Peter Cannon, Thunderbolt, es un viejo personaje creado por Pat Morisi para la editorial Charlton en 1966, que pasó bastante desapercibido en su momento. De hecho, la gran mayoría de los comiqueros que lo ubican, apenas manejan el dato de que le sirvió a Alan Moore y Dave Gibbons como base para desarrollar a Ozymandias, uno de los personajes centrales de Watchmen.
Ahora el personaje (aún hoy propiedad de los herederos del creador) regresa en la editorial Dynamite, con una miniserie de cinco episodios que arranca en Enero. El dibujante es Caspar Wijngaard y el guionista no es otro que el británico Kieron Gillen, que llevaba varios años alejado del género de los superhéroes.
Gillen afirma que su Peter Cannon es «un canto de amor al género intenso, oscuro y con humor». El guionista nos presenta al héroe como un señor de cuarenta y pocos años, que vivió las aventuras originales (las de Charlton, el resto no son tomadas en cuenta por Gillen) hace unos 20 o 25 años. La idea es jugar con la identidad sexual del personaje (pareciera que Peter va a ser gay, al igual que el guionista) y presentarlo como el tipo más inteligente del mundo, pero no necesariamente querible.
Dice Gillen: «A la Tierra la atacan los alienígenas y él pregunta «¿Y por qué los tengo que salvar yo?». No le cae muy bien la civilización occidental, y no quiere tener mucho que ver con la humanidad en general. Es un tipo bastante jodido. Para ponerle corazón y empatía a la historia está su compañero, Tabu, que es el que baja a tierra a la genialidad de Peter Cannon».
Ah, y toda la miniserie está planteada con la clásica grilla de nueve viñetas, la de Watchmen.
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