El color de Tolkien es amarronado. Climas sutiles, universos donde nadie viste un rojo intenso, donde el verde reina y donde la tierra trata de sobrevivir a la industrialización con un mensaje lleno de magia y fantasía.
Tolkien era un tipo extraño. Un profesor de literatura que inventó un universo junto con sus lenguajes, mapas, razas y distintas eras. No es fácil. Y el mismo dijo que la sangre de su vida quedó en esas páginas.
Mucho antes de El Señor De Los Anillos, publicó El Hobbit, una obra ambientada en el mismo universo, pero mucho mas simple, apta hasta para pequeños púberes preadolescentes e incluso niños. Una fantasía con enanos, magos y dragones que no peca de simplista y no subestima al lector. Es así como cualquiera que quiera entrar almaravilloso mundo de la Tierra Media llena de hobbits, istaris, elfos y demas yerbas, tiene una maravillosa puerta que lo invita a un lugar genial.
Nenitas que van al catecismo
Hay autores difíciles de definir. No hablamos de un Alcatena o un Meglia, tipos que sabés de por sí que nos van a volar la cabeza. Tampoco de tipos que laburan por kilo en esto de la historieta.
Hay autores extraños. Fernando Calvi es uno de ellos. El tipo es muuuy jodido de encontrar, tiene mil estilos y laburó en decenas de cosas tan disimiles como ilustrar notas en la Rolling Stone y cuentos para niños. Justamente de eso se trata esta reseña.
Sinceramente a veces hay momentos en que uno piensa que no hay nada bueno para leer por ahí. Pero en una visita nocturna al kiosco me encuentro esto y me quería matar.
Bosquenegro sale de la siniestra mente del ya mencionado Calvi, a años luz del estilo que vimos en la Comiqueando y Bruno Helmet. Esto es una historia para chicos, lo que no quiere decir que sea tonta o que subestime al lector. Sólo es más light que contar cosas sobre demonios y sacerdotes que juegan con las nenas que van a catecismo, o predicciones del apocalipsis más cercanas a Buffy o Angel que a Caperucita roja.
El que reparte con arte…
Dentro de un mercado editorial que parece estar en un buen momento, la idea de sacar una serie de comics para niños se caía de madura. Es así como podemos encontrar a autores claramente enrolados en los comics mas «serios» (esas comillas son peyorativas, obvio) que pelan una obra como esta y nos asombran para bien.
El dibujo es maravilloso. Los colores son muuuuy de álbum europeo, y demuestran que volviendo a lo clásico y limitándose a poner bien cada tono, se le puede cerrar el orto a tanto salame que tiene una buena PC y se la da de autor genial cuando todavía no aprendió a ir al baño, que banderea en el under y hace chistes de mal gusto porque para otra cosa no le dá. Está bueno mirar a alguien que realmente ama la historieta (digo eso tras haber compartido charlas de horas con el autor, hablando sobre Alan Davis y otras yerbas).
Tenemos Trolls, brujas, princesas devenidas en guerreras, híbridos maravillosos que mezclan animales y otras cosas, y un aire a pequeñito cuento de Tolkien (mucho más cerca de el ya mencionado Hobbit que de El Señor de los Anillos), lo que le da a esta obra una magia particular. Fuera de joda, como en El Hobbit, si agarraste la mano en las cinco primeras páginas, no hay escape posible porque ya te enganchó.
Había una vez en una tierra muy lejana…
Las historias son cortas, simples, dinámicas, la narrativa es clarísima y nunca se vuelve tediosa. Creo que en estos tiempos en que los comics son una mezcla de estudios de mercado y pretensiones huecas de diversos autores, este oasis es merecededor de un agradecimiento. Hay un guión simple, efectivo, quizás hasta irónico (no sarcástico, recordemos que está orientada a los kids) en algunos momentos. Pero eso le da el toque y la sensación que quizás nos dejaban los buenos comics que leíamos de chicos nosotros mismos (como los patos de Carl Barks, por citar un ejemplo obvio).
Por otro lado, la edición de Domus es muuuy buena y demuestra que se puede sacar un producto comercial sin caer en basura, correos con bajadas de línea o competencia desleal (inserte aquí sueditor favorito para bardear). Este libraco es una de esas cosas que demuestran que huevos y buen criterio pueden llevar todo a buen puerto (esperemos que no a los puertos grises).
¿Que más agregar de Calvi? ¿Decir que junto a Carlos Trillo realizó la Bruno Helmet 2 que es uno de los mejores comics argentos de los últimos 15 años? ¿Que es una bestia que te puede pelar mil estilos y siempre lo va a hacer bien? ¿Que dice la leyenda que una vez cada siete años sale de su guarida llena de comics, pelis de John Woo y cientos de páginas que quizás nunca leeremos para interactuar con el mundo? Leete Bosquenegro y juzgalo vos mismo. A mí me alegró mucho un sábado aburrido.
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