Se ha planteado varias veces, pero nadie lo dice muy alto porque queda medio mal. Es ese tipo de charlas que no hay que tener en la mesa, como las de política y religión.

La mejor obra de la historieta argentina

30/11/2007

| Por Sebastián Ballesteros

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El Eternauta, de H. G. Oesterheld y Solano López


Se ha planteado varias veces, pero nadie lo dice muy alto porque queda medio mal. Es ese tipo de charlas que no hay que tener en la mesa, como las de política y religión. Y menos aún tratándose de comiqueros, seres que podemos llegar a no hablarle más a nuestro mejor amigo si este no retira su comentario sobre Byrne, Galactus, Overpower, Batman Returns o de lo que sea que se esté hablando.
Pero bueno, a ver si lo decimos de una vez: ¿Están seguros que el Eternauta es la mejor obra de la historieta argentina?

Escucho como se rasgan las vestiduras, siento dolores en las piernas, como si decenas de muñequitos vudú con mi rostro estuvieran llenos de alfileres en este momento… pero la pregunta está hecha.
Vamos por partes. El Eternauta es una gran obra, creo que nadie lo va a discutir. Tiene una narrativa clásica pero dinámica a la vez, es netamente aventurera, su formato de tira imponía pequeños continuará cada dos por tres… Eso es maravilloso. Se ha dicho que es absolutamente argentina por las referencias a calles y avenidas, a lugares y juegos de truco. Es una obra personal, teniendo en cuenta la situación que atravesaba el país y la ideología de HGO. Ahora… ¿Es lo máximo que puede ofrecernos como género la historieta argentina? ¿Nadie la ha superado y nadie jamás la superará? Vamos a ver.

Solano López. Si bien es un gran dibujante totalmente clásico al que le salen muy bien las chicas (y acá se la re-banca si tenemos en cuenta que casi no se ven mujeres en toda la historia; el Eternauta será cualquier cosa pero nunca una historia de amor) y sabe contar con un realismo casi de serial cinematográfico, no es el mejor dibujante de nuestros pagos ni a palos. Sí es el indicado para esta historia y hasta opaca la genial y maravillosa versión de Alberto Breccia, a fuerza de narrativa aventurera al palo en todos sus cuadros.

Si deconstruimos el Eternauta, es solo una metáfora ideológica. Guarda, estoy de acuerdo en casi todo lo que propone HGO y la obra llega a otro plano de importancia con la desaparición de este, pero eso sólo se da en la primera parte, ya que su secuela (y posteriores abortos ya sin HGO) dejan ver la vena más agresiva y menos sutil del guionista y sus planteos.

Buscavidas, de Carlos Trillo y Alberto Breccia


Lo que me lleva a un gran debate en el que no me gustaría estar presente: ¿Es HGO el mejor guionista de historietas de la argentina? ¿O simplemente es el que mejor supo interpretar y plasmar la sociedad en la que le tocó vivir? ¿Es mejor que Trillo? ¿Que Sasturain? ¿Por qué? ¿Porque su obra rompió fronteras y llegó a mucha gente que necesitaba sentirse identificada? ¿Cuál es la diferencia entre el Eternauta y… no sé… La Fortaleza Móvil? ¿Más páginas?

La lucha de Juan Salvo, atrapado entre guerras, aliens y tiempo y espacio, se parece demasiado a la verdadera lucha que existe por los derechos de la obra, con Solano, los herederos de HGO y algunos editores en pugna. Es una batalla amarga que no se puede ganar (por ahora) y cada paso parece costarle mucho a los protagonistas y poco a los villanos. Quizás esto ayude a que, con el paso del tiempo, uno se sienta mucho mas atraído por cualquier capítulo de Mort Cinder que por las aventuras de la resistencia en la cancha de River. Y eso no está nada mal. ¿O sí? ¿O no?

El Eternauta es una obra maravillosa de nuestro país. Es imprescindible su lectura para cualquier fanático de los comics en general. Pero creo que esta noche voy a volver a ojear mi tomito de Buscavidas. A ver si se me aclara el panorama.
¿Será posible?

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