Aquel que lo haya leído un par de veces, aunque sea en compañía autoral, sabe que la imaginación de Alcatena carece de límites. Y si bien la afianzadísima dupla que formó con Eduardo Mazzitelli nos ha enseñado las miles de probabilidades aventurescas que pueden existir dentro de las historietas, Quique en estadío solitario no solo demostró estar a la altura de su leyenda, sino ir más allá al meter en su mix de conocimiento histórico, su amor por los superhéroes de la Silver Age.
Y lo que hace Quique con estos conceptos es hacerlos propios y darles una vuelta de tuerca propia del paso del tiempo. Es decir, juega con los tropos clásicos que hoy podemos identificar como las historietas superheroicas de la década del 60, pero Alcatena no obra con la “inocencia” impuesta por el Comics Code of Authority, no es una lectura unidimensional o ciertamente pava, sino que las moderniza, hace del guiño que responde a lo que hoy se llama “cultura pop”, algo que va más allá de la referencia obvia. La cuestiona, se ríe de dicha forma canónica, si se quiere, de contar esas historias de antaño, y por supuesto las referencias mencionadas no están atadas solamente a otros comics books. En solitario, Alcatena hace superhéroes que son más pop-art pero sin ningún tipo de pretensión artística, simplemente es como le salen.
Antes de las aventuras del Dr. Paradox, en 2009 lo que hoy es la editorial Comic.Ar antes fue una revista de historietas, y dentro de su contenido estaban las tiras de Dugong y Manatí, dupla creada íntegramente por Alcatena. Y son justamente estos dos manatíes humanoides los protagonistas/superhéroes donde, a la vieja usanza de los personajes de Marvel y DC de la Silver Age, todo su mundo tiene que ver, obviamente, con lo marítimo: los ambientes, los aliados, los villanos… Quique despliega todo su amor y conocimiento en ocho historias. Un amor y conocimiento que se traduce en Yellow Submarine, Namor, Moby Dick, mitos bíblicos y hasta en los dibujos animados de Bob Esponja. Esta primera etapa o volumen para mantener la conversación en términos historietísticos sirve para mostrarnos un universo variopinto y surrealista, donde los villanos están lejos, en algunos casos, de la megalomanía que presentaban el Joker y Lex Luthor, sino más bien buscan menospreciar de manera lúdica la importancia que tienen estos dos entrañables manatíes. Aún así, dentro de este ambiente completamente lúdico Quique encuentra espacio para conmover con dos historias, una sobre amores perdidos y otra con un solapado mensaje ecologista sobre la extinción.
Casi diez años después de estas historias recopiladas en un libro apaisado por Comic.Ar misma, y en el marco de su viejo sello virtual superheróico Totem Comics (hoy renacido como Croma Comics), Alcatena arma la primera novela gráfica presentada originalmente de manera serializada de a una página por semana y actualmente recopilada también por la editorial antes mencionada. Una historia donde decide expandir esta vez el universo superheróico que va en paralelo a Dugong y Manatí, con La Legión Costera mencionada en el capítulo final del “primer volumen”. Al margen de la obvia referencia a Legion of Super-Heroes (tanto por sus poderes como en algunos de los diseños), el artista presenta su propia versión de “Crisis on Earth One”, donde los héroes de la Edad Dorada se unen a su versión “Plateada” para combatir un mal único, las fuerzas antagonistas presentadas con anterioridad y algunas nuevas. Trabajar ya no en una tira apaisada con pocas viñetas por página y pasar directamente a una narrativa de comic-book tradicional le sienta bien a “Las nuevas aventuras de Dugong y Manatí”, que permite mayor espectacularidad en la acción y en los combates. Por supuesto, el dibujo no es el de aquel Quique en estado de gracia barroca que bien acompaña los relatos de Mazzitelli, pero no por eso estamos ante un dibujo menor, sino que observamos como un aguerrido exégeta de Carmine Infantino o Curt Swan le hace tributo a sus maestros, pero sin dejar de lado la inventiva que tanto lo caracteriza.
