Cuando se hace referencia al resurgimiento de la producción historietística argentina de los últimos años suele ocurrir que la totalidad de la atención recae sobre artistas de la ciudad de Buenos Aires y alrededores, con trabajos que se publican en medios nacionales.

Aquelarre: San Nicolás de la Historieta

18/02/2010

| Por Javier Hildebrandt

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Afiche del 7º Encuento Aquelarre, realizado en el 2006

Cuando se hace referencia al resurgimiento de la producción historietística argentina de los últimos años suele ocurrir que la totalidad de la atención recae sobre artistas de la ciudad de Buenos Aires y alrededores, con trabajos que se publican en medios nacionales. Poco se habla y se escribe de las numerosas agrupaciones que cultivan el noveno arte en los cuatro puntos cardinales de nuestro país, con gran repercusión a nivel local pero escasa trascendencia fuera de los límites de su zona, y con una trayectoria que no pocas veces se remonta a varios años antes de esta renovada atención por la historieta.

De una lista geográfica que arranca en el norte con los tucumanos de la Unhil y recorre el país hasta llegar a la Patagonia de «La Duendes», hoy queremos detenernos en un grupo representativo de esta movida, no solo por el nivel de su producción y sus intentos por federalizar la historieta, sino también porque el camino que llevan andado es un buen botón de muestra de la evolución de la historieta independiente en los últimos años de nuestro país. Estamos hablando de Federico Baert, Javier «Caio» Di Lorenzo y Marcos Vergara, artistas oriundos de San Nicolás de los Arroyos y creadores del grupo conocido como Aquelarre.

Comienzos

De izquierda a derecha: Marcos Vergara, Caio di Lorenzo y Federico Baert


Contrariamente a lo que podría pensarse, Aquelarre no nació como un grupo dedicado exclusivamente a la historieta, sino que las revistas formaban parte de una serie de performances que realizaban en distintos bares y reductos de San Nicolás. «Los primeros que nos conocimos fuimos Federico y Marcos –cuentan- a través de un amigo en común y nos integramos a un grupo de historietistas locales que se llamó Humorieta, entre cuyos integrantes se encontraba el destacado periodista de historietas Luis Rosales, recientemente fallecido. Ese grupo duró poco, conocimos a Javier en la escuela de Arte y decidimos sacar una revista ‘subte’ como se las denominaba en esa época. Armamos el primer número en 1991 y lo presentamos en la Escuela de Arte. Los tres números siguientes los llevamos a distintos bares de la ciudad. Sacábamos un número al año y para cada una de las presentaciones invitábamos a artistas de distintas disciplinas, actores y bandas de rock que realizaban divertidas performances, sketches y tocaban en vivo. Una de las bandas era la de Javier: Overflow y su vestido celeste. Muchos de los números teatrales estaban escritos por nosotros o en conjunto con los actores. Nosotros mismos actuábamos, declamábamos poesía y hasta hacíamos coreografías. Fue una época muy divertida».

Santos Pecadores, de Baert


Pero, claro está, el gusto por el dibujo y la narración secuencial pudo más en los muchachos, y así fue como se abocaron a la realización de «Santos Pecadores», fanzine de rigurosa aparición bimestral que se extendió durante diez números. «La idea era darle mayor importancia a la producción de historietas que a las presentaciones, que nos demandaban mucho esfuerzo de producción y ensayo. La aparición bimestral permitió el desarrollo de novelas gráficas por entregas, como El círculo de los sin vida y Santos pecadores» añaden.

Luego de esta experiencia, el grupo se diversifica: Baert continúa con la producción de novelas gráficas autoeditadas («Héroe de la nada», «La lluvia del adiós», «General Cazabrujas») y en el 2000 publica con la editorial nicoleña Kábala «Hacia el hondo bajo fondo» (todo este material está disponible para leer en el blog de Aquelarre). Por su parte, Di Lorenzo y Vergara se vuelcan durante un tiempo a la docencia y las artes plásticas. Pero no pasaría mucho tiempo hasta que se volvieran a reunir.

El Encuentro Aquelarre

Tapa del número 3 de Jaime Pop


La reunión del grupo se concreta en 1999 cuando, en conjunto con el artista plástico Raúl Carrizo y «contagiados por el evento Rosarino Leyendas» encaran su propio encuentro de historieta al que, como no podía ser de otra manera, denominan Encuentro Aquelarre. «La mayor cantidad de los eventos se hicieron en la entrañable Librería El Buen Libro» recuerdan. «En el primero fuimos unos pocos, entre los que ya se contaban los compañeros rosarinos. Año tras año se fueron sumando más grupos de otras ciudades como La Productora, MZ de Pergamino, Belerofonte, UNHIL, Llanto de mudo y muchos más. Aquelarre se convirtió en un punto más en el circuito anual de eventos de historietistas independientes».

Durante los diez años en los que se realizó el encuentro (el año pasado se concretó el último, al menos a nivel «oficial»), el Aquelarre brindó espacio a un gran número de historietistas y grupos de todo el país, y acompañó la evolución de muchos que a fines de los ’90 recién comenzaban con sus primeros fanzines y hoy ya tienen un lugar ganado en editoriales y revistas profesionales. Repasar cada uno de estos eventos es presenciar la progresión de los actores principales que llevaron adelante a la historieta argentina durante la última década. Que también crece y se fortifica en el intercambio de ideas y experiencias y en la unión de intereses afines. O como ellos mismos aclaran: «lo más memorable fueron los momentos pos-evento en bares, asados y fiestas, donde se concretaba el verdadero ‘encuentro'».

Historieta para todos

La primera historieta de Yiyí


Fue en uno de los encuentros cuando Aquelarre y varios de los grupos participantes se vieron enfrentados a la necesidad de crear material para un público nuevo que nunca había leído historietas. La carencia de revistas y libros dirigidos a los niños se hacía sentir en los stands, y entre todos se empezaron a generar ideas para una posible solución. De allí surgieron por un lado el personaje de Jaime Pop, el joven que junto a su gato Michifuz protagoniza distintas aventuras en su propia revista (que ya va por el #3) y en la web de La Biblio de los Chicos, con algunos guiños y referencias a la historia y al presente del comic nacional, para deleite de los iniciados. Luego de Jaime… vieron la luz otros personajes: Yiyí, Superbebé, El Pollo Solitario, Tacuara y Vudú, historietas todas que se pueden leer en el blog de Jaime Pop.

Pero no alcanzaba solamente con producir, también era indispensable el trabajo de difusión para que la historieta se acercara a su público. Así nació el proyecto «La historieta va a la escuela», una serie de talleres que Aquelarre realizó en distintas instituciones educativas de San Nicolás.

Bajo Presupuesto, de Caio di Lorenzo


«Los chicos realmente estaban interesados, no sólo en leer historietas, si no en realizarlas, en producir ellos mismos ante el descubrimiento de este lenguaje plástico-narrativo» señalan. No faltaron, por supuesto, las sorpresas: «Estos talleres son un gran aprendizaje y, muchas veces, los chicos nos agarran desprevenidos: durante el taller entregábamos unas postales con tiras nuestras. Una de ellas era la primera tira de Yiyi, donde el Pollito la llama ‘niña estúpida’. En una de las escuelas la directora nos advirtió que, para los niños, ‘estúpida’ es una mala palabra. Mientras tanto, uno de los alumnos nos presentaba, como resultado del taller, un personaje llamado Chotoman!».

El arduo trabajo rindió sus frutos: hoy Aquelarre es el representante en San Nicolás de Banda Dibujada, el movimiento por la difusión de la historieta infantil y juvenil.

En producción

Luego del largo y duro camino de la autoedición, a partir de 2008 los Aquelarres encontraron un nuevo hogar en la prolífica editorial Loco Rabia. Allí comenzaron participando en el primer título del sello comandado por Alejandro Farías: «Traición», la antología de historietas inspiradas en la temática que da nombre al libro, en la que colaboraron con la historia «La vaca de Del Pontigo». Y al año siguiente llegarían, ahora sí, los volúmenes dedicados íntegramente a los autores del grupo: «Los Mutantes Bukowski» la aventura-parodia-homenaje a la historieta nacional protagonizada por este trío alter-ego de sus creadores, y la recopilación de «Bajo Presupuesto», la tira de Caio que supo engalanar las pantallas de Comiqueando on-line allá lejos y hace tiempo, en la que se divierte

Los Mutantes Bukowski

con las convenciones y estructuras del formato, deconstruye, destroza, pulveriza y vuelve a reinventar, al punto de transformar al espacio mismo de la tira en el mejor compañero del solitario protagonista. Más recientemente, Loco Rabia recopiló «Cena con Amigos», el policial de enigma costumbrista (casi un pionero de un nuevo sub-género) magníficamente ilustrado por Vergara bajo los guiones del charrúa Rodolfo Santullo, publicado por entregas en Historietas Reales.

Y es en ese sitio web donde también se concentra gran parte de la producción de Aquelarre, con la saga de «La Danza de los Condenados» (actualmente publicándose la tercera parte), una comedia urbana con bienvenidos toques de delirio, inconfundiblemente escrita y dibujada por Baert con la colaboración de Di Lorenzo y Vergara en el color y los fondos, respectivamente. Por otra parte, también en HR, Vergara vuelve a dar muestras de su talento y su ascenso imparable en una nueva colaboración con Santullo: «Valizas». Y como si fuera poco, el trío completo participa del Circo Ambulante de La Productora y sus Amigos (el blog comandado por la ya mítica editorial moronense) con «El Rey de la Historieta» y varias historias cortas con guionistas invitados.
Por lo expuesto y mucho más, recomendamos estar atentos al trabajo de este prolífico grupo, que con su producción sigue de cerca el pulso de la historieta independiente argentina. En este sentido, las palabras de Di Lorenzo son más que elocuentes, «Admiro el trabajo de mis dos amigos desde hace muchos años y si alguien tiene pasión por leer historietas tiene que permitirse un lujo, cruzarse con estos dos muchachos de bajo perfil y de un enorme talento. Desde el humor ácido de Fredy (Baert), que despliega una forma única de narrar que llega y siempre te atrapa, acompañado con un dibujo claro en su lectura y muy expresivo; hasta los personales y creativos dibujos de Marcos (Vergara), donde combina diferentes técnicas, materiales, trazos y encuadres llenos de una enorme riqueza gráfica y plástica, destacándose también por sus originales guiones».

Cena con Amigos, de Santullo y Vergara


«El hecho de que tengamos temperamentos y estéticas tan diferentes, hace que nos complementemos muy bien» añade Marcos. «Yo siento un gran respeto y admiración por Javier y Federico profesionalmente. Soy admirador de sus obras. Me encantaría poder escribir como Federico y pintar como Javier y, al trabajar a la par con ellos, de algún modo lo hago, cuando ilustro un guión de Federico y Caio colorea mis dibujos me siento honrado y feliz. Si sumás a todo esto que nos queremos un montón, más no se puede pedir».

Y, como cierre, las palabras de Fredy: «Javier es el experimental del grupo, siempre nos sorprende desde el contenido hasta la forma de presentar y diseñar sus historietas. Y Marcos es un dibujante todo-terreno, hace el estilo que quiere y todos les salen bien, además de ser el diseñador de todas las producciones y de los blog. Más allá de los aciertos como artistas yo quiero destacar esa cosa de camaradería que tienen, son grandes artistas, pero son mejores personas, y eso en este mundo es raro que se de a la vez».

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