Nueva entrega de la mega-nota dedicada al Rey de los Mares, esta vez centrada en el período 1979-1992.

Aquaman (parte 4)

07/06/2017

| Por Andrés Accorsi

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lateste287cea84353612426cd18e2810b172e._SX1280_QL80_TTD_7.URGENTE UN SALVAVIDA

Estamos en 1979 y, tras unos meses de paréntesis, Aquaman vuelve a sus inicios: otra vez es el protagonista de historietas breves, dentro de distintas antologías. Arranca en Adventure Comics (n°s 460 al 466), después pasa a World’s Finest (n°s 262 al 264) y ya en 1980 vuelve a Adventure (n°s 475 al 478), para una saga de cuatro episodios breves. De ahí nos vamos a otra revista, Action Comics, donde Aquaman aparece intermitentemente como complemento de Superman, entre 1981 y 1983 (n°s 517 al 540). De todo esto, lo único que no hace agua por todos lados es “Scavenger Hunt”, la saguita en Adventure 475-478, escrita por J.M. DeMatteis y dibujada por Dick Giordano. El resto es francamente irredimible y está plagado de nombres como Alex Saviuk, Don Heck, José Delbó, Bob Rozakis y Paul Kuppeberg, entre otros tercerones, cultores de la historieta por kilo.

Entre 1983 y 1985, Aquaman aparece sólo en la revista de la Justice League of America, pero es justo el momento en que el guionista Gerry Conway decide concentrarse en los personajes que no tenían revista propia. Así, Aquaman queda en el medio de un lindo kilombo: él es el encargado de disolver la Liga clásica (JLofA Annual 2, 1984) y de formar una nueva Liga, que mezcla a héroes experimentados con novatos y que pasa del satélite a la base en Detroit. Kilombo que no se bancan ni los lectores (que rechazan la movida) ni el propio Aquaman, que renuncia a la JLofA en en n°243 (Oct.85) y deja a cargo al Martian Manhunter.

aquaman-1980sA principios del ‘86 sale la primera miniserie de Aquaman, cuatro episodios a cargo de dos autores hasta entonces desconocidos: Neal Pozner (famoso diseñador gráfico y coordinador de nuevos talentos en DC) y Craig Hamilton. La mini presenta el nuevo traje del Rey del Mar (basado en uno que usara el célebre bailarín soviético Vaslav Nijinski), explora facetas hasta ahora ocultas de Atlantis (enganchadas con lo que se narraba en series como Arion y Warlord) y propone un Aquaman menos furibundo, más en armonía consigo mismo y hasta con su odiado hermanastro, el Ocean Master, que acá deja de ser un mero pirata con ambiciones de conquista para convertirse en un hechicero mucho más power. Las ventas acompañan, pero los autores no quieren comprometerse a más producción y el “AquaGay” (apodado así por el traje de bailarín y la orientación sexual de Pozner y Hamilton) no va más allá de esos cuatro numeritos.

Recién en 1988, sale un especial firmado por Dan Mishkin, Gary Cohn y George Freeman que trata de funcionar como secuela de la mini. Sin embargo fracasa estrepitosamente a causa de un guión insostenible, lleno de clichés new-ageros y demás chamuyo pseudo-místico. Mishkin y Cohn, encumbrados unos años atrás gracias a la creación de personajes como Amethyst y Blue Devil, demostraban que no podían bancar los trapos al frente de un héroe icónico. ¿Será la última vez que veamos a Aquaman con el traje camuflado? Puede ser.

latest8.SEGUIR INTENTANDO

Un poco mejor le va al especial The Legend of Aquaman (1989). Acá, Keith Giffen y Robert Loren Fleming se unen al veterano Curt Swan para recontar el origen de Aquaman, y aprovechan que estamos en la era post-Crisis para introducirr algunos cambios: Curry el guardafaro no tiene sexo con una princesa del mar, sino que adopta a un chico nacido en Atlantis, abandonado por su gente por el sólo hecho de ser rubio. Además, el joven Aquaman llega a conocer a su madre, se explica de dónde salen los clásicos lienzos verdes y la casaca naranja con escamas, y se le da un marco político más coherente al ascenso del héroe al trono de Atlantis, cosa que ahora sucede antes de conocer a Mera. Como secuela del especial, el mismo equipo creativo encara una miniserie de cinco capítulos bastante floja, muy centrada en el rol de Aquaman como rey de Atlantis. Acá Mera se vuelve loca y regresa a su dimensión, mientras que Aquaman termina por abdicar al trono y deja la ciudad sumergida para dedicarse a proteger a los océanos y sus criaturas. Lo más destacable es el dibujo del viejito Swan, muy bien entintado por Al Vey.

aquaman1991series5Otros dos ilustres desconocidos se encuentran con Aquaman a fines de 1991, cuando DC decide volver a probar con una serie regular del Rey del Mar: Shaun McLaughlin (luego autor de muchos de los mejores guiones de la serie animada de la JLA/JLU) y el poco atractivo Ken Hooper son los artífices de esta breve etapa. Acá vemos el regreso de Aquaman a Atlantis (aunque no al trono) y de nuevo priman la runfla política, el grim’n gritty, los villanos sacados y una novedad: el héroe se compromete con la defensa del medio ambiente y machaca sin reparos a contaminadores y pescadores furtivos. La serie, que en el inicio no estaba nada mal, se cancela en el n°13 (Dec.92), que casualmente es el mejor de esta breve etapa.

Shaun McLaughlin propone un Aquaman menos traumado, con bastante conexión con el resto del Universo DC, pero no llega a desarrollar todas sus ideas, ni siquiera a mostrarnos los dos o tres giros argumentales más grossos que tenía en los planes, porque finalmente su larga historia de desacuerdos con los coordinadores terminó con su salida de la serie. Que iba a continuar con un nuevo guionista, pero el elegido fue un nombre de tanto peso, que DC decidiría cerrarla y relanzarla con un nuevo nº1.

(Muy pronto, la quinta parte).

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