El vienes nos dejó otro dibujante icónico de la historieta británica, a los 85 años.

Falleció John M. Burns

01/01/2024

| Por Andrés Accorsi

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El viernes 29 falleció el maestro inglés John M.Burns, dibujante de larguísima y gloriosa trayectoria, que había nacido en Essex en 1938.

Su carrera profesional se remonta a mediados de los años ´60 como ilustrador en revistas infantiles. Entre los ´60 y los ´70 hizo sus primeras armas como historietista nada menos que al frente de varias tiras diarias, como The Seekers, Danielle, y -la más famosa- Modesty Blaise, entre 1978 y 1979. También dibujó muchas historietas basadas en series de TV británicas, junto al guionista Angus Allan.

Su etapa de mayor fama se inició (lógicamente) a principios de los ´80, cuando se incorporó al equipo del semanario 200 A.D., junto a colegas y amigos como Jim Baikie y Arthur Ranson. Allí pasó por muchísimas series, entre ellas la mismísima Judge Dredd y Nikolai Dante. También aportó una serie 100% nueva a la Judge Dredd Megazine: The Bendatti Vendetta, junto al guionista Robbie Morrison.

A partir de 2008 trabajó en la adaptación al comic de clásicos literarios junto a la guionista Amy Corzine. Algunos de los títulos más famosos que adaptó fueron Jane Eyre, Lorna Doone y Wuthering Heights.

A mediados de los ´80, Burns probó suerte con una serie creada de manera independiente, que circuló por revistas de comic para adultos de distintos países: Zetari, una de ciencia ficción con chicas espectaculares y naves espaciales. Y como todo autor británico de primera línea, en algún momento Burns empezó a trabajar para editoriales extranjeras que le pagaran mejor que las de su país: así, en los ´90 colaboró con la Penthouse Comix, y hasta con Ediciones B de España, para la cual realizó dos álbumes de El Capitán Trueno (con guiones del maestro Víctor Mora): uno en 1991 y otro en 1993.

En Octubre de 2023, Burns anunció su retiro y colgó los lápices. Pero el descanso le duró poco, ya que el viernes 29 de Diciembre falleció (con 85 años) en el hospital donde estaba internado.

Se termina así la vida (pero no la leyenda) de un dibujante de un talento único, dueño de un trazo virtuoso y elegante, y de un manejo del color extraordinario, que despertaba la envidia de sus colegas y la pasión de sus fans. Gracias por tanto, maestro.

 

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