Con el festejo tardío de los 25 años del personaje, se abre una de las etapas más lindas de la versión moderna de Vampirella

50 años de Vampirella (parte 7)

08/04/2020

| Por Alejandro Caracciolo

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RCO001_1581130480Una vez finalizada la mini-serie “Death and Destruction”, y el especial “Sad Wings of Destiny”, Harris se acuerda medio tarde del aniversario nº 25 de Vampirella…. Medio tarde porque realmente Vampirella cumplió 25 años en Septiembre de 1994, pero en Harris se celebró con dos años de retraso, en 1996, una vez cerrada la serie que venían publicando. Uff! La buena noticia, es que con la partida de Tom Sniegoski,y la celebración del aniversario se abre una de las etapas más lindas de la versión moderna de Vampirella, que comienza en 1997, y se extiende más o menos hasta mediados de la primera década del siglo XXI.

Además del especial “Sad Wings of Destiny” que sirvió como epílogo de “Death and Destruction”, sale un especial prestige titulado “Vampirella 25th Anniversary Special”, un homenaje a la historia del personaje, con la participación de varios artistas, con una portada pintada por Frank Frazzeta (en la cual se basaron para producir una estatua muy linda que nunca pude tener), una reedición conmemorativa del nº1 de “Vampirella: The Dracula War” con una portada nueva por Louis Small Jr y Caesar, posters (como el de la portada de “Sad Wings of Destiny”, que tengo colgado en mi nerd room), mini-series que reeditaban material Warren (“Silver Anniversary Collection” y “Legendary Tales”), y un flip book de titulado “Deluxe Showcase Edition” (que no tenía nada de “Deluxe”, realmente, era una revistita con menos páginas que una normal) con un avance de lo que vendría a continuación: la miniserie de dos números “Vampirella Bloodlust”, a cargo de James Robinson y Joe Jusko, y el especial “Vampirella vs. Pantha”, realizado por Mark Millar y Mark Texeira.

ec8c693aec374276a7c9736e3c2dcafb“Vampirella 25th Anniversary Special” es un especial muy lindo, con cuatro historias cortas que podrían considerarse “de relleno”, dado que por el momento, en el canon, Vampirella seguía muerta. Al menos dos de las cuatro historias del especial parecían encajar más en el canon de Warren que en el de Harris. Pero bueno, digamos que estaban siendo respetuosos con la historia del personaje, acorde al espíritu de celebración de los 25 años (27, en realidad) de esta mítica heroína. Pucha, muerta a los 27. Que no se diga que Vampi no es rockera (¿???).

Volviendo al tema, portada por Frank Frazzeta, introducción por Forrest J. Ackerman, y cuatro historias. La primera de ellas, “Vampirella of Drakulon”, “escrita” por el propio Ackerman y hermosamente pintada por Mark Texeira. Pongo entre comillas la palabra “escrita”, porque la historia no es otra que la misma del origen de Vampirella en el nº1 de Warren, creada ya en esa oportunidad por el estimado Forrest, y básicamente rescatada para que Mark Texeira se luciera ilustrando su versión… lo cual, se agradece. No es chiste cuando escribo “hermosamente”, porque realmente TEX (como suele firmar sus portadas), tiene un estilo de pintura muy lindo, con colores muy equilibrados, con una paleta muy amplia, y que puede crear todo tipo de atmósferas.

RCO021_1583477337Luego viene “The Blood Red Game”, por Grant Morrison y Michael Bair (con las tintas de Kevin Nowlan), y que tiene como villana a la clásica Blood Red Queen of Hearts, un personaje que cada tanto intentaban rescatar del olvido, pero que nunca llegó a tener una saga que le diera gran notoriedad como antagonista. Digamos que lo más importante de ella es un TPB que recopila sus primeras historias de la era Warren, titulado efectivamente “Vampirella: The Blood Red Queen of Hearts”, con portada de John Bolton, aparecido también por ésta misma época. Pero bueno, sigamos.

El tercer relato se titula “The movement of blood”, lo escribe Warren Ellis y lo dibuja la frecuente dupla de Amanda Conner (lápices) y Jimmy Palmiotti (tintas). Es interesante, y de alguna manera complementa lo que se va a publicar después por parte de este mismo equipo creativo. Básicamente, se centra en la idea de que -de alguna forma- Vampirella en es realidad, inmortal, y que en cada época histórica hubo alguna encarnación de Vampirella, o quizás de la idea que representa Vampirella. Esto parece haber salido de la nada, y contradecir todo lo publicado, pero Ellis tiene un par de ideas que van a pasar a convertirse en la base de mucho de lo que se haga con Vampi posteriormente, incluso hasta la era Dynamite. Pero me estoy adelantando.

RCO040_1583477337La última -la otra historia que parece encajar más en el canon de Warren, pero que también enlaza con otro proyecto de Harris- se llama “Two so different”, y es una comparación entre Vampirella y Dracula, desde el punto de vista de Conrad Van Helsing, un personaje secundario de la era Warren, padre de Adam Van Helsing. Conrad es uno de los personajes más cerrados y testarudos, tan fuertemente atado a sus convicciones que no puede evitar querer acabar con Vampirella tanto como con Dracula, a pesar del amor que ella comparte con Adam. Está escrita por James Robinson, y pintada por el artista Ray Lago.

Luego del especial aparece “Vampirella Blood Lust” una miniserie de dos números, escrita también por James Robinson, e íntegramente pintada por el extraordinario Joe Jusko. Esta historia es un verdadero clásico moderno, del que existen varias ediciones. Además de la original, publicada en 1997, hay un hardcover con tapa de cuero, que trae un final inédito, no visto en las revistitas, y se encuentra íntegramente reimpresa también en el volumen correspondiente a James Robinson de la serie de “Vampirella Modern Masters”. Muy buena historia, y el apartado visual es una maravilla, de lo mejor de la época, junto con Kingdom Come por Alex Ross (publicada el año anterior).

lfCon esta breve miniserie, Robinson apuntaba a explorar y profundizar nuevas ideas que iban a ser parte del nuevo canon post resurrección de Vampirella. Jusko logró brillar, ya que aprovechó las escasas exigencias de una historia no tan ambiciosa, para darse el gusto de desarrollar extensivamente el paisajismo desolado de Drakulon, y poner mucha atención tanto en el diseño de cada detalle y personaje que ilustra, como en la narrativa. Realmente las situaciones son casi palpables, y los personajes se sienten vivos, a punto tal que uno hasta puede “escucharlos”, figurativamente, como si estuviera viendo una película. No tuve la misma experiencia con Kingdom Come, una historia que me encanta, donde el arte de Alex Ross me impresionó muchísimo, me forzó a examinar detenidamente cada imagen, pero no sentí que su narrativa cobrara vida, como si me pasó con el trabajo de Jusko en Blood Lust.

(Muy pronto, la octava parte)

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