Bloodlines fue un evento que conectó a los anuales de 1993 e incluyó también dos bookends y una colección de trading cards. Fue un evento excecrable, un intento de DC por colgarse de las tetas de lo peor de Image… y lo peor de Image era realmente MUY feo. De esa abominación salieron un par de personajes casi presentables, y un ídolo definitivo: Hitman. Pero la gran masa de los personajes que surgieron en Bloodlines fueron prolijamente barridos abajo de la alfombra por DC, cuando se dieron cuenta de que crear clones chotos de los personajes de Image (que a su vez eran clones chotos de los de Marvel) era rebajarse demasiado… Como además salió en plena inundación del mercado, cuando los comerciantes y los fans se avivaron de golpe de que les estaban vendiendo humo y espejitos de colores (cada vez más deformes) ni siquiera fue un éxito de ventas.
Por eso resulta casi inverosímil el anuncio de que en Abril DC relanza el concepto de Bloodlines, en una miniserie escrita por J.T. Krul (Teen Titans, Green Arrow) y dibujada por V. Ken Marion. El guionista la describe como «una epopeya de ciencia-ficción oscura y horripilante» y confirma que el concepto es el mismo de 1993: alienígenas que infectan a humanos, estos se transforman en… algo que podrían ser superhéroes, supervillanos o algo mucho peor. Todavía no está muy claro qué relación hay entre esta saga y la original, pero está confirmado que la nueva transcurre en el verdadero Universo DC (aclaración que no sé qué sentido tiene a esta altura del partido).
El planteo de la serie aparece sintetizado de esta manera:
«Cuando un meteoro cae en la Tierra, resulta ser el vehículo de una presencia alienígena indecible que aterrorizará a un pueblito cercano. Los más afortunados mueren primero. El resto se verá atrapado en una lucha pesadillesca por el control de sus cuerpos y sus mentes. No es una mera invasión, es una infección. ¿Qué harías si la mayor amenaza a la humanidad estuviera oculta dentro tuyo?»
Y bue… después nos preguntamos por qué DC vende cada vez menos…
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