La dibujante, editora e historiadora Trina Robbins falleció ayer, a los 85 años. Según informó su pareja, el dibujante Steve Leialoha, Trina había sufrido recientemente un derrame cerebral.
La artista e investigadora nació en Brooklyn en 1938, en el seno de una familia de inmigrantes judíos, los Perlson, y se sintió atraída por los comics y la ciencia ficción desde su juventud. Sin embargo, su primera ocupación artística fue el diseño de modas, durante los años ´60, época en la que Robbins se codeó con músicos de la escena del rock como Jim Morrison o David Crosby. Incluso llegó a regentar su propia boutique en el East Village.
Ya en los´70, Trina Robbins se muda a la Costa Oeste, más precisamente a San Francisco, donde entrará en contacto con la escena del comix underground. Robbins, quien en 1969 ya había dejado su huella en el comic al diseñar el icónico traje de Vampirella, se convertiría en una pieza clave de ese movimiento, dominado por hombres. En 1970, junto con Barbara ‘Willy’ Mendes lanzará la antología It Ain’t Me, Babe, la primera publicación underground realizada únicamente por mujeres. En 1972, Robbins será una de las impulsoras de la revista Wimmen Comix, una publicación clave que continuará hasta 1992, en la que publicarán nombres tan importantes como Joyce Farmer, Phoebe Gloeckner, Carol Tyler, Aline Kominsky o Diane Noomin.
La labor de Trina Robbins en los ´70 resulta fundamental por su reivindicación de las autoras de comic y la creación de espacios de expresión propios, dentro de un underground que solía recurrir a representaciones estereotipadas, cuando no misóginas, de las mujeres. En las primeras entregas de Wimmen Comix se hace evidente el carácter feminista de sus colaboradoras, que tratan cuestiones relativas a la discriminación de género, los abusos, la orientación sexual y otros. De hecho, Robbins fue la única que en su momento se le plantó en la vereda de enfrente a Robert Crumb por su forma de representar a las mujeres (y la violencia hacia ellas) en algunas de sus historietas.
A partir de los ´80, Robbins también realizó varias incursiones en el mainstream. En 1986 se convirtió en la primera mujer en dibujar a Wonder Woman en un comic de DC, con The Legend of Wonder Woman, una miniserie con guion de Kurt Busiek. También participó en varios comics infantiles, como Misty, publicada por el sello Star Comics de Marvel, o California Girls, publicada por Eclipse Comics. En los años 2000, Robbins creó con la dibujante Anne Timmons la serie GoGirl!, publicada por Image.
Pero por sobre su labror como historietista se destaca siempre su trabajo como investigadora, fundamental para rescatar del olvido a decenas de autoras del comic norteamericano, muchas de las cuales, en los inicios del medio, ni siquiera firmaban su trabajo o usaban su verdadero nombre. Desde el seminal Women and the Comics (1985), realizado junto con Catherine Yronwode, hasta su última monografía, Flapper Queens (2020), pasando por A Century of Women Cartoonist (1993) o sus memorias, Last Girl Standing (2017), la labor incansable de Robbins durante cuatro décadas la convirtió en una de las más importantes historiadoras del medio, con casi dos decenas de libros publicados, todos ellos lamentablemente inéditos en nuestro idioma.
Trina visitó Buenos Aires en 2017, en el marco de la última edición de Comicópolis, y dejó un recuerdo imborrable en miles de fans que tuvieron la oportunidad de saludarla.
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