Francisco Ibáñez, el increíble historietista nacido en Barcelona el 15 de Marzo de 1936, nos dejó esta mañana, a los 87 años, también en su ciudad natal.
Ibáñez trabajó como historietista profesional desde 1952 hasta el último día de su vida y se calcula que produjo más de 50.000 páginas. Su serie más popular (la que lideró durante décadas los rankings de venta en España y se exportó con éxito a Alemania y otros mercados) es Mortadelo y Filemón, creada en 1958 para la revista Pulgarcito. Pero además pegó fuerte con otros personajes como Pepe Gotera y Otilio, Rompetechos, El botones Sacarino, La familia Trapisonda y las páginas humorísticas de 13 Rue del Percebe.
La producción de Ibáñez encuentra su esplendor a fines de los ´60, cuando reconvierte a Mortadelo y Filemón en una serie de álbumes de 48 páginas al estilo franco-belga, y su estilo de dibujo muta bajo la poderosa influencia de André Franquin. A partir de esa primera aventura extensa (El Sulfato Atómico), los agentes de la T.I.A. adquirirán un status protagónico en el comic europeo y acumularán toda una mitología de personajes secundarios y enemigos que Ibáñez y sus asistentes potenciarán a lo largo de varias décadas.
Toda esta extensa primera etapa de la carrera de Ibáñez transcurre en la editorial Bruguera, pero en 1985 el maestro se desvincula de la empresa, que se había quedado con los derechos de sus personajes. Sin Ibáñez de por medio, siguieron apareciendo álbumes de Mortadelo y Filemón, realizados sin su consentimiento por autores anónimos que firmaban como «Bruguera Equip», historias que hoy son consideradas apócrifas por los fanáticos. Ibáñez emprendió una batalla judicial para recuperar a sus personajes, mientras producía (para otras editoriales) nuevas series como Chicha, Tato y Clodoveo, de profesión sin empleo y 7, Rebolling Street.
En 1988, y con Bruguera ya en marcada decadencia, el autor obtuvo un fallo judicial favorable (gracias a un cambio en la legislación vigente en España) y se fue con Mortadelo y Filemón a Ediciones B, donde se republicó prácticamente toda su obra, mientras el maestro y sus asistentes producían cada año tres o cuatro nuevos álbumes nuevos de la serie más popular. Se calcula que sólo de de Mortadelo y Filemón se han vendido más de 100 millones de álbumes a nivel global. Una bestialidad.
Famoso y reconocido como uno de los maestros fundamentales de la historia del comic en su país, hoy llegó a su fin la vida de Francisco Ibáñez. Obviamente sus personajes, sus obras y sus historietas disparatadas, geniales y a veces despiadadas, perdurarán por siempre.

Una respuesta a «Falleció Francisco Ibáñez»
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No, que bajón. Q.E.P.D
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