Paul Ryan tenía 66 años y murió en algún momento del fin de semana.
Nunca fue uno de esos dibujantes fundamentales, que redefinen a cada personaje con el que trabajan, pero sí un laburante que supo darle regularidad y consistencia al mainstream yanki durante muchos años.
Su primera historieta publicada se llamó Breed, y apareció en los ´80 en el sello Americomics. De ahí pasó a Marvel, contratado por Bob Layton para que le dibujara los fondos. Su ascenso en la editorial fue meteórico, y allí fue donde labró su reputacióncon títulos como Iron Man, Squadron Supreme, DP7, Quasar, Avengers y Fantastic Four. También fue elegido por Stan Lee para dibujar el clásico Amazing Spider-Man Annual #21, la boda de Peter Parker y Mary Jane Watson. Más tarde volvería a ser convocado por Lee para dibujar a Ravage, su creación para la línea 2099.
A mediados de los ´90, Ryan se fue a DC, donde trabajó básicamente en Flash (junto a Mark Millar y Grant Morrison) y Superman. Tras un paso por CrossGen (donde dibujó Rose y Crux), se dedicó a la plancha dominical de Spider-Man para los diarios, de nuevo en equipo con Stan Lee y con la distribución mundial del King Features Syndicate.
Más tarde fue convocado por la editorial danesa Egmont, para la cual dibujó durante cuatro años historietas de The Phantom, el clásico creado por Lee Falk. Esos trabajos llamaron la atención del King Features Syndicate, que lo volvió a convocar, esta vez para hacerse cargo de la tira diaria del inmortal enmascarado.
Ryan le dedicó sus últimos años a la tira de The Phantom y dicen que fue muy feliz dibujando a este ícono de su infancia y juventud.
Desde acá, una cálida despedida para el maestro.
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