Wizard #192, aniquilando toda posible sorpresa del «One More Day» de Spiderman
No es la primera vez que se toca en esta sección la nostalgia por esa inocencia perdida que ya no tenemos a la hora de leer comics. Eso que, como el hímen de Wanda Nara, se ha extraviado en el tiempo desde que el bichito mágico de los comics nos volvió adictos a revistas de información, paginas web y otras yerbas.
No estoy hablando de revistas inofensivas como la Wizard o varias publicaciones locales que informan a medias para los más desprevenidos. Hablo del mal que nos acosa a partir de cierta cantidad de años de ser lectores: ya sabemos lo que va a pasar.
El Previews es un terrible mal. Una guía de teléfono que nos sirve para saber todo lo más importante que se publica (hasta hay gente que publicita cosas para tantear y después, ni noticias) y le rompe soberanamente las bolas a varios autores y editores, mientras otros lo usan para su provecho, pero al final los que sentimos un malestar en nuestros cuartos traseros somos los lectores.
Porque no nos engañemos: se acabó esa inocencia de no saber cómo terminaba una historia, de no saber si el final estaba ya publicado en Norteamérica, si tal o cual autor seguía con la colección. La información está al alcance de tu mano en varios lados. Y esta guía de teléfono te confirma lo peor: la revista que vos tenés recién llegada a tus manos hace más de seis meses que está absolutamente terminada esperando ir a la imprenta. Si, no podés cambiar nada de lo que ya está escrito, porque cuando te llegue (salvo escasísimos casos) ya es vieja en la mente de los autores y editores.
Y aquí ocurre lo mas molesto: ya sabés lo que va a ocurrir en tu maldita revista antes de ni siquiera pedirla. Dios Santo, recuerdo un trabajo de cierto redactor de una revista de información que no mencionaré, en el que resumió la mitad de una colección sin haberla leído, sólo deduciendo su contenido por lo que decía el Previews. Eramos tan pobres…
Entonces ahora sabés quién dibuja, quién escribe, qué va a pasar, quién es la estrella invitada, si tiene algún crossover, variant cover, etc… La revista ya está hecha y armada, sólo te falta leerla para cumplir. Todo mal.
Hay algunos autores que se resistían simplemente porque el amor de la lectura y ese hímen que se nos fue les importaba demasiado. Erik Larsen mandaba cualquier texto o ilustración al Previews y después seguía con su mundillo. Las puteadas que se comió quedan olvidadas al lado de la sonrisa que este tipo debe tener al irse a la cama.
Al punto al que voy, antes de tomar la pastillita, es que no tiene sentido bajar las escaleras en el medio de la noche para espiar los regalos de Navidad, si la idea es que todos lo abran a la mañana. Y la forma de ser de esta industria nos hace extrañar al Kirby dibujando cientos de páginas por mes, con un descontrol de creatividad que solamente explotó para crear universos de fantasía, en lugar de negocios en Wall Street.
Odio escuchar a mis amigos contando antes de poder leerlo que tal héroe cambió el traje, que se sacó la máscara ante una cámara de televisión, que segundos antes de leer que un personaje murió alguien esté contando que volvió… Y no se puede evitar sólo con tratar de no meterse en foros de fans, hay gente que en reuniones con amigos ha salido de la habitación para no enterarse de cosas que no se querían enterar.
Sí, es maravilloso tener este nivel de globalización, tener profesionales a cargo de hacer nuestras revistas y saber que muchos fans hoy son autores, pero a ver si se entiende…
¡NO ME CUENTES EL FINAL!!!!
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