En Marvel sigue la movida de permitirle al maestro Chris Claremont revisitar momentos clave de su extensa y seminal etapa al frente de los X-Men, para retro-injertar pedacitos de historia, o para retomar puntas argumentales que en aquel entonces no llegó a explorar al máximo.
Allá por 1984-85, Claremont escribió la miniserie Kitty Pryde and Wolverine, en la que el veterano mutante canadiense acompañaba a la más joven e inexperta de los X-Men en un viaje a Japón, un viaje en el que Kitty casi pierde su alma a manos de Ogun. En Abril se viene una nueva miniserie de cinco entregas, esta vez titulada Wolverine and Kitty Pryde, que retoma donde terminó la anterior hace 40 años: antes de regresar a EEUU, Logan y Kitty van a estar parando en lo de Mariko Yashida, y van a combatir a una misteriosa amenaza que requerirá de todas sus habilidades de combate (ninjas y mutantes) para proteger su amor.
Y lo mejor: esta vez los dibujos no están a cargo de un cadáver sin talento como Al Milgrom, sino que tenemos portadas del glorioso Alan Davis y páginas interiores en manos del talentoso rosarino Damián Couceiro.
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