Aún a´si, el lugar donde mejor desarrolló su inventiva, donde ejercitó de manera absoluta sus músculos pop-art fueron dentro de seis números unitarios que desarrolló en Tótem (Con excepción de una historia, Tom Sphinx, que apareció en el primer número del tercer volumen de Fierro) y que hoy, a través de Rabdomantes Ediciones bajo el título “El Hombre Tótem y otros héroes extraordinarios”. Sin la necesidad de atarse a una historia que continúa de forma serializada, Quique agarra ideas en el aire y de una forma más cercana al Dr. Paradox en cuanto al sentimiento lúdico más ligado al arte y no tanto al superheróico.
El primero de ellos es aquel personaje que da título formal al libro, el Hombre Tótem. Personaje más literal imposible, en esta aventura combate contra un coleccionista de absolutas rarezas que lo mantiene preso, un mundo sin bien breve pero ideal para que Quique juegue no solo con diversas leyendas de objetos perdidos sino para que imagine a su manera particular diversas extrañezas, cuasi lovecraftianas. Sigue El Cardo de Escocia, donde nuevamente da su visión de mitos marítimos, en este caso con cuentos estuardos que involucran, por supuesto, al Monstruo del Lago Ness.
Ya en un lenguaje completamente comiquero, con La Marca, Alcatena hace un homenaje a la misteriosa figura de Steve Ditko, con referencias directas a sus creaciones más conocidas como The Question o el Creeper (Con el Doctor Strange ya se metió, en una recordada aventura de Dr. Paradox) donde además de dar su propia opinión sobre la controvertida ideología de uno de los arquitectos más importantes de Marvel Comics, aprovecha para dar cátedra de estilos artísticos y meterse con el cubismo. ¿Querés más arte? Está el Sr. Claroscuro con referencias lights pero sofisticadas al teatro del Grand Guignol, conservando únicamente el refinado aspecto parisino.
Directamente “importado” desde Esquizoopolis, aquella obra vanguardista que hiciera con Eduardo Mazzitelli para la revista Hacha en los ´90, se asoma uno de sus personajes, el investigador privado Tom Sphinx. Una de las obras más extrañas de Quique, armada íntegramente por splash pages que sirven únicamente para comentar más facetas de este extraño universo, inspirado en mitología egipcia (¿Quizá uno de los tópicos que menos veces abordó la mágica dupla?). Cierra el libro Hunter Grey, herencia absoluta del weird western inspirada en la mítica canción Ghost Riders in the sky, donde un maleante bizarro se enfrenta a dos bizarros defensores del lejano oeste.
A Quique Alcatena se lo vincula de manera automática con la estilizada prosa del guionista lomense, heredero de la imaginación histórica de figuras como Robin Wood, capaz de agarrar mitologías existentes y con ellas crear una propia, única, “mazzitelliana”. En menor medida, también están presentes sus obras con el recordado Loco Barreiro, que son las menos pero aún así son sinónimo de calidad. Sin embargo, lejos está el dibujante de no bancarsela solo, de no demostrar que su conocimiento sobre mitos y leyendas es tan vasto como el de sus legendarios colegas. A la libertad total de trabajar solo sobre sus ideas, se le suma el inmenso amor que le tiene a aquellas viejas revistas publicadas hace ya cincuenta años, aquellas pensadas para deslumbrar los ojos de los niños. Hoy Quique es uno de los pocos herederos de aquella magia, de aquel esplendor pensado para el más absoluto entretenimiento historietístico, a veces ridiculizado injustamente. En estas obras de Alcatena, la justicia para la Silver Age se ha hecho de manera épica. ¡Excelsior!
Una respuesta a «Alcatena superheroico»
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Por ahora solo pude leer Dr Paradox, de lo que me hice fan incondicional, pero aún no pude leer Dugong y Manati a pesar de tenerle tremenda ganas. No conocía a Tom Sphinx se lo ve re interesante, larga vida a alcatena!
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