposición política, empresarial e, incluso, de la propia línea editorial de los medios en que publica.

Nuestro país ha tenido una triste historia de censuras y persecuciones hacia los humoristas gráficos (baste recordar los casos de “Tía Vicenta” con Onganía; “Satiricón” durante el gobierno de Estela Martínez de Perón, y la revista “Hum®” en la época del Proceso, entre otros). Queremos creer que esto ha sido solo un exabrupto, y no un regreso a viejas prácticas, perpetradas por aquellos que este mismo gobierno dice querer combatir.
Al respecto, los invitamos a leer un atinado artículo de Juan Sasturain publicado en Página/12.

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