11. LA MANO VIENE CAMBIADA
La siguiente serie regular de Aquaman salió a fines de 2002 y causó un impacto porque, después de muchos años de estar peleado con la DC, llegaba nada menos que Rick Veitch a hacerse cargo de los guiones. Al toque, Orin es nuevamente destronado de Atlantis y vuelve al faro donde fue criado por Don Curry. La elemental mística conocida como La Dama del Lago (si leiste sobre el otro Rey Arturo, seguro la ubicás), lo nombra su campeón y le regala una mano mágica, hecha de “agua de la verdad”. Aquaman se vuelve más mansito e introspectivo, y hasta “cura” a Black Manta, el asesino de su hijo, de la mutación que le causó Neron. Veitch se queda en la serie apenas 12 números (puteado a muerte por los fans) y termina con una saguita en la que aparece un nuevo villano mísitico llamado Thirst (Sed), valkirias y demás limaduras de la mitología germánica. El principal dibujante de esta etapa (que abarca también el muy importante Aquaman Secret Files & Origins 2003) fue el dignísimo Yvel Guichet.
Un par de magníficos numeritos de John Ostrander, y en el n°15 hay arco argumental y equipo nuevos: Will Pfeiffer y Patrick Gleason se quedan juntos apenas ocho números, pero juegan un par de cartas fuertes:
En la saga conocida como American Tidal, buena parte de San Diego se hunde en el océano y se convierte en Sub Diego, una ciudad sumergida donde algunos sobrevivientes empiezan a respirar agua en vez de oxígeno gracias a un virus mutagénico basado en el ADN de Aquaman, casualmente desarrollado por Anton Geist, el mismo tipo responsable del hundimiento de la ciudad. También vuelve el traje naranja y debuta una nueva Aquagirl, una chica latina que se hace anfibia gracias al virus. Los fans se cebaron de nuevo pero para el n°22, Pfeiffer dijo basta. Atenti a estos números, porque tanto el guión como el dibujo son muy, pero muy buenos.
Otros dos numeritos de Ostrander, y para el n°25 de nuevo estrenamos guionista: John Arcudi avanza los plots de Sub Diego, trae de vuelta a Ocean Master y Black Manta (más heavies y rosqueros que nunca) y empieza a tejer la vuelta de Aquaman a Atlantis, con buenas ideas para Mera, Vulko y Tempest. Leonard Kirk reemplaza a Gleason, mientras los lectores (pocos) aplauden de pie todas las movidas de Arcudi, artífice de la etapa más sub-valorada de la historia del personaje. Cuando llegan los crossovers de Infinite Crisis (# 36-37), un Spectre sacadísimo viene a terminar para siempre con la magia atlanteana. Tempest intenta hacer un aguante, pero el Spectre le pasa el trapo y, ya que está, destruye el continente sumergido en un sangriento genocidio que cuesta las vidas de Vulko y Koryak, entre muchos otros. Aquaman, que no llega a impedir la catástrofe, se enfrenta en un duelo final con Manta, que urdía una runfla maligna para quedarse con Sub Diego. Y justo cuando la cosa se pone buena…
12. CONAN BAJO EL AGUA
El n°40 nos obliga a saltar un año en el futuro. Se abre la etapa de Kurt Busiek y Butch Guice, la revista pasa a llamarse Aquaman: Sword of Atlantis, la temática gira hacia la Espada y Brujería (ya que el cataclismo de Atlantis produce un retroceso cultural que sumerge a las razas acuáticas en el barbarismo, la oscuridad y la violencia) y, como si esto fuera poco, hay un nuevo Aquaman! Arthur Joseph Curry es un joven humano, científicamente alterado para vivir bajo el agua. Sí, igual que el Aquaman de los ‘40!
El Aquaman que todos conocemos sufrió una horrenda y bizarra mutación y ahora es una especie de monstruo místico, con recuerdos borrosos y profecías grandilocuentes, llamado el Morador de las Profundidades. El Morador encuentra a Arthur tras la muerte de su padre y lo guía para convertirlo en el nuevo Aquaman, quien deberá volver a unir y a gobernar a las razas subacuáticas. Los acompañan el King Shark (otrora enemigo de Superboy), Mera (que sabe quién es en realidad el Morador) y el fantasma del finado Vulko, entre otros secundarios. Busiek y Guice dejan la serie tras el n°49 con muchas pistas sembradas, entre ellas el supuesto parentesco entre Arthur Joseph y Tom Curry, el guardafaros que adoptó a Orin.
Con un misterio bien llevado y buenas dosis de acción machacosa onda Conan, la serie parecía difícil de hundir. Sin embargo, en el n°50, se hizo cargo de la serie Tad Williams, famoso escritor de novelas de fantasía épica, que traía una horda de fans a cuestas pero cero experiencia en materia de comics de superhéroes. Junto a un dibujante virtuoso como Shawn McManus, a Williams le alcanzaron apenas ocho números para llevar a la revista (una vez más) a la cancelación. Ocho números en los que Koryak reaparece convertido en villano (Narwhal), el Morador de las Profundidades muere (y la JLA asiste a su funeral) y en el nº57, el joven Joseph recibe de la Dama del Lago una porción del alma del finado Orin, en un intento por legitimarlo a los ojos del público, que lo quería como suplente temporal, no como reemplazo definitivo del Aquaman clásico.
Estamos en Diciembre de 2007 y este intento de rejuvenecer a Aquaman cambiando al personaje de siempre por un cuasi-clon más joven resultó un estrepitoso fracaso. La última mención relevante a Arthur Joseph Curry la vimos en el nº15 de Titans (Sep.2009), un prólogo a Blackest Night en el que Tempest asume el trono vacante de Atlantis, luego de que el joven Aquaman abandonara tanto el continente sumergido de su antecesor como el clásico traje naranja. Nunca más nadie se calentó por explicar qué fue de la vida de este personaje cuya última aparición es un cuasi-cameo en un número de Final Crisis.
Y ahora sí, no hay nada. Entre el 2007 y el 2010, Aquaman no sólo no tiene revista propia, sino que no aparece en ninguna serie de DC. Ni el clásico ni el joven, nadie se quiere poner la pilcha del Rey de los Mares. Pero a vendrán días más brillantes.
Muy pronto, la séptima parte.
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