Iniciamos una extensa recorrida por la historia y los títulos más importantes del fundamental sello de DC.

20 Años de Vertigo (parte 1)

17/04/2013

| Por Andrés Accorsi

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La creación del sello Vertigo en el seno de la DC Comics marcó un antes y un después en la producción de historietas para adultos en EEUU, y de cierto modo también en Inglaterra. Ahora que se cumplieron los 20 años de aquel histórico momento, no está mal repasar la génesis de esta movida, que luego evolucionaría hacia territorios asombrosos e impredecibles.vertigo-logo1

1992 fue un año increíble para DC, no sólo porque la irrupción de Image le asestaba un golpe devastador a su tradicional rival. Además, en ese año, DC lograba uno de los sucesos más resonantes de ese período de auge del consumo de comics (1991-93) con La Muerte de Superman, un comic de enorme impacto mediático y ventas que superaron los pronósticos más alentadores. Incluso cuando durante algunos meses del año DC ocupó el tercer puesto en ventas (detrás de Image y Marvel), la cantidad de plata que facturó la editorial en ese momento no tiene nombre. Ese mismo año, el legendario Dick Giordano, jefe de coordinadores durante uno de los períodos más gloriosos de la DC, abandonaba su cargo. Ahi fue cuando los capos máximos de la editorial, Jenette Kahn y Paul Levitz, se vieron en una disyuntiva: nombrar a un nuevo Jefe de Coordinadores, o repartir “la manija” entre varios de los coordinadores que venían por debajo de Giordano. Finalmente optaron por esto último, y ascendieron a “Coordinadores de Grupo” a Archie Goodwin, Denny O´Neil, Mike Carlin, Andy Helfer y Karen Berger.

karen berger_300Berger, que era la asistente de Len Wein allá por principios de los ´80, cuando el creador de Swamp Thing empezó a traer guionistas y dibujantes ingleses del nivel de Alan Moore, Dave Gibbons y Brian Bolland, quedó a cargo de la línea de “suspenso sofisticado”, o “fantasía dark”, seis títulos que tenían sus raíces en el género superheroico, pero que se alejaban cada vez más de esa estética y esa temática, en busca de un perfil más adulto y menos convencional. Con distinto grado de éxito, claro. De esos seis títulos, Sandman vendía muy bien, Hellblazer y Doom Patrol vendían tirando a poco, y Swamp Thing, Animal Man y Shade the Changing Man estaban siempre entre los títulos menos vendidos de la editorial. Si zafaban de la cancelación, era sólo porque Berger los bancaba, los críticos casi siempre los aplaudían y a DC le servía tener proyectos que involucraran a autores de prestigio. Pero estaba claro que en esta reestructuración, Berger era la que tenía que remar más de atrás para que su línea ganara visibilidad y, sobre todo, ventas.

Swamp_Thing_Vol_2_126Nos vamos un toquecito a Disney, el coloso del entretenimiento por antonomasia, que allá por 1991 no licenciaba sus personajes para que otras editoriales generaran revistas de historietas, sino que la levantaba en pala con una antología llamada Disney Adventures, que vendía fortunas en jugueterías y supermercados y cuyos coordinadores estrella eran Len Wein y el maestro Marv Wolfman. Cebados por el flujo de dinero, a los ejecutivos de Disney se les ocurrió crear un segundo sello editorial Touchmark Comics, con obvio correlato con Touchstone Pictures, el sello cinematográfico bajo el cual Disney produce y estrena material no apuntado al público infantil, o apto para todo público. La consigna de Touchmark era dar cabida a historietas arriesgadas, innovadoras y –lo más importante- 100% controladas por los propios creadores. Para coordinar la línea, Disney contrató a Art Young, el asistente de Karen Berger, quien no dudó en pegar el salto y poner en marcha una serie de proyectos muy grosos.

Sin embargo, poco después de que aparecieran los primeros avisos publicitando el lanzamiento de Touchmark Comics, los cráneos de Disney decidieron que no, que ya no les interesaba generar historietas para adultos y mandaron todo al freezer. Con un puñado de proyectos ya terminados y varios en proceso, Art Young se quedó en bolas. ¿Qué se le ocurrió para tratar de salvar el barco y no quemarse con los autores a los que había contratado? Llamó a su ex-jefa y le contó lo sucedido.

Berger sumó uno más uno y se reunió con Levitz y Khan. Según su propio testimonio, les dijo “Quiero separar a mi línea del resto del Universo DC. La gente sabe que DC publica comics copados, que no son para chicos, pero falta hacer más foco. Para eso necesito mi propio sello. Entonces confeccioné un plan de publicación en base a lo que quería hacer creativa y filosóficamente, diseñé un año entero de material y así fue como empezó todo”. Una vez que la propuesta de Berger fue aceptada, lo primero que hizo fue volver a contratar a Art Young, quien llegó con un paquete de proyectos bajo el brazo (Sebastian O, Mercy, Enigma…) y al que le pusieron una oficina en Londres, para que funcionara como enlace con los creadores británicos, que pronto nutrirían al nuevo sello.

En la convención de San Diego de 1992, la propia Berger nos mostraba a los que nos acercábamos al stand de DC varias portadas de Swamp Thing y Sandman con dos diseños distintos: en uno sólo aparecía la palabra “VERTIGO”, en la otra decía “Vertigo/ DC Comics” y había que votar por la que uno prefería. Ganó la segunda. “¿Qué es Vertigo?”, le preguntábamos a Karen. “Banquen a Enero y se van a enterar”, respondía la rubia.

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