Lo que está sucediendo en este momento en Francia amerita mucho más una serie de notas que un Comic Clip, pero bueno, es lo que tenemos…
Para empezar, a principios del 2019 el gobierno de Francia decretó – a través del Ministerio de Cultura encabezado por Franck Riester- que 2020 sería «el año de la Historieta», una declamación que se va a llevar a cabo a lo largo del año, con diversas actividades destinadas a darle visibilidad al Noveno Arte y sus creadores. La idea surgió a raíz del informe que presentó Pierre Lungheretti, director del mítico centro cultural «Cité internationale de la BD» (ubicado en la localidad de Angouleme), que incluía 54 medidas para valorizar a la historieta y sus autores.
2019 fue otro año de gran crecimiento para el mercado francés de historietas, que hoy representa el 16% de la industria del libro en ese país. Las cifras globales fueron impactantes: se vendió un volumen un 11% superior al de 2018, y la facturación en euros rondó los 555 millones, un 9% por encima del año anterior. Se registró un total de 5500 lanzamientos, con una venta promedio de 3700 ejemplares por título.
Por supuesto, parte de este crecimiento tiene que ver con la aparición en Octubre de Astérix: La Fille de Vercingetórix, el título más vendido del año en toda la industria del libro francófono, con casi 1.800.000 ejemplares vendidos en sus dos primeros meses de rodaje.
Sin embargo, el crecimiento en las cifras no logra ocultar una realidad preocupante: la venta por título sigue bajando. Hay cada vez menos lectores dispuestos a apostar por cada lanzamiento y la venta se concentra cada vez más en los best-sellers, los tanques que hacen explotar la taquilla, un selecto grupo de títulos que supera ampliamente los 100.000 ejemplares vendidos. La gran mayoría de los lanzamientos, sin embargo, no arrima ni cerca de esa cifra y eso hace que los autores (e incluso los editores) ganen poco dinero por esas ediciones. Lógicamente, las editoriales le juegan cada vez más fichas a la promoción de los best-sellers, y al resto lo descuidan cada vez más.
Eso se ve claramente en un informe sobre la situación de los artistas y creadores en Francia realizado por el Ministerio de Cultura. El mismo expone que el 53% de los autores de comics del país gana por debajo del salario mínimo, lo que se traduce en un 50% de historietistas con un nivel económico por debajo del umbral de pobreza, y que las más afectadas son las mujeres y los jóvenes.
¿Un mercado en expansión con cifras impactantes y un 54% de los autores ganando miseria? ¿Se puede sostener este status quo, o en cualquier momento explota todo, como en Chile? Bueno, ya empezó a explotar.
El jueves pasado (30 de Enero), el intendente de Angouleme, el Ministro de Cultura, el director del festival y más tarde el propio presidente de Francia, Emmanuel Macron, se iban a presentar en el célebre Festival Internacional de la Ciudad de Angouleme, pero aparecieron manifestaciones y cánticos de los manifestantes que llamaron la atención de los medios e hicieron que el presidente decidiese cancelar su asistencia en el último momento (más tarde apareció en el interior del recinto del festival). Los representantes de las organizaciones de autores se reunieron con el Ministro de Cultura en busca de soluciones y advirtieron que, en caso de que no se llegase a propuestas lo suficientemente valiosas, boicotearían el importantísimo certamen de los siguientes días. El viernes 31, unos 500 artistas (varios muy conocidos) volvieron a ganar la calle con pancartas, para manifestarse en los alrededores de la municipalidad.
Durante la siempre elegante y protocolar entrega de premios, los autores Fabien Vehlmann y Gwen de Bonneval (ganadores del Premio Goscinny) decidieron subier al escenario junto con un centenar de artistas y leyeron un extracto de un informe acerca de la precariedad laboral que afecta a los autores de historietas: “A algunos autores se les está pagando 4.000 euros por producir 200 páginas, el equivalente a dos años de trabajo. Algunos de ellos están en la selección de los mejores títulos del año”.
Es el Año de la Historieta, muchachos. Inmejorable momento para tomarse en serio los reclamos y ponerse las pilas para hacer los ajustes que hagan falta en el sistema. Con esos niveles de ventas y ese volumen de guita en juego, tiene que haber una forma más justa de repartir la torta. O no, por ahí hay que replantear TODO y empezar a publicar muchos menos títulos por año, o probar con otros formatos, otro circuito de distribución… Opciones nunca faltan.
2 comentarios