Esto es un bochorno de proporciones reales…
El lunes, tras conocerse la abdicación del rey Juan Carlos I de España, los responsables de la publicación satírica El Jueves difundieron en su web una portada realizada por el humorista gráfico Manel Fontdevila en la que el todavía rey pasaba una corona llena de excrementos y rodeada de moscas a su hijo, el príncipe Felipe, y titulada con un sencillo «El rey abdica».
Sin embargo, esta portada nunca llegó a los kioscos. Por algún motivo, El Jueves decidió retirar de la venta 60.000 ejemplares con la portada de Fontdevila y distribuir una nueva edición, con la portada que tenían prevista antes de conocerse la noticia bomba, en la que el protagonista era una celebridad del medio local. Para eso, la revista editada en Barcelona retrasó un día su llegada al público, y aunque su slogan es «la revista que sale los miércoles», en la semana de la abdicación del monarca salió un jueves.
La revista ya había tenido problemas con la Corona, allá por Julio de 2007, cuando el juez Juan del Olmo decidió secuestrar toda la tirada por un chiste zarpado acerca de un garche entre el príncipe Felipe y Letizia Ortiz. Se supone que el miércoles que viene va a haber una alusión al cambio de rey en la portada, pero todo indica que va a ser menos brutal, porque la empresa que edita el semanario no quiere más juicios. La comunicación oficial de la editorial afirma que El Jueves no tiene «ninguna intención de aflojar en su crítica a la institución monárquica cuando sea necesaria». Y si bien es cierto que la revista siempre pegó palos a la familia real, acá se ve claramente un arrugue de barrera.
El sacudón no se hizo esperar, y ni bien se retiró de circulación la revista con la portada de Manel Fontdevila, el dibujante presentó su renuncia al semanario. Lo mismo hicieron otros autores destacadísimos de El Jueves, como Albert Monteys (ex-director de la revista), Bernardo Vergara, Paco Alcázar y Manuel Bartual, entre otros.
El maestro gallego David Rubín, una de las voces (y plumas) más lúcidas de la Madre Patria, declaró sobre el escándalo: «Un clavo más en el ataúd de la libertad de expresión de este país de mierda, una chispa más que enciende la indignación, la necesidad de desobediencia y la certeza de la inutilidad de una monarquía caduca e innecesaria».
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