Nikolas Klon, la epopeya futurista de Roberto Goiriz (con los colores de Kike Espinoza y Edgar Arce) que se iniciara en la revista paraguaya Raudal y continuara su andadura en formato digital, ahora está lista para convertirse en un álbum de 48 páginas a todo color.
La acción se desarrolla en un futuro cercano. La humanidad se ha organizado en corporaciones y empresas y ha abandonado las organizaciones políticas. Los países han dejado de existir o están declinando. La clonación humana está permitida, con limitaciones. Dependiendo de la corporación en que trabaje, y su rango, cada ciudadano tiene derecho a una cantidad determinada de clones. Ellos son usados como banco de órganos.
Estalla una guerra de precios entre dos corporaciones gigantes. Cada una llama a los ciudadanos que la integran al alistamiento. Los ciudadanos de mayor rango no necesitan alistarse ellos mismos, pueden enviar a sus clones.
Nikolas es un ciudadano de primera. Muy a desgano, se alista para la guerra, pero envía a su mejor clon en su reemplazo.
El soldado Nikolas Klon, el clon de Nikolas, se suma a la guerra. Y hay algo con lo que nadie contaba.
Nikolas Klon quiere vivir.
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