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NOTAS

Alpha Flight (parte 6)

Hoy repasamos la última etapa de la primera serie mensual y el lanzamiento de la segunda, en 1997.
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Lunes 11 de agosto, 2025

8. LA ERA FURMAN

En el nº110 (Jul.1992), el coordinador Rob Tokar presenta a un nuevo equipo creativo integrado por el guionista británico Simon Furman (al que infinitos fans identifican con los comics de los Transformers) y el dibujante Pat Broderick, que volvía a Marvel después de muchos años alejado de esta editorial.

Justo antes se publica un one-shot, titulado simplemente «Alpha Flight Special 1», al que los fans se refieren como “First Flight”. Al parecer, la transición entre Lobdell y Furman se da en medio de la realización de este especial porque en los créditos figura el primero como autor del argumento y co-guionista, y el segundo como co-guionista. Y el dibujo corre por cuenta de Broderick, así que acá es donde se forma el equipo que se va a establecer en la serie mensual a partir del nº110. Esta es una historia ambientada en el pasado, no solo antes del nº1 de Alpha Flight, sino antes de la primera aparición de James McDonald Hudson en el nº109 de X-Men. De hecho, acá lo vemos a Wolverine todavía bajo las órdenes del gobierno canadiense, o sea que transcurre antes de que Charles Xavier lo sumara a su equipo. En esta precuela aparecen también Snowbird, Shaman y Sasquatch, Smart Alec (de las Flight Beta y Omega) y personajes nuevos: Stitch, Groundhog y Saint Elmo. Se supone que la idea era continuar con más aventuras del pasado de los superhéroes canadienses, y se habló de una continuación titulada “The Bloodling”, que jamás se publicó, probablemente a raíz de la partida de Lobdell.

Pero volvamos a la serie mensual donde, en medio del crossover con Infinity War, Simon Furman trae de nuevo a todos los personajes descartados por Lobdell, de los cuales Puck y Windshear se van a quedar como miembros estables del equipo. En esta etapa se va a volver a armar Beta Flight con los personajes más jóvenes (y Talisman como supervisora) y The Master va a ser la principal amenaza del primer arco.

Toda esta etapa es muy dura de leer, no es casualidad que Marvel nunca la haya reeditado. Lo único bueno que tienen Furman y Broderick es que están casi todos los meses: prácticamente no hay números de relleno. Pero los argumentos son horribles y los dibujos, aún más grotescos que los de Tom Morgan. En vez de traer de invitado a Wolverine, Furman convierte a Weapon Omega (o Wild Child) en un clon literal de Logan, y buena parte de las tramas son eso: exabruptos de violencia en los que este personaje se traba en sangrientos combates con otros muy parecidos. Uno de ellos, Wyre, se convertirá en una figura recurrente en esta etapa. Weapon Omega (luego rebautizado Wildheart) es el único integrante que tiene algo así como un desarrollo. El resto, rara vez recibe atención por parte del guionista, no hay buenos subplots… es realmente la nada misma.

En el nº120, que funge de festejo de los 10 años de la serie, Furman introduce lo más parecido a una idea que va a aportar a Alpha Flight: el gobierno de Canadá tiene su propia Ley de Registro de Mutantes, y ahora es obligatorio que si tenés habilidades paranormales te dejes controlar y supervisar por las autoridades. Obviamente, Heather y su tropa no van a aceptar estas condiciones y así arranca «Holy Terror», otra saga con amenazas místicas vinculadas a la mitología de los aborígenes canadienses. Los nºs 125 y 126 son realmente ilegibles (ni siquiera está Pat Broderick) y quedan solo cuatro, donde el dibujante será el ignoto Darío Carrasco. La trilogía final se titula «No Future» y ahora sí, se define el último combate con The Master.

Finalmente con el nº130 (Mar.1994), la revista de Alpha Flight se cancela. James McDonald Hudson vuelve una vez más a estar entre los vivos, el gobierno canadiense desbanda una vez más al grupo y cobra peso el General Clarke (creado años atrás por Fabián Nicieza), que luego tendrá un rol destacado en otra etapa posterior. Porque, obviamente, Alpha Flight va a volver.

9. LA ERA SEAGLE

A mediados de 1997, con Marvel en pleno proceso de quiebra y en medio de su etapa más caótica, el Jefe de Coordinadores Bob Harras da luz verde a una nueva serie de Alpha Flight. El guionista elegido fue Steven Seagle (quien poco después se hará cargo nada menos que de Uncanny X-Men) y el primer dibujante fue el malogrado Scott Clark, fallecido en 2013 con solo 43 años. Clark era un típico clon berreta de Jim Lee, con los peores vicios del Chino: la escasa comprensión del rol del dibujo en la narrativa secuencial, y la lentitud para entregar sus trabajos, lo que hizo que su participación en Alpha Flight no se extendiera más allá del nº8 de esta nueva colección. Luego vendrán varios números con dibujantes suplentes (entre ellos Ariel Olivetti), y a partir del nº12, la revista encontrará a un dibujante estable, que por ese entonces era bueno y luego sería excelente: Duncan Rouleau. De todos modos el número mejor dibujado, por lejos, es el 6, a cargo de Bryan Hitch.

La nueva serie sale con una formación rara: James vuelve a ser Guardian, Heather es Vindicator (con un traje nuevo que le otorga poderes distintos a los de su marido), Puck ahora no es un señor alto atrapado en cuerpo de enano sino un verdadero enano, está Madison Jeffries, hay dos personajes nuevos que son hermanos entre sí (Radius y Flex) y una chica llamada Murmur, que tiene poderes idénticos a los de Persuasion, con lo cual no se entiende por qué catzo Seagle no optó por Persuasion. Y además Sasquatch ahora es mucho más salvaje, grotesco, mugriento y con unos colmillos espantosos. A lo largo de los 20 episodios que va a durar esta serie (Ago.1997- Mar.1999) la formación va a sufrir mínimas modificaciones, pero recién sobre el final veremos apariciones de Shaman, Aurora y Northstar.

Desde el inicio, la serie apuesta por la onda que tanto habían explotado Jim Lee y Brandon Choi en WildStorm: una agencia de inteligencia levemente vinculada a algún gobierno (en este caso el Department H), que manipula a los superhéroes para convertirlos en algo así como black-ops, como hacía Amanda Waller en el Suicide Squad. Acá el General Jeremy Clarke va a cumplir ese rol de manipulador inescrupuloso, aunque sobre el final, se va a sacrificar en busca de una redención. Todo el tiempo Seagle juega con la desconfianza que le genera a Guardian y su tropa la propia institución a la que responden, y acumula secretos y jugadas turbias que los héroes desconocen pero Clarke utiliza a su favor.

(el lunes, una nueva entrega